capítulo 1

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Nombre: "mar de lágrimas".

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Pov narrador.

Kei se encontraba aún rondando por la zona cercana a la casa, la mujer aún no despertaba por lo tanto seguía en su ronda. Por un momento sintió un olor a sangré, si su olfato no le fallaba, era una herida recién hecha.

Su velocidad dió un  aumento  considerable y corrió en dirección al olor que poco a poco se hacía más fuerte, tanto que su nariz comenzó a picar.

Cuando estuvo cerca de una recidencia, se decidió entrar a esta. Siguió con su velocidad en ningún momento la disminuyó y de un momento a otro un brazo con una venas muy marcadas, con manchas de sangre en sus manos, hasta llegar al codo, lograron llevarlo al suelo. Soltó un sonoro quejido al momento de impactar contra el suelo.

- miren, miren..- habló una tétrica voz observando al chico tendido en el suelo - hoy es mi día de suerte, muchos humanos han venido por esta zona - el demonio se acercó para quedar frente a Kei y con intenciones de devorarlo, unas garras y colmillos comenzaron a crecer aún más , pero antes de dar siquiera una mordida se detuvo - t-tu eres un demonio..... Pero ¿porque hueles a humano?- preguntó el demonio al ver a el chico tratando de levantarse. Luego se comenzó a reír- no me digas que tienes humanos por ahí- el mayor se saboreaba al pensar en ello.

- ¿No te arrepientes? - preguntó el chico su voz era suave y relajada, una voz que era capaz de calmar cualquier situación incómoda.- arrepentirme.... ¡Hajaja hajajaja!... Qué gracioso- el tipo comenzó a reírse más fuerte y miraba con burla a Kei - como me voy arrepentirme si soy un demonio, soy un ser mucho más fuerte que estás escorias, estoy hecho para matar y alimentarme de ellos - hablaba con aires de superioridad, y lamía la sangre que poseía en su brazo.

- que ser más repugnante eres - respondió el pelo castaño, estaba de pie frente al demonio aún así su rostro no reflejaba enojó alguno - tu eres igual que yo - sonrió el mayor - no - respondió el castaño , el otro le miró confundido y el chico saco unas dagas de su traje - soy mejor - dijo para finalmente cortarle la cabeza, el contrario se giró y le miró - no me pasó..... Na.....da...- al final se desvaneció sin más, su haori cayó al suelo, Kei lo tomo y decidió enterrarlo.

" No sé porque hago esto, si en ningún momento demostró arrepentimiento", dejo una pequeña cruz en su tumba improvisada y se devolvió a su hogar , debía darse prisa si no quería transformarse en polvo, el sol ya casi salía y el aún se encontraba afuera.

Antes de entrar a la casa se escucharon voces alteradas por lo cual el chico entre rápidamente, la escena que se encontró dió un poco de risa. Los niños detrás del sillón asustados y la chica lanzandoles almohadas.

- señorita por favor calmese - decía la pequeña niña aún detrás del sillón - está muy herida aún - también habló su hermano que al igual que la niña se cubría con el sillón.

- ¿Donde estoy?...¿Quiénes son ustedes? - preguntaba desesperada la mujer aún con dos almohadas en sus manos , su respiración era agitada y A duras penas lograba mantenerse de pie, el pelo castaño sonrió. a un paso poco notable, quito de las manos de Yumire las almohadas y luego apareció delante de ella, provocando que diera un pequeño salto producto del susto.

Kei elevó su mano hasta sus labios y dió señal de guardar silencio. Aún así la mujer le miraba asustado ladeó un poco su cabeza y cuando bajo su mano un gran sonido se escuchó por la sala de estar. Los niños salieron detrás de su "escondite" para observar que había pasado, se sorprendieron al ver que su "oni-chan" mirara con unos ojos desconcertados a la femenina, su mejilla tenía un color rojo que formaba una mano. Definitivamente la mujer le había propinado un golpe en su cara y este solo quedo asombrado.

En cambio Yumire retrocedió sujetándose su mano, apenas termino de propinarle el golpe al chico, un dolor agudo le recorrió hasta llegar a su antebrazo. El rostro del chico a pesar de verse delicado y fino, era verdaderamente duro. "Fue como golpear una roca" pensó la chica, se asustó al imaginarse que era un demonio , el cual si lo es , que pudiera devorarla.

Los recuerdos de su esposo en ese momento cruzaron por su cabeza, lágrimas comenzaron a salir, tomando la atención de los presentes. Yumire se apego a una esquina y se arrodilló a llorar desconsolada, grandes sollozos salían de su garganta, sus ojos comenzaron a arder y su nariz estaba de un color rojo.

Los niños le miraban preocupados , dirigieron su mirada al mayor y solo les dió una seña para que le dieran tiempo a la chica, ambos asintieron sin poder hacer mucho con el mar de lágrimas que desbordaba ahora la mujer.

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Otro capítulo listo, espero les allá gustado, voten si es así.

Nos vemos.

kimetsu no yaiba: corduraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora