VEINTISÉIS

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No estaba segura cuanto tiempo había pasado, no importo que tanto grite para que me sacaran de esta habitación, porque me ignoraron por completo, podia escuchar como discutían por fuera, no estaba segura de quien se trataba o quien era la persona que estaba discutiendo sin embargo parecían bastante enojados. Trate por todos los medios intentar quitarme la cadena del tobillo, pero fue prácticamente imposible. El tiempo pasaba bastante lento, solo lograba aumentar mi ansiedad, mi miedo, mi odio hacia él

Escuché pasos en el pasillo que estaba fuera de la habitación, quise creer que no se trataba de Leónidas, pero escuche su voz, talvez hablaba con Deivid o alguna otra persona, no estaba segura, tome la sabana que cubría la cama, después me recoste, por último me hice la dormida y me cubrí completamente. Cuando escuché el sonido de la puerta abrirse, sentí como mi corazón se acelero, a tal punto que me sentía desesperada

Sus pasos eran torpes, podia jurar que cada paso que daba era lento, pero se escuchaba que se tambaleaba, su teléfono empezó a sonar, pero no respondió. Se acercó a la orilla de la cama, sentía como pasaba lentamente su mano por arriba de la sabana, me sentía incómoda, horrorizada, pero no quise gritar, primero porque no sabía como reaccionaria, segundo, podía oler el alcohol que emanaba de su cuerpo, al igual que podía ver la botella que tenía en sus manos

Sin esperarlo me arrebato la sabana, dejandome al descubierto, siento como pasa sus dedos por mí rostro, se detiene en la comisura de mis labios, trata de acercarse para poder besarme, pero me alejo bruscamente, lo cual solo logro molestarlo

—Nunca lo aceptaras ¿Cierto?

No le respondí, pero era verdad, no aceptaría jamás estar en esta situación, si antes me detuve por miedo a que le hiciera algo a mí família, ahora haria lo posible para que se alejara de mi

—¡CONTESTA ISABELLA!

Escucharlo gritar me asustó demasiado, y el que estuviera ebrio solo lograba aumentar su enojo. Empezó a quitarme la cadena del tobillo, pero lo hacia con mucha fuerza, lastimandome en el proceso

—¡Estoy harto de que siempre intentes esconderte de mí! ¡Estoy harto de que no me quieras de la manera que yo te quiero!

Estaba asustada, todo se estaba volviendo demasiado melancólico y sombrío, el se estaba enfureciendo cada vez más, sus gritos, su desesperación, y la manera en la que bebia de la botella de alcohol, solo lograba hacerlo mas inestable y peligroso de lo que era

—¿POR QUÉ?

Se me quedaba mirando, esperando una respuesta, podia sentir como con su mirada intentaba buscar algo dentro de mi, pero no había absolutamente nada para él, mas que odio, rencor, resentimiento, ese mismo sentimiento iban en aumento, hasta que ya no pude contenerme mas

—Porque te odio, odio que hagas esto, odio que me amenaces, odio que le hagas daño a mi familia, no puedo soportar mirarte, escucharte, te abor...

No dejó que terminara, su mano chocó bruscamente contra el lado derecho de mi rostro, me abofeteo. Parecía dolido o tal vez solo lo imaginaba, pero de un segundo a otro, su cara cambio por completo, ahora solo sonreía

—Y aún así Isabella, estas aquí conmigo, sin ninguna manera de escapar de mi lado, no importa a dónde vayas, yo estaré ahí para ti

Su voz tenía un tacto se cinismo, burla e irritación, pero su mirada era otra, podía sentir que me miraba con odio y con tristeza, talvez el gritarme, golpearme, solo era una fachada para ocultar su verdadero yo. Trato de acercar su mano a mi rostro pero me aleje bruscamente de él

—No tengo opción, tu me oblig...

—Eso es lo que diras, que todo este tiempo desde que inicio todo, ¿Te obligue? Dime Isabella ¿Quien crees que va creer esa estupidez?

Aunque costara aceptarlo, tenía miedo de que cuándo quisiera contarle alguien, me tacharan de mentirosa e inclusive que me culparan, la gente podría llegar a ser cruel e insensible

—¿Tus padres? ¿Tus amigos? ¿Crees que ellos te creerán? Talvez si, talvez no ó quizás ellos sean los únicos

—Tú no lo controlas todo, alg...

—Si no tuviera los recursos, ni las suficientes influenzas para controlarlo ¿Crees que haría todo esto? No sabes ni la mitad de la persona que soy, ni lo que represento

—No me interesa saber quién eres, no quiero estar aquí, no quiero verte mas, quiero que me dejes en paz ¿No logras entederlo? No quiero estar en este maldito lugar

Hablarle de esa manera me hizo sentir por un momento que tenia el control, que no le tenia miedo, aunque la verdad, estaba mas aterrada que nunca. Solo sonrió, se acerco a mi oído, trate de alejarme, pero fue imposible, sujeto mi cabello con fuerza

—Hacerte la valiente no te ayudara en nada, al contrario solo lo empeorarás

Se levanto de su lugar, pero entrelazó sus dedos entre mi cabello y al momento de levantarse, me estiro con intensidad, pero no se detuvo en ese momento, volvió a jalarme con fuerza provocando que cayera al suelo, podía sentir como mi piel, mi rostro, chocaron bruscamente con el frío suelo

—¿Sabes cuando escaparás de mi lado?

Su voz se escuchaba llena de rencor, odio e inclusive desesperación. Intenté levantarme pero subió su pie encima de mi espalda, haciendo presión para que me quedará en esa misma posición. Instantes después me bajo el pantalón que tenia puesto, empezamos a forcejear pero de alguna manera siempre lograba inmovilizarme

—¡SOLO MUERTO TE DEJARÉ IR!

Escuché como empezaba a quitarse el cinturón, comence a llorar, temía que quisera abusar de mi, no podia soportarlo, no quería hacerlo, tan sólo pensarlo me causaba repulsión

—¿Q-ue haces?

Mi voz sonaba rota, no pude evitar tartamudear, el miedo me superaba por completo. Cuando gire hacia él, note el cinto que tenía en la mano izquierda, mientras me miraba con cinismo

—Cosa ti meriti

Me volvió a tomar con fuerza del cabello, grite que me soltara pero no lo hizo, me arrojo a la cama, quedando boca bajo, intente levantarme pero el sonido del cinto chocar bruscamente con mis piernas me detuvo, el dolor fue demasiado doloroso. Podia jurar que mi grito fue desgarrador

—Esto que estoy haciendo principessa es para que aprendas a no volver a esconderte de mi ¿Entendiste?

No le respondí, simplemente el dolor físico que sentia en ese momento me lo impedía

—¡CONTESTA ISABELLA!

No me dio la oportunidad de intentar pronunciar alguna palabra, pues inmediatamente dejo caer el cinto contra mi espalda, fue aún mas doloroso, volví a intentar hablar pero volvió a golpearme. Así paso durante los próximos diez minutos, dejaba caer el cinto contra mi espalda, piernas, y cada que intentaba moverme por la desesperación del acto, volvía a golpearme pero esta vez con mucho mayor intensidad

Llego un momento en el que no soporte mas, el dolor me superaba, me sentía dolida, desesperada, sentia mucho odio y rencor, hacia él, con todas las fuerzas que mi cuerpo me permitía, grite para que por una sola vez no me hiciera daño

—¡DETENTE PORFAVOR!

Traducción

–Cosa ti meriti
–Lo que mereces

AMORE OSSESSIVO "ANTUAN"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora