Un pedazo de navidad

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El protagonista de nuestra historia iba alegremente tarareando villancicos, dando uno que otro saltito de emoción, incluso saludando a gente que nunca en su vida había visto mientras iba por los pasillos de la academia Fukurodani.

¿La razón?

—¡Hey, hey, hey! ¡Es navidad!— Exclamó con sutil entusiasmo, entendiendo por sutileza el abrir de par en par la puerta del gimnasio, dar un gran salto y luego dar vueltas con la primera persona que encontró.

—Pues parece que Konoha está a punto de adornar navideñamente el gimnasio con su almuerzo— Señaló Komi al notar el rostro verde del rubio, quien apenas fue liberado corrió al baño tapándose la boca.

—¡Pero es navidad!— Continuó el capitán sacando brillantina del bolsillo, la que Washio terminó por estornudar— ¡Luces, comida, regalos...!

—Espera, siento que mi yo de un universo alternativo ya ha escuchado esas palabras— Mencionó el líbero, a lo que Kaori le hizo un gesto de que eso no se debía mencionar.

—¿De dónde sacaste la brillantina?— Rió Sarukui.

—Tengo mis contactos— Sonrió con suficiencia el rematador.

—El entrenador se la dio para que dejara de jugar con las luces navideñas de la sala de profesores— Dijo Yukie al entrar.

—¡¿Estabas viendo, Yukippe?!— Exclamó con la mano en el pecho de forma dramática.

—No realmente— Dijo abriendo unas galletas— Estaba hablando por teléfono afuera y lo escuché.

—¡Entonces también habrás escuchado del mega hiper súper gran evento de hoy!— Recuperó su entusiasmo moviendo las piernas en su lugar.

—Tengo un mal presentimiento— Comentó Konoha al llegar al círculo.

—No sé, como que el hiper me hace dudar— Señaló Komi.

—Parece como si el grinch te hubiera vomitado— Fue el amigable comentario de la pelirroja al ver a Konoha.

—Oh, gracias, me sonrojas— Ironizó, aunque trató de arreglarse mejor el cabello.

—¡Habrá una fogata, con bailes, comida y música! ¡El entrenador dijo que era un agradecimiento a todos los clubes deportivos! ¡Y-Y-Y-! ¿Dije que habría comida?

—Pues no suena nada mal— Komi se lo imaginó con una sonrisa.

—¡¿Verdad?!— Bokuto ya no podía con la emoción contenida— ¡Muero por ir contigo, Akaaaashi!

El silencio se hizo en el lugar, haciendo que Bokuto se sobresaltara al no escuchar el "Por supuesto, Bokuto-san" que estaba esperando. Buscó por el gimnasio, la malla de voley, el camarín y detrás de cada integrante del equipo, terminando su búsqueda arrodillado frente a la botella de agua que Akaashi había olvidado el día de ayer.

—A-Akaashi, no, n-no puede ser— Dijo acercándose temeroso a la botella hasta que llegó hasta ella y levantó la vista al cielo— ¡¿Por qué?!

—Akaashi no está ahí, búho idiota— Le dio un zape Konoha.

—Es verdad— Apoyó Komi— Akaashi por lo menos sería de esas botellas térmicas.

—¡Oh! ¿Hablas de las que mantienen el frío por horas? Ayer me compré una— Contó Sarukui.

—Yo también tengo una— Se unió Onaga mostrando su botella, pero esta le fue arrebatada por el capitán.

—¡Confiscada!— Exclamó cruzándose de brazos.

—¿Eh? ¿Por qué?

—Yo protegeré a la raza de Akaashi— Dijo con tono solemne, a lo que el de primero miró suplicante en dirección a Yukie, quien ya estaba comiendo la última galleta indiferente a todo.

Búhos en NavidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora