La pelirroja estaba en el suelo, de rodillas, semidesnuda y cubierta de sangre. Las lágrimas rodaron por sus mejillas. Otra chica, más alta, con cabello oscuro, estaba frente a ella, con unas tijeras en la mano y una sonrisa sádica en su rostro. La asesina obligó a su víctima a ponerse de pie.
"Adiós, Haru-chi".
La chica de cabello oscuro apuñaló a la otra chica en el corazón, matándola. La asesina escuchó a alguien detrás de ella. Se dio la vuelta y descubrió a una chica morena, con dos trenzas y gafas rojas. La asesina se acercó a ella, con unas tijeras ensangrentada en la mano y una sonrisa espeluznante en su rostro.
"Shiena-chan ..."
Takechi Otoya se despertó. Fue solo un sueño, uno maravilloso. Lo que más lamentaba Otoya era el hecho de que no había logrado matar a Ichinose Haru. Su orgullo estaba terriblemente herido. Ella no podía aceptar su fracaso. Incluso se había escapado de la cárcel para matar a Haru, incluso sin la recompensa. Pero desafortunadamente, fue derrotada por Hanabusa Sumireko atrapada por Hashiri Nio, antes de ser enviada de regreso a prisión. ¡Qué humillante fue esto para ella! Ella falló dos veces. Otoya se levantó de su cama y miró los barrotes de su celda. Fue muy frustrante estar en la cárcel. La asesina regresó a la cama y se sentó. De repente, Otoya recordó algo que había visto en su sueño.
"¿Por qué soñé con Shiena-chan?" Se preguntó Otoya
Para Otoya, Kenmochi Shiena era linda, apreciaba compartir una habitación con ella.Pero, ella tenía que controlarse todas las noches para no matarla. Fue realmente duro para ella. Otoya incluso había planeado matar a Shiena después de matar a Haru. De repente, un guardia de la prisión apareció frente a su jaula.Abrió la jaula y soltó al asesino.
"Ven conmigo." dijo, antes de irse.
Otoya, sorprendida, lo siguió. Salieron juntos de la cárcel y se detuvieron frente a un taxi.
"No lo entiendo". Dijo Otoya. "¿Por qué me ayudarías a escapar?"
"Tengo mis razones." dijo el guardia.
Tomó un pequeño trozo de papel y se lo dio.
"Es una dirección". él dijo. "Ve allí y estarás a salvo".
"Huh ... está bien. Gracias ... supongo".
Otoya entró en el taxi y salió en dirección a la dirección. La apariencia del guardia de la prisión cambió. Se convirtió en una chica bajita con cabello rubio corto y una sonrisa traviesa.
El manga café estaba bastante tranquilo hoy, no había muchos clientes. Shiena estaba limpiando algunas mesas cuando su jefe la llamó.
"Kenmochi-san, puedes tomarte un descanso si quieres".
"¡Realmente gracias!"
Ahora que tenía un descanso de su trabajo regular, Shiena podía concentrarse en su trabajo especial. La asesina fue a su computadora personal. Después de no haber podido matar a Haru debido a Kirigaya Hitsugi, Shiena fue hospitalizada por unas semanas. Después de eso, continuó siendo miembro del grupo Despido colectivo y también comenzó a trabajar en un café manga. De alguna manera, Shiena estaba agradecida con Hitsugi. Haru era una niña inocente, si Shiena la hubiera matado, probablemente habría tenido remordimiento.
"Es hora de mi trabajo especial". Shiena pensó.
Shiena era una persona realmente vengativa.Tenía algo de resentimiento contra la Academia Myojo. Por eso estaba intentando hackear su sistema informático, por exponer sus secretos.La asesina era bastante buena con las computadoras y la piratería. Había estado intentando piratear la academia durante unos días, pero el sistema informático estaba bien protegido. Después de mucho esfuerzo, Shiena había logrado piratear una parte del sistema informático.
"¡Voy a exponer sus secretos con seguridad!"Shiena afirmó perseverantemente.
Shiena nunca usó su computadora en su departamento, porque sería peligroso para ella si la Academia Myojo hubiera descubierto que los estaba pirateando. Ella pensó que esto era más seguro para ella, pero en realidad, la academia ya sabía su dirección.
Eran las 22h30. Shiena estaba en su cama, tratando de dormir. Ella decidió leer un manga, porque no podía conciliar el sueño. Por lo general, ella prefería leer libros, pero su trabajo en un café manga la inició a mangas. De repente, alguien llamó a la puerta.
"¿Quién es ese, tan tarde?"
La persona insistió y llamó más fuerte. Shiena salió de su cama y se dirigió hacia la puerta, frustrada.
"¡Cálmate, ya voy! Maldita sea ..."
Shiena abrió la puerta. Fue un gran shock cuando descubrió la identidad de su visitante.
