Danger (Nico Mirallegro & Diana Jones)

36- "It's a shame you didn't die." - "Es una pena que no murieras-"

Aviso, este capítulo es un poco hot. ;)

Diana’s Point of View:

Por la forma en la que Nico le habló a Kayla, estaba casi segura de que ella se hubiera ido pero sin embargo, para mi sorpresa, ella se quedó.

“He oído lo que te pasó,” Ella se paseó por dentro de la habitación, con la cabeza en alto, una sonrisa girando sobre sus labios manchados de rojo. “Es una pena que no murieras.” Ella se burló.

Levanté mis cejas interrogándome. ¿Quién diablos se pensaba esta perra que era?

El rostro de Nico se endureció, su cuerpo suspendido en una posición tensa. “Vete a la mierda Kayla, antes de que—“

“¿Antes de que?” Ella escupió sin humor. “¿Hm?” Ella ladeó su cabeza hacia un lado.

“Te mate.” Escupió con veneno.

Me mordí mi labio ante sus duras palabras sabiendo que en el fondo, él las quería decir. Sabía de primera mano que él no tenía miedo de lastimar a una chica tanto emocionalmente como físicamente-no es que me golpeara pero él se estrelló contra mi antes, y jodidamente dolió.

Esperaba que Kayla se asustara, pero en lugar de eso se echó a reír haciendo que Nico cerrara su mandíbula dejándola apretada, su cara firme.

“¿Qué es tan malditamente gracioso?” El siseó.

Sonriendo, sacudió su cabeza. “El hecho de que hagas muchas promesas vacías, es una pena que en realidad pienses que me las voy a creer.”

“No me conoces.” El escupió.

“Oh, te conozco.” Ella sonrió maliciosamente haciendo que mis entrañas se retorcieran de forma desconocida. “Y sé que no pondrías una mano sobre mí.”

Esto hizo que Nico levantara una ceja, con una sonrisa formándose en sus labios. “Piensa de nuevo, perra. Para alguien que me conoce tan bien, no sabes exactamente de lo que soy capaz de hacer.”

“Parece que has olvidado un montón de cosas, Mirallegro. No me sorprendería que hubieras olvidado cuantas veces me has amenazado y ni siquiera has actuado.”

Ahora era el turno de que Nico riera, “Por supuesto que no. ¿Eres estúpida? Te necesitaba para un buen uso. ¿Cómo podría desperdiciar eso?”

Eso tocó su sensibilidad, porque al instante la cara de Kayla cayó y un amenazador gesto tiró de sus labios. “Púdrete en el infierno, Mirallegro.”

“Te veré allí nena.” El hizo un guiño burlón.

No pude dejar de fruncir el ceño por el apodo que él le había llamado, mi cuerpo se lleno de celos.