Code Name: TUMCIAL (Offgun y Peraya)

Capítulo 15

—¿Deberíamos hacer algo? —New pregunto, más porque estaba cansado de no hacer nada que por ayudar —¿limpiarlo? ¿cambiar su ropa?

Estaban sentados en el suelo, aun en esa bodega oscura y vacía, con el hombre atado e inconsciente frente a ellos.

Tay suspiro y negó —Ya te dije, ese no es nuestro asunto.

—Pobre hombre.

—Siento más lastima por mí —se quejó Tay, estirándose tanto como pudo sin levantarse —tengo hambre.

—Tu desayunaste, él quizás no ha comido nada en días.

Además de haber sido golpeado, y New pensó que más cosas le pudieron hacer, tembló de solo imaginar la tortura. Se puso de pie y movió a Tay golpeándolo con su pie para llamar la atención.

—No creo que vaya a ningún lado, me siento sofocado, salgamos.

Sofocado no era la palabra, pero no se atrevió a decir todo. Esa palabra funciono, porque su compañero se puso de pie y asintió, dirigiendo el camino por delante de él.

—Vayamos a comer —Tay hablo cuando estaban afuera, con el aire limpio y cálido rosando sus rostros.

New suspiro, él dudaba ser capaz de comer algo ahora.

***

Los labios de Singto brillaron rojos cuando Krist se apartó, dejando que sus narices chocaran, respiro lentamente manteniendo los ojos cerrados. Las manos ajenas se movían por su espalda, frotando pequeños círculos con los dedos.

Trago saliva.

Off le había dicho que no sabría si le gustaba o no a menos que lo probara. Pues bien, él lo había hecho, y ahora quizás podría tener una respuesta.

—Krist —los movimientos en su espalda se detuvieron, pero ese par de manos no se alejó, y comenzaron a sentirse pesadas sobre su cuerpo.

Abrió los ojos y se alejó, recostándose a su costado, mirando el techo. Suspiro. Él no tenía respuestas, solo más preguntas, y esa confusión lo estaba molestando.

Singto se movió a su lado, el colchón crujió con su peso y su rostro quedo a su vista, y quizás Krist no era el único confundido ahora. Singto estaba apoyándose en su brazo mientras lo miraba, acariciando su mejilla con lentitud.

—¿Por qué te gusto? —Krist sintió que ya había escuchado eso, antes, Singto lo había mencionado —no lo entiendo, como puede un chico como tu querer estar conmigo.

—P'Singto... —las palabras se atoraron en su boca, la caricia en su rostro continuo y sus ojos se cerraron. Sintió una ligera presión sobre su boca, lo habían besado, no como antes, más suavemente y Krist temió abrir sus ojos, porque se encontraría con la mirada ajena y él no sería capaz de mentirle.

—Este es tu momento para huir, si quieres hacerlo —la mano en su mejilla se movió siendo sustituida por los labios de Singto, susurrando contra su piel —porque no te permitiré apartarte de mi lado.

Krist abrió los ojos e intento apartarse, tanto como pudo, que no fue mucho con el colchón detrás de él y Singto sobre suyo. Abrió la boca, había mucho que decir.

Esa parecía su oportunidad, una muy buena, huir. Él tenía que huir. Pero las palabras se atoraron en su garganta y el teléfono de Singto comenzó a timbrar opacando cualquier otro sonido en la habitación.

—¿Qué? —Singto parecía molesto mientras atendía la llamada, apartándose de Krist y saliendo de la cama. Krist respiro y se sentó, su oportunidad se estaba yendo mientras escuchaba a Singto soltar maldiciones, ahora no parecía una buena idea terminar con él, no estando molesto, porque había vuelto a ser el hombre intimidante de antes.