DIECINUEVE

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"Leónidas"

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ENTRÓ A LA HABITACIÓN, SU MIRADA RECAÍA EN MÍ, SUS PALABRAS HACÍAN ECO, sus brazos se tensaban mientras exigía que le respondiera, comenzó a recriminarme, comenzó a gritarme aun mas fuerte, exigía que le dijera que era lo que quería, pero por mas que intentaba decir alguna palabra, no lo lograba. Mi labio temblaba, el miedo comenzó a invadirme, la agonía comenzó hacerse paso en cada pensamiento que tenía, mientras tanto él se quedaba en la misma posición, sin ningún miedo aparente o nerviosismo en su voz, actuaba con firmeza.
Retrocedí lentamente e intente guardar la calma, estar lo mas relajada posible, pero en este momento era practicamente imposible. Su mirada recorrió toda la habitación, miro con desprecio el charco de agua que entraba por la ventana, su mirada después recayó en mí, parecía aburrido y desinteresado. Comenzó a avazar, note que en las manos tenía dos sobres amarillos, se trataba de los mismos con los que había entrado la vez anterior, los dejo nuevamente sobre el escritorio. Pensé que se dirigía hacia mi, y retrocedí con miedo, él solo me miro con burla y siguió su camino hasta llegar a la ventana, para después cerrarla, evitando asi que las gotas de lluvia entraran

—¿Ahora si vas a decirme lo que quieres?—Preguntó con firmeza—¿Ó tendré que obligarte?

Su mirada era realmente intimidante, lograba que el miedo creciera, lograba que quisiera correr y esconderme

—Vamos Isabella, no tengo todo el día—Habló, para después mirar su reloj

Era como si cualquier rastro de valentía se esfumara, tenerlo frente a mí, era muy diferente a imaginarlo, era aterrador el hecho que si se molestaba y me lastimaban, nada evitará que él me dañara aquí mismo

Y-yo... —Musite con miedo—Mis padres, ellos no tiene-n dinero, nosotro-s no...

No dejo que terminara

—¿Crees que me importa?—Preguntó con desprecio—¿Crees que estas aquí porque quiero el dinero de tus padres? ¿Eso es lo que crees?

Comenzó acercarse hasta donde yo estaba, sus pasos eran lentos, podia ver cómo sus brazos se tensaban, su mirada se endurecia, tomando una postura rigida. Yo comencé a retroceder lentamente, trataba de no ser tan evidente. La sabana que cubría mi cuerpo era demasiado larga, logrando que en ciertas ocasiones tropezara. Quedé de espaldas a la pared, él a menos de un metro de distancia

—¿Crees en verdad que me arriesgaría tanto solo por dinero?—Preguntó entre risas—¿Quién crees que soy?

No lo conocía, no sabia quien era, ni de quien se trataba, mucho menos sabia que era lo que quería o lo que ganaría con esto. Mis manos comenzaron a temblar, hacia un gran esfuerzo para no comenzar a llorar. Quería ser fuerte

Quería serlo

—No sabes nada Isabella—Hablo con desdén

Tal vez este era el momento, aquel donde tenía que hablar, donde debía convencerlo de que me dejara escapar, convencerlo de que no diría nada ¿Pero como lo haría? Si cada que él entraba o decía algo mi mente se quedaba en blanco, el miedo me invadia, el temor a lo que sucedería lograba que tuviera la sensación de que me ahogaba lentamente. Estaba aterrada

Y-yo no dire nad-a—Musite

Se me quedo viendo en completo silencio durante el tiempo mas largo. No decía nada, sus facciones parecían neutrales. Su mirada recorrió cada rincón de la habitación, para después comenzar a reir efusivamente

No entendía nada

—¿Que es lo que quieres a cambio?—Preguntó con diversión

—Solo quiero regresar a casa—Levanté mi vista hacia él—Yo no dire nada, solo quiero irme

—¿Sabes mi nombre?—Se giro, dándome la espalda

Su pregunta me tomo por sorpresa, era algo que sin duda no esperaba que me preguntara, la cuestión era que debía responderle, no queria hacerlo enojar o influir para que su respuesta fuera negativa. Me quedé en silencio, los músculos de su espalda se tensaban, su voz comenzó a tomar forma, parecía irritado y aburrido. El siguió con su relato

—... Tiene muchos significados, entre ellos "Hijo de León" y "De la casta de los leonés" era el nombre de un rey espartano—Musito—Mi padre es muy aficionado a la mitología Griega, por otro lado mi madre es Italiana, no diría que les tengo aprecio, pero son mis padres

Giro hacia mi, solo por un momento, me observo de reojo y después volvió a su postura inicial.
Estaba confundída, intentaba pensar y relacionar cada palabra que él decia pero no entendía a donde queria llegar, tal vez solo eran palabras vacías, pero lo dudaba mucho, él seguía hablando, seguía con su historia, con la historia de su estúpido nombre. Se acerco al escritorio y tomo uno de los sobres amarillos. Lo sujeto entre sus dedos, mientras sonreía como estúpido, como si algo le causara mucha gracia.
La lluvia aún seguía, cada hora que pasaba, incrementaba, los truenos se hacían presentes y el sonido de los árboles chocar con firmeza contra el viento, lograban ahogar ciertos sonidos

—Es Leónidas, a si es como mi padre me nombró—Habló después de unos segundos—Sabes Isabella, se muchas cosas sobre ti, eres realmente fascinante. Se que eres inteligente, se que no te quedarás callada, y que cuando esto acabe iras con tus padres y les dirás todo—Musito con firmeza—Después de todo, sabes mi nombre y como es que luzco, ya no es solo una mascara blanca ¿Cierto?

—N-no yo no dire nada, lo juro—Hablé con seguridad, necesitaba que me creyera

Comenzó acercarse hasta donde estaba, su mirada recayó en mis labios, al notarlo, me gire, no queria que me viera de esa forma, solo queria que todo esto acabara. Comenzó abrir el sobre, saco una fotografía, sin enseñarmela, para después sonreír. Levantó su visita hacia mi, y me paso lo pasó

—Tómalo—Lo tomé entre mis dedos, mi mano temblaba inconscientemente, no podía evitarlo—Vamos ábrelo—Habló con desdén

Me hice un nudo con la sabana blanca, asegurando que no se me resbalara. Tome el sobre y comencé abrirlo, de el saque un montón de fotografías, en alguna de ellas aparecía yo, en algunas otras mis padres, mis abuelos e inclusive la señora Magda, junto con sus nietos. Las últimas fotografías mostraba fotos mías con Joshua, fotos donde entraba a su casa y él a la mía, me quedé absorta con las fotos, algunas eran desde antes del robo de la casa, mucho antes. Deje caer las fotos al suelo, él comenzó hablar, solo que esta vez su voz se escuchaba tan lejana, me senté sobre el borde la cama y me quedé mirando hacia la ventana. Me causaba conmoción que en cada una de las fotos, estaba tan distraida, tan sumergida en mis pensamientos, que no fui lo suficiente inteligente para haber notado que me estaban fotografiando. Talvez lo pude a ver evitado

—¿Quién crees que tiene el control?—Preguntó con firmeza

Levanté mi vista hacia él, parecía divertido con la situación. Comenzó acercarse, se sentó justo frente a mi, su mano recorrió el lado izquierdo de mi rostro, quise alejarme pero no me lo permitió

—¿Que es lo que quiere-s?—Pregunté con miedo

Miedo a él

Miedo a los que él quería

Miedo a lo que me haría

AMORE OSSESSIVO "ANTUAN"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora