Aún no nos traían la planta.
Según María era más seguro que todos nos quedáramos aquí. Tuvimos que mover las mesas y sillas para que tuviéramos un gran espacio donde aplastarnos como patos, según Rayan. A decir verdad que el orfanato quedara a oscuras fue un gran intensivo para hacer amigos, ya que normalmente me la pasaba en mi habitación a esperar las comidas.
María nos había informado que dentro de poco nos traían la planta.
-. Hola chicos-. Rayan y yo nos sentamos junto con un grupo de chicos algo apartados de los demás, todos me miraron curiosos y Rayan siguió hablando-: Ella es Alexia, mi nueva amiga.
Sonreí.
-. Pues bienvenida a nuestro pequeño grupo-. Asentí-. ¿Con quien están ustedes?. Nosotros con Talia.
-. Julia-. Respondí.
Las monjas nos habían dejado caminar un poco por el lugar, siempre y cuando no saliéramos pues eran ellas las que cargaban las linternas, aunque las habían dejado en puntos estratégicos para alumbrar.
Los presentes en el grupo empezaron a contar historias de miedo, a susurros, ya que si las monjas nos escuchaban obviamente llevaríamos un gran regaño-. Se dice que aún esta con vida-. Continuo relatando Rayan-. Y se lleva a las niñas que no quieren decir su edad-. Me susurro. Voltee a verlo.
-. Será una lástima que sea la última vez que nos veamos-. Él levantó una de sus cejas.
-. ¿Segura?.
******
La planta por fin había llegado.
Poco a poco nosotros nos íbamos hiendo a las habitaciones, en mi caso; Mi habitación. Rayan me estaba acompañando pues por lo que alcance a escuchar, su habitación quedaba cerca de la mía-. Siempre te veo-. Me comento.
-. Yo igual-. Metí mis manos en la chaqueta que cargaba, buscando calor-. Pero nunca hablábamos-. Dije seguida de una risa.
-. Exacto-. Pare frente a mi puerta y él la miro raro-. ¿Duermes en el cuarto de limpieza?.
-. Aunque no lo parezca, es suficiente grande para una cama-. Abrí la puerta y Rayan ojeo mi habitación con rapidez. Lo último que queríamos era que una monja pensara mal de nosotros.
Hubo un pequeño silencio entre nosotros que un maullido rompió. Ambos miramos a mi ventana y ahí se encontraba el mismo gato, rasguñando suavemente el vidrio. Rayan se sorprendió demasiado y entro con rapidez a la habitación para abrirle la ventana al cuadrúpedo.
-. ¡Dios!. Hacia tiempo que no veía un gato como este-. Entre a la habitación pero no cerré la puerta, así por sí alguna monja llegaba a pasar vería que estábamos los dos acá sin hacer nada indebido.
Y no es que no quisiera, tas.
-. ¿Has visto antes un gato como este?-. Rayan asintió un poco emocionado-. ¿Te gustan los gatos?.
-. Me gustan los animales-. Respondió con simpleza.
El gato maullaba sin parar cada que Rayan lo tocaba, me comencé a estresar por el continuo sonido pero no quería espantarlo, así que solo me le quede mirando mientras Rayan contaba anécdotas vividas. Sin embargo, aquel gato comenzó a inquietarme cuando sentí que me seguía con la mirada. Me levanté algo brusca pero Rayan no pareció darse cuenta, me acerque a la ventana y pude comprobar como aquel animal de ojos rojos me seguía mirando muy fijo.
Y luego sonrió.
Y yo grite.
Y Rayan lo soltó.
-. ¿¡Qué sucede?!-. Me pregunto, el gato salió por la ventana abierta y yo me aleje de la misma.
¿De verdad me sonrió ese gato?. ¿O fue pura paranoia de mi parte?. Rayan me miro angustiado, pero yo lo mire con aún más angustia cuando el gato volvió, sentándose en el bordillo de la ventana, volviendo a sonreír.
-. ¿¡Pero que significa esto?!-. Ambos volteamos a la puerta abierta, ahí se encontraba Julia, con las manos en la cadera y una mirada furiosa. Siempre he pensando que Julia es una mujer demasiado hermosa como para estar en este lugar-. ¡Sabes que no tienen permitidos esta clase de encuentros entre los mayores!-. Nos regaño.
-. P~Pero el g~gato...-. Voltee a la ventana y el muy maldito no se encontraba ahí. Julia zapateó.
-. Rayan, sal, hablare contigo después-. Rayan me soltó, no me había dado cuenta que me tenía sujeta de los hombros. Antes de irse volteó a verme y me guiño uno de sus ojos verdes y salió con tranquilidad-. Y tú Alex...-. Entro a la habitación y cerro la puerta. Se le notaba furiosa-. ¿¡Enloqueciste acaso?!.
-. Me gustaría pensar que no...-. Susurre. Julia gruño haciéndome reaccionar-. Lo siento, hermana, usted me conoce muy...
-. Sí, por lo mismo, como te conozco tan bien me da miedo que te descarriles-. Tomo el puente de su nariz y dejo ir un largo suspiro-.
Eres un caso.-. Pensé que ya estaba acostumbrada a este tipo de cosas-. Le sonreí coqueta. Julia me miro con molestia, deje ir un fingido tosido-. Bueno hermana Julia, tranquila, no lo volveré a hacer... Seré más precavida la próxima-. Le guiñe el ojo.
-. Ay que Dios te de iluminación en esa cabecita tuya, hija, la necesitas.
Adoro a las monjas.
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La Hija De Jeff The Killer.
Diversos¡Empieza la aventura nuevamente!. Esta vez la historia será algo más sería, no habrá saltos en el tiempo extraños y todo será como debe ser. Pero no se preocupen, tendrá su respectiva diversión y nuestra adorada Alexia Woods. ¡Disfruten!. ¡Próxima...