Llegada de la epidemia.
Me encontraba conduciendo mi Ford por la autopista 85 mientras hablaba con mi amigo Eddie por el manos libres.
-Estoy de camino al hospital de King County.
-Richie haz el favor de dejar de investigar. Si te ve la familia y les cuentas por que estás allí, te van a echar a patadas. Incluso si te inventas una excusa dudo que puedas quedarte a husmear.
-No pierdo nada por intentarlo, ¿no? -una ambulancia pasó por el carril contrario al mio a toda prisa.
-¿Qué está pasando Rich? Se oye mucho jaleo.
-No estoy seguro. -justo cuando subí la mirada para continuar la marcha, una persona se echó encima de mi coche. La había atropellado.-Joder, joder, joder.
Me había salido de la calzada con el coche, así que me bajé y salí a comprobar el estado en el que se encontraba aquella persona. Había volado algunos metros y se había chocado contra un árbol. Había mucha sangre.
-Oiga, ¿está bien? -la persona no respiraba.
Me llevé las manos a la cabeza, aunque intentaba relajarme y pensar con claridad. Me acerqué de nuevo para comprobar que efectivamente estuviese muerta. Le dí la vuelta y esa persona se abalanzó contra mi.
-¿Qué hace? ¡Suélteme! -me la quité de encima como pude y me quedé mirándola.
Su apariencia había cambiado, no tenía aspecto humano. Sus encías habían consumido por completo sus labios y dejaban ver sus asquerosos dientes podridos. Seguía persiguiéndome, soltándome mordiscos, así que me monté en mi coche y salí de allí lo más rápido que pude.
No sabía a dónde ir en aquel momento, por que ya no me parecía apropiado ir al hospital a comprobar el estado del policía al que dispararon hace un par de días. Conduje por inercia hacia casa de Bill Denbrough. Cuando llegué, la madre de Bill estaba sentada en el porche llorando abrazada a su hijo.
-Creo que no he llegado en buen momento. -dije y me dí la vuelta para marcharme.
-Tú también los has visto, ¿verdad? Por eso has venido.
-¿A quiénes Bill? ¿De qué hablas? -aunque sabía perfectamente a qué se refería, pero quería escucharlo de su boca.
-A los caminantes, o por lo menos a uno de ellos. -dijo acercándose hasta dónde yo estaba.
-Así es. Atropellé a uno e intentó morderme.
-¿Pero no lo hizo verdad? Rich es muy importante que recuerdes si te mordieron o te arañaron. -dijo y acto seguido empezó a comprobar si tenía alguna herida.
-Tranquilo Big Bill, no me han tocado.
-Mejor. Yo acabo de perder a mi hermano. Se lo han comido Rich, no he podido hacer nada. -dijo echándose a llorar.
-Joder, lo siento mucho. -me acerqué a darle un abrazo.
-Pasó todo tan de repente. Entraron tres de ellos en casa y subieron a su habitación. Mis padres no estaban y yo estaba en la ducha. Cuando le oí gritar. Dios mío, salí lo más rápido que pude, pero ya no estaba Rich.Después de escuchar lo que le pasó a Bill, cogí el coche y me dirigí a mi casa para comprobar que mis padres estuviesen bien. Cuando llegué, estacioné el coche en el aparcamiento y me fijé en que la puerta de mi casa estaba abierta de par en par. Avancé por el interior y estaba todo revuelto, como si hubieran entrado a robar. Me fijé en las cosas que faltaban: comida, ropa y todas las fotografías del salón. No quedaba nada, y por supuesto ni rastro de mis padres. No sabía si eso era buena o mala señal.
-¿Qué haces tú aquí? -dije cuando entré en mi habitación y vi a Eddie sentado en mi cama mirando una foto.
-Estaba preocupado por ti. Cuando estábamos hablando se escuchó un golpe y me colgaste. Pensé que te había pasado algo. Y cuando vine aquí estaba todo patas arriba y no había nadie.
-Eddie, ¿no has notado nada raro viniendo hacia aquí?
-No, ¿qué se supone que tenía que haber visto?Intenté ponerle en situación. Le conté el accidente que tuve con el coche y lo de la muerte de Georgie.
-Joder..¿y cómo es posible que yo no haya visto nada?
-Eso parece lo más raro de todo, por que cada vez hay más.Convencí a Eddie para que cogiésemos provisiones y un poco de ropa, necesitábamos salir de la ciudad cuanto antes. Primero cogimos algo de ropa en mi casa y luego pasamos por la de Eddie para coger alimentos. Llenamos el coche hasta arriba con lo que pudimos y nos dirigimos de nuevo hacia la autopista 85. Por el camino nos encontramos a Beverly Marsh, quién se unió obviamente a nuestro equipo.
Estuvimos conduciendo por lo menos una hora y media cuando llegamos a un gran atasco, del que no parecía que fuese a salir nadie. Vimos a gente salir de sus coches, y yo decidí salir a preguntar.
-Perdona, ¿sabéis que está pasando? ¿Por qué no avanzamos?
-Están bombardeando la ciudad. Se están tomando muchas molestias para que nadie salga vivo de esto. -me contestó un hombre cuyo rostro me era especialmente familiar.
-Shane tenemos que irnos, da marcha atrás, lo que sea. Carl tiene miedo y aquí no estamos a salvo. -aquella mujer también me resultaba conocida.
-Lori métete en el coche. Avisa a Carol y a Ed de que nos vamos, por si quieren seguirnos. -dijo y acto seguido se metió en el coche.Continué con la oreja puesta en la conversación que Lori mantenía con esa tal Carol.
-Carol tenemos que irnos. Mete a Sophia en el coche y dile a Ed que nos siga. Shane nos mantendrá a salvo, te lo prometo.
Cuando escuché eso, me metí en seguida en el coche, dispuesto a seguirlos. Arranqué y pisé el acelerador a fondo.
-Rich, ¿adónde vamos?
-Tenemos que seguir a ese grupo, si queremos sobrevivir a esta locura. Parece que saben lo que hacen. La cuidad está siendo bombardeada, así que no podremos entrar.Terminada la conversación, localicé el coche de Shane y los seguí carretera abajo. El otro coche también los seguía. Condujeron toda la tarde, ya que querían alejarse lo máximo posible de la ciudad. O eso supuse yo.

ESTÁS LEYENDO
Scape the death.
Mystery / ThrillerLa historia se sitúa en 1960, en Derry. El mundo tal y como lo conocían ha desaparecido. Una epidemia hizo estragos todo lo que tenían y ahora solo pueden contar los unos con los otros. El líder del grupo, William Denbrough, deberá mantenerlos a sa...