5. ¿Quién es Mateo Szymanski?

376 55 24
                                    

Hola a todos ¿Qué creen? Sigo aquí :) Espero que este capítulo les guste tanto como a mí el escribirlo. Besitos censurados.

"Y de pronto...".

Aristóteles Córcega rara vez cedía a la curiosidad cuando de Temo se trataba. Era claro que su novio lo amaba, que se estaba esforzando por estar con él y que el futuro que ambos construían pintaba para ser la mayor aventura de sus vidas. Y sin embargo ¿Por qué sentía curiosidad respecto a ese chico que, sin ningún motivo aparente, le estaba escribiendo a su novio? ¿Y por qué Temo no le había contado de su encuentro con él? De ahí salió la pregunta que ahora estaba frente a Temo.

— Tahi... ¿Quién es Mateo Szymanski?

Cuauhtémoc López no olvidaría nunca un apellido tan poco ortodoxo como el del chico del café; no porque tuviese algún interés en él, sino porque parecía que los nombres y apellidos extraños se esmeraban en seguirlo. Solamente había que tomar de ejemplo el suyo propio: Cuauhtémoc, novio de Aristóteles y ahora contactado por Szymanski, Mateo Szymanski. No tenía mucho que decir.

— No sé mucho de él, Ari. En realidad, lo conocí en la cafetería porque es amigo de ese ogro que tengo por jefa ¿Qué te digo? La verdad me extraña. Lo que sí oí decir a Viviana es que es mexicano; pareciera que está enamorada de él o algo, porque se la pasó hablando toda la tarde de ese tipo ¿Cómo sabes su nombre?

— Es que... te acaba de escribir y yo...

— Pues no es nadie importante en realidad, Tahi.

La inseguridad era algo que Aristóteles no había experimentado desde hace mucho tiempo; no desde que Diego Ortega se hizo su amigo y mucho menos desde que se habían comprometido, pero las circunstancias habían cambiado ¿no? ¿Qué tal si...?

— ¿Qué vas a responderle? — Aristóteles miraba expectante a su novio.

— Ni siquiera he leído el mensaje, menso.

— Bueno, pues dice que te tiene una propuesta laboral.

Temo sonrió involuntariamente, pero solo lo hizo porque parecía que su problema económico podría resolverse si la propuesta de Mateo era buena. En este punto, en el que estaba sin trabajo, pero sí con muchas cuentas que pagar, no podía ponerse demasiado exigente con las ofertas laborales que pudiese recibir.

— Entonces tengo que verlo — Temo tomó el teléfono de las manos de Aristóteles, para responder con cordialidad.

"Agradezco tu interés, Mateo. Mándame la ubicación y dame un horario. Tengo flexibilidad porque ya no trabajo en El Apiñón"

Temo no esperó siquiera la respuesta. Dejó su teléfono a un lado y volvió a recostarse junto a Aristóteles. Sea quien fuese ese tal "Mateo" le daba una muy mala espina.

****************

­— ¡¿Cómo que Cuauhtémoc renunció?! — Juan Muñoz realmente estaba enfurecido — ¡¿Qué argumentos te dio para irse?!

Viviana se quedó inmóvil por unos instantes. No podía comprometerse ni mucho menos decirle a su jefe que el chico se iba porque ella le hizo la vida imposible.

— Dijo que el trabajo era mucho y que apenas y era aprendiz. No pudo esperar el tiempo necesario para entrenarse — La chica mordió su labio inferior de forma instintiva.

— Bueno, pues va a tener que decírmelo a la cara. Después de todo lo que Gabriel y Mario hicieron por él, se me hace muy ingrato de su parte el dejar el trabajo así nada más por un berrinche.

Catástrofe. Eso era lo que pasaba por la mente de Viviana Lobos, mientras veía a su jefe digitar el número de Cuauhtémoc López en su teléfono ¡No podía permitir que se vieran! ¿Cómo hacer para evitar que el chico la exhibiera?

Por nuestro futuro || AristemoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora