Capítulo O1. B

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       Por décima vez en quince minutos volvió a mirarse en aquel espejo de cuerpo completo, acomodando su atuendo con tal de que todo se apreciara en orden, al igual que su corto cabello, alisado y decorado con una diadema simple

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       Por décima vez en quince minutos volvió a mirarse en aquel espejo de cuerpo completo, acomodando su atuendo con tal de que todo se apreciara en orden, al igual que su corto cabello, alisado y decorado con una diadema simple. Cayó en cuenta de que se trataba de su nerviosismo e inseguridad intentando jugarle una mala pasada, por lo que suspiró y ofreció una gran sonrisa a su reflejo, tomando su bolso de mano y saliendo rumbo a su destino.

     La hora en su reloj indicó que no iba tan tarde como creía, así que podía caminar con calma hacia el parque, apreciando los tonos naranjos que se mezclaban con el azul entre las esponjosas nubes, formando la pintura más hermosa de la naturaleza (y su favorita). Aquello le recordó a las clases de arte en su pequeño pueblo cuando aún era una niña que buscaba entretenerse con lo que fuera, por lo que tomó una fotografía del paisaje con tal de plasmarlo en un lienzo después.

     Siguió su camino, con una amplia sonrisa en su rostro pensando en que parecía que las nubes la seguían, y le pareció gracioso ver que aún lo creía. Youngmi era tierna, llegando a ser también la representación de la inocencia a pesar de tener veintiséis años, y eso era algo que mencionaba cualquiera que la conociera, así que pasar tiempo con ella resultaba agradable.

     Para estar cerca del anochecer, el parque se encontraba lleno de un par de familias y parejas que salían a disfrutar el aire nocturno o simplemente para despejarse de un largo día lleno de actividad cotidianas, por lo que no dudó que la persona por la cuál venía se encontrara en alguna parte. Sus manos se aferraron a su bolso mientras sus dientes atraparon su labio inferior, mordisqueando este para canalizar los abrumadores nervios que aparecieron repentinamente.

     ¿Y si no había ido? ¿Llegaría tarde? ¿Se confundió con la hora estipulada?

     Sin resistir, Youngmi adentró la mano al interior de su bolso, rebuscando su teléfono para llamar a la persona que estaba esperando, hasta que alguien tocó su hombro, provocandole un micro infarto que le hizo dar un salto.

—L-lo siento, no era mi intención asustarte –El chico frente a ella alzó las manos, como si se le acusara de un crimen que no cometió–. ¿Tú eres Lee Youngmi?

      Youngmi no pudo evitar sentirse hipnotizada con esa gutural voz que contrastaba con esas suaves facciones, una tierna sonrisa de labios sellados y esos tenues mofletes pintando su nívea piel (la cual parecía ser tan suave como algodón).

—Sí. ¿Tú eres Park ChanYeol? –Se apresuró a preguntar antes de que notara que lo escrutaba con la mirada desde hacía cinco segundos

      Por su parte, el chico esbozó una pequeña sonrisa que dejó ver unos hoyuelos adorables que le daban ese toque infantil.
   —Lo soy. Es un gusto conocerte, Youngmi.

     Fue inevitable pensar en lo lindo que sonaba su nombre en labios de ChanYeol, de quien supo de su existencia cuando su primo se atrevió a mencionar que tenía un amigo que encajaría perfectamente con ella, lo cuál sonó interesante y decidió aceptar a aquella cita a ciegas. Su emoción fue tanta que se negó a ver una foto, slo conocía su nombre, que de por sí ya le parecía hermoso.

Red  ↝k.junmyeon [editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora