Capítulo 1

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- Ay no entiendo a esa gente - dije observando con más desprecio del que hubiera querido a una familia que llevaba su chango de compras lleno de decoraciones navideñas - debe llevar tal vez 1000 dólares ahí

- ¡Hécate! - me reprendió mi mamá

- ¡Mamá no me llames así! - chille al mismo tiempo que tire una barra de chocolate en el chango

- ¡Bueno ya deja de lado esa opinión tan negativa que tienes de la navidad! Es irritante - me había esquivado radicalmente y se fue hacia la carnicera dejándome sola en la sección de golosinas

- ¡Pues yo... - grite pero me calle al darme cuenta que la familia navideña me observaba con reproche. Corri hacia mi mamá - pues yo odio tener que celebrar siempre navidad! Déjame irme por ahí, a un bar a embriagarme o algo así...

- Selene... - respiro profundo y se tomó el puente de la nariz - te dije que no me acompañes a comprar, si sigues así, vete al auto

- De acuerdo me callo.

Mamá era abogada, llevaba puesto unos jeans azules que parecían nuevos, una blusa blanca de gasa, arriba una saco de seda negro y unos súper zapatos de tacón aguja.
Desde mi punto de vista, sino fuera abogada, no sería tan estricta y perfecta, pero ella afirma que no es perfecta, que soy yo la desdeñada. Un poco de razón tiene. Llevo puesto unos súper cómodos pantalones elepants, un suéter amarillo patito y mis Vans viejas.
Me pare al lado de mamá mientras ahora elegía distintos embutidos y nos observé en el espejo de las góndolas.

- Mírate - levanté su mentón con mi mano y rodó los ojos al mirar el espejo con desdén - eres tan bella, dime la verdad por favor madre hermosa, me nombraste Hécate, es obvio que me adoptaste con ese nombre.

Otra vez me dejó sola y se fue hacia las heladeras. Volví a observarla y la verdad es que aaamo su cabello, enserio, tiene el pelo corto un poco por debajo de la mandíbula pero super lacio, además de su piel hermosa y su cuerpo claramente.

- ¡Selene! - me estaba llamando pero yo estaba sumida en mis pensamientos mirando a la nada

- Ah - reaccione y fui hacia ella

Camine en silencio un rato mientras mamá seguía eligiendo galletas, había atendido una llamada en esas cosas raras que van en la oreja para hablar por teléfono y cuando corto volví a hablarle.

- ¿Quienes vendrán?

- Los abuelos, la tía Mary, el tío Lolo, sus dos hijos, la tía Keshia, el tío Ramón, sus dos hijos...

- ¿Encerio? Van a venir molestia 1 y molestia 2

- Empiezo a creer que prefiero hablar con mi clientes furiosos por una hora a que tener que soportarte Selene.

- Lo siento... ¿Y quién más?

- Victoria, la bebé y los chicos invitaron a un amigo, y me pidieron permiso asique ya cierra esa boca y no hagas una queja.

- Ay dios mío no puedo contenerme

Después de una hora más, mamá había llenado otro carro asique llevábamos uno cada una.
Fuimos a pagar y había una nena haciendo una rabieta porque sus papás no le compraron un dulce.
Mamá me piso el pie porque sin darme cuenta tenía expresión de asco.
Tardamos casi 40 minutos más vaciando ambos carros y volviendo llenarlos.
El cajero era suuuper apuesto, tenía un aro negro redondo que me volvía loca, unos anteojos negros y un corte con pelo arriba y rapado a los costados.
Al fin habíamos guardado todo en el auto, estaba muy aburrida, pero lamentablemente tenía que ir a trabajar.

- ¿Me llevas al trabajo?

- ¿Cuando vas a renunciar a ese trabajo?

- Mamá... Aunque tú y los abuelos ganen como un millón de dólares no me quieren dar plata para derrocharla en libros, alcohol, consoladores etcétera, asique, mejor trabajo.

Navidad Fue Más Que Una Noche Donde viven las historias. Descúbrelo ahora