Lo único que podía oír esa tarde no era nada más ni nada menos que mi propia respiración agitada a medida que corría por las ruinas de lo que alguna vez había sido Ciudad Condimento.
Miraba constantemente a mis costados, esperando verte aparecer de la nada para golpearme; fui estúpido al atacar sin pensar con cada pequeño sonido a la distancia.
Mi brazo estaba roto en ese punto, había sangre cayendo de mi frente y uno de mis ojos ya estaba demasiado hinchado como para poder ver algo. Tú habías roto tu promesa.
Estaba intentando escapar cuando apareciste y me hiciste vomitar tras dar una patada en mi estomago. Me sentí débil, intenté defenderme a pesar del dolor en mi cuerpo, realmente no sirvió de nada pues mi destino fue el mismo.
Estaba en el suelo cuando decidiste que sería bueno ponerle un fin a mi vida, yo no quería morir, no de esta forma, no quería que tú me mataras pero ya no podía hacer nada, mi cuerpo estaba tan roto y a ti no parecía importarte.
-Ryo. -Te llamé desde el suelo, con la voz entrecortada y apenas pudiendo susurrar.
Te vi sonreír, agachandote a mi lado para poner escucharme mejor.
-¿Si, Teruki?
Tardé un poco en responder pues un nudo empezaba a crearse en mi garganta y las lágrimas no tardaron en mezclarse con la sangre.
-¿Por qué prometiste algo que no planeabas cumplir?
-Es divertido cuando te pones feliz por tales tonterías.
-¿alguna vez me quisiste de todos modos...?
-No.
La conversación se quedó en ello, estaba tan triste y adolorido ahora pero eso no es algo a tomar realmente en cuenta por lo poco que duró.
Ser asesinado por amor podría llegar a sonar hasta poético, pero morir asesinado por alguien que nunca te amó es algo tan doloroso...
-Adiós y gracias por la diversión, Teru. -Te despediste en tono burlón.
Miles de pensamientos pasaron por mi mente durante el segundo en el que aún estaba con vida, "¿qué pasará con Kageyama? Se supone que saldríamos juntos mañana, ¿qué hay de los chicos de Despertar? Ellos realmente han progresado tanto, ¿Qué hay de la escuela? ¿Qué hay de mis amigos? ¿Qué pasará con todo? ¿Alguien notará mi ausencia? Yo realmente no quiero morir..." pero ninguno de esos pensamientos pudo cambiar nada.
Yo ya estaba muerto.
