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Los golpecitos rítmicos en la pared se habían convertido en una tonadita que se repetía una y otra vez en sus oídos, inclusive había comenzado a encontrarle un ritmo. Rogers quería decir que no se sentía perturbado con los murmullos inentendibles, suspiros y risas... pero ciertamente la incomodidad le tenia insomne.
Las horas pasaron demasiado rápido para su gusto y cuando por fin sus oídos podían disfrutar del dulce silencio de la madrugada, la alarma en su mesita de noche chirrió estridentemente.
—¿Enserio? ¿5:45?—Steve gruño y coloco la almohada sobre su cabeza; tal vez si ponía presión sobre ella por fin moriría y podría descansar en paz. Cinco minutos después, la alarma volvió a sonar, insistiendo en ser apagada o postergada.
A regañadientes se levantó, apagó el reloj despertador y comenzó a desnudarse para arrojar su ropa de noche en el cesto de ropa sucia en el rincón del cuarto de baño, para luego colocarse sus prendas deportivas para salir a correr.
Al salir de casa, un Ferrari negro aparcado frente a casa de Natasha llamó su atención. Incluso para él, que no era tan conocedor de los coches actuales, pudo identificarlo por el logotipo en el capó; Imaginó que el dueño era el mismo que había impedido su descanso, sin embargo, dejando de lado la mala noche pasada, se colocó los audífonos que tomó antes de salir de casa y puso play a su playlist favorito, para comenzar trotando.
Le gustaba recorrer las calles y disfrutar de la vista que ofrecía el inicio del otoño, las copas de los árboles comenzaban a pintarse de marrón y ocre, dando la apariencia de estar en medio de una postal.
En su recorrido saludó a la pareja de viejecitos que atendían el puesto de revistas más cercano a su resicencia, quienes con un ademán correspondieron al gesto. A veces se preguntaba si el podría tener eso algún día, alguien a quien amar de verdad y con quien pasar el resto de su vida, pero en su línea de trabajo, era complicado tener una relación normal.
Al menos eso era lo que imaginaba, pues tenía nula experiencia en la materia... además, siempre llegaba a la misma conclusión al ver a sus compañeros y sus relaciones disfuncionales.
Thor quería a Jane y al ser una humana normal, era imposible, incluso se había visto en peligro por relacionarse con el asgardiano.
Stark y Pepper un día estaban juntos y al otro no; Steve sabía que la rubia vivía con temor de un día no volver a ver a Tony, sabiendo las descabelladas ideas y continuos sacrificios que hacía por la humanidad.
Bruce y Natasha habían intentado algo, pero al final no había llegado a nada; no sabía con certeza los detalles, pero sabía que ambos habían sufrido... y aunque Nat había intentado no demostrarlo, había pasado mal algunos meses, luego de ver cómo Banner escapaba de ella.
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LOVEFOOL
RomanceSteve nunca imaginó que un beso de su mejor amiga, provocaría en el tantas cosas y desencadenaría un montón de eventos desafortundamente afortunados... WARNING: Fondue Explícito.