Konosuba: Adorando el azul de tus ojos.

A tu servicio, idiota.

De seguro saben que existe algo llamado suerte, aquello que guía nuestra vida para hacerla más fácil o más difícil dependiendo de que tan buena o mala sea, claro que normalmente no podemos saber la cantidad exacta de suerte que tenemos, pero en este mundo es diferente.

Usando magia puedes descubrir si tienes buena o mala suerte, y seguro saben que yo soy de las personas más suertudas en el mundo entero, y de seguro también conocen a mi equipo, un grupo de chicas cuya suerte es tan mala que opaca la mía.

Megumin, la maga carmesí con un tornillo suelto cuyo único hechizo es la inútil magia de explosión, Darkness, la crusader masoquista cuya puntería es tan mala que no puede golpear ni una roca gigante completamente quieta, y por último Aqua, la supuesta diosa cuyo gustó más grande es el alcohol y hacerme la vida imposible. Estás tres tienen una suerte tan mala que nadie lo creería posible.

Siempre que juego con alguna de ellas a algún juego de suerte termino ganando, es por eso que he empezado a sentirme invencible y las apuestas contra ellas han sido cada vez más peligrosas para mí.

–Entonces, si gano serás mi esclavo por lo que queda del año, ¿cierto?

–Bien, pero si yo gano dejaras de recibir tu mesada lo que queda del año.

Sabía que yo perdería mucho más si Aqua llegaba a ganarme, pero sabía que con mi suerte eso jamás pasaría.

–¡Hagámoslo entonces, piedra, papel o tijeras!

–¡Esto ya está decidido, piedra, papel o tijeras!

Como si el mundo fuera en cámara lenta ambos lanzamos nuestra desición para este juego, ambos con una sonrisa en nuestro rostro seguros de que ganaríamos… pobre Aqua, ya perdió la cordura, ¡es imposible que pueda vencerme!

–……

–N-no puedo creerlo, y-yo, ¿gane? ¡¡Gane~!!

E-esto no podía ser cierto, ¡esto debía ser una maldita broma!

–¡Es imposible de que yo haya perdido contra ti, eres la diosa de la mala suerte!

–¡¿A quien llamas diosa de la mala suerte?! Soy la diosa del agua y que te quede claro, esclavo.

–¡Esto no puede ser cierto! ¡¡Yo no puedo ser el esclavo de Aqua!!

No entendía lo que había pasado, revise mi suerte por si algo le había sucedido, pero seguía siendo la misma de siempre… no, espera, creo entender lo que sucedió.

Chris me lo explicó una vez, hay extraños momentos en el que la suerte de una persona actúa de maneras extrañas y aquellos que tienen muy buena suerte tendrán mala suerte por un momento y funciona de misma forma para aquellos que tienen mala suerte.

Lo más seguro es que eso haya sucedido conmigo, tuve tan mala suerte que Aqua logro ganarme… no, ni siquiera con mi peor suerte Aqua sería capaz de vencerme… espera, ¿acaso es posible?

–¡Tú hiciste trampa, ¿no es así?!

–¡¿Haa~?! ¡Una diosa como yo no necesita de hacer trampa para ganar! Simplemente fue mi grandiosa habilidad para esta clase de cosas.

Dijo ella con orgullo, pero era claro que estaba mintiendo…, pero hasta que pueda probarlo no puedo hacer nada, soy un hombre que cumple sus promesas.

–Bien, ¿que quieres que haga?

–Bueno, para empezar…
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Esto es una completa tortura. No sé por cuánto tiempo llevo haciendo esto, pero es una completa tortura.

–¡Kazuma, masajea mis pies! ¡Y también tráeme algo de beber! ¡Uh, y no olvides algo de comer!

–¡Maldita sea, decídete por una cosa, solo han pasado cinco minutos y no paras de abusar de mi!