{Familia}
...
—¿Crees poder apurarte? —apresura Damian mirando a Jason a la cara. El azabache de un mechón blanco esta intentando atar correctamente el moño en el traje del más joven.
—Cállate, enano, al menos yo sé hacerlo solo. —se queja Jason, terminado de atar la endemoniada cosa. —Apenas todo esto está empezando y ya quiero que acabe.
—¿De qué te quejas, Jason? —aparece Tim en la habitación.
—De estas fiestas, siempre son lo mismo.
—Al menos no has tenido que participar en ellas desde los doce, yo llevo más tiempo en este negocio. —también aparece Dick. Todos llevan trajes a juego, todos son tan parecidos y tan diferente al mismo tiempo.
Richard y su sonrisa "Todo es felicidad". Jason y su cara de "Esto es una mierda y me quiero ir". La expresión aburrida de Tim demuestra menos y Damian es sólo Damian, siempre serio como el hijo biológico de Bruce que es.
—Tu al menos lo disfrutas. —gruñe Jason.
—Todos podrían si no fueran tan negativos. —les regaña Richard acercándose a Jason para acomodar su corbata. —Saben que a Bruce tampoco le gusta todo esto, pero la imagen de la compañía es importante. Si todos creen que somos una normal familia feliz y Bruce es, porque a veces lo es, el mejor padre del mundo, eso hará que todo marche bien.
—Lo que consigue dinero que siempre gastamos. —explica Tim.
—Exacto. —acepta Dick con una mueca. —Pero no hacemos esto por el dinero familiar. Hacemos esto porque, aunque a veces sea distante, Bruce es un buen mentor. Y padre. Y le queremos. —finaliza su pequeño discurso de cada año. Siempre cambia un poco al principio, pero siempre termina igual. "Porque queremos a Bruce."
Dando un paso atrás, Grayson analiza a cada chico, buscando alguna expresión de que sus palabras no son ciertas, pero incluso Jason no dice nada; porque, bueno, todos quieren a Bruce a su manera.
—Bien, entonces, vamos. —lidera Dick, siendo seguido por Jason, Tim y Damian. Los cuatro salen de la habitación de Damian y caminan por el pasillo hasta las escaleras a la enorme entrada que se a convertido en el salón principal de la fiesta.
Todo está decorado con escarcha, nieve falsa y estrellas brillantes que cuelgan del techo. Hay luces por todos lados y música navideña vieja. El enorme árbol navideño esta en una esquina del lugar, llamando la atención de todos.
—Ahora, sonrían. —pide Dick mientras comienza a bajar las escaleras. Al final, Bruce se encuentra teniendo la típica entrevista de los periódicos.
—¡Oh! Y aquí viene el resto de la gran familia. —anuncia el periodista cuando ve a los chicos bajar hasta Bruce.
Hay fotos, hay preguntas y bromas sin chiste. Incluso hay comentarios venenosos y miradas agresivas, pero todo termina como siempre; a la perfección.
Luego de la actuación ante las cámaras, sigue la actuación ante el público. Dispersándose, cada hijo heredero de la familia Wayne se une a la fiesta y conversa con los invitados; es de buenos modales, dice Alfred todo el tiempo. Es molesto, difieren Jason, Tim y Damian. Sin embargo, se desenvuelven con naturalidad y carisma, hablando fluido y sin dejar que la conversación muera.
Bailan con las mujeres que le piden una pieza, e incluso Damian bailó con la jefa de policías de Gotham. Charlan de política con los ancianos, sobre los viejos tiempos y los adolescentes de ahora. Nunca puede faltar un buen chiste.
Todo es metódico, calculador y aburrido. No hay tiempo para comer entre las charlas, los bailes y las presentaciones. Es la vida de una familia tan importante como lo son los Wayne, aunque ninguno de ellos lo sea, a excepción de Damian. Cada navidad es lo mismo, cada fin de año. Sin embargo lo hacen, porque Bruce poco les pide cuando se trata de sus imágenes como integrantes de la familia.
Cuando todo acaba, la sala y la parte delantera de la mansión son un desastre.
—Estoy agotado. —expresa Jason sentándose en las escaleras mientras afloja la corbata, Tim y Damian se sientan a su lado. Dick se quita el abrigo y afloja también su corbata, esta por sentarse con los chicos y quejarse sobre esa noche, cuando alguien toca a la puerta.
Bufando, Richard se gira para abrir la puerta. Piensa que debe ser alguien que olvidó algo, pero cuando abre la puerta, una rápida mano toma su barbilla y lo jala al frente en un beso inesperado.
El mayor de los Wayne esta por empujar lejos a la persona, por reflejo, pero reconoce los labios juguetones que están sobre los suyos y la mirada verde traviesa que le ve con diversión.
—Wally. —nombra cuando se separa, una sonrisa en el rostro de ambos.
—Imbécil, ¿Y si no hubiera sido Dick? —alguien le golpea la cabeza al pelirrojo, empujándolo para pasar.
—Conner. —saluda Richard con una enorme sonrisa.
—¿Podemos pasar? —pregunta Clark, apareciendo detrás de los chicos.
—Aquí afuera esta haciendo mucho frío. —Roy también se muestra entra todos.
—¿Qué hacen todos aquí? —se levanta Jason, sonriendo de lado cuando ve a Roy.
—Bruce nos invitó. —dice Clark mientras pasa y detrás de él, Jon sale con una enorme sonrisa y corre hacia Damian, quien inmediatamente frunce el ceño y se queja por el opresor abrazo del niño.
—Ya llegaron. —aparece Wayne. —Alfred nos dejó la comida antes de irse. —anuncia, girando para dirigirse al comedor. Clark se le junta en el camino, dejando a los demás.
—Vamos, muero de hambre. —Jason abraza a Roy por los hombros y lo jala detrás de los dos hombres, seguidos por Tim y Conner que platican de cualquier cosa. Damian, empujando a Jon lejos, corre al comedor seguido por el hijo de Clark.
—¿Quieres ir a comer? —pregunta Richard sonriendo hacia Wally, a quien se le ilumina la mirada.
—Nunca hay que decirle que no a la comida de Alfred.
Dick se ríe, tomando la mano de West para dirigirse al gran comedor.
Aquella sorpresa y la comida, hace que el final de la noche no sea tan malo. Bruce usualmente les dejaba ir cuando acaba la fiesta, pero ahora había organizado una pequeña cena.
Todos comen y hablan y bromean y ríen. Es cómodo, es agradable y cálido.
Cuando la comida acaba, Jon corre detrás de Damian, Clark se pierde con Bruce en alguna parte de la mansión y el resto se va a uno de los salones.
Todos se sientan en el piso y hablan de todo un poco; sus días cuando no son súper héroes, sus mejores peleas y tonterías. Damian, totalmente cambiado, se une a ellos junto a Jon. Ambos niños se sienten en un sofá y juegan con sus teléfonos.
Cuando la noche se convierte en mañana, las risas se han calmado y ahora todo son susurros.
Damian y Jon duermen uno recostado sobre el otro en el sofá, Dick abraza a Wally por la cadera mientras utiliza su regazo para dormir. West, Jason y Roy siguen platicando uno al lado del otro, mientras que Tim y Conner duermen al lado de Richard.
El velocista acaricia distraídamente los cabellos de su pareja, mientras sigue hablando con Todd y Harper, quienes disimuladamente están tomados de la mano.
La noche no inició de la forma más agradable para todos, pero terminó de la mejor manera.