Prólogo

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Maratón de 5 capítulos
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Soy Adrien Agreste, tengo 21 años y estoy casado hace un mes con mi mejor amiga, la chica que amo, Marinette Dupain-Cheng, quien por el momento tiene 20 años.

Nos casamos jóvenes, lo sé, pero nos amamos mucho y queremos estar siempre juntos y los dos pensamos igual... o éso creía yo.

Marinette me oculta algo e intentó averiguar qué es pero ella es buena ocultando ése secreto.

Acercanome a ella mientras preparaba la cena, la abracé de manera cariñosa.

-Adrien, estoy cocinando, comportate.

Me dijo con seriedad.

El momento en el que ella cocinaba era el único momento en que yo tenía prohibido acercarme mucho a ella pero siempre lo ignoro.

-¿Dónde estabas? No es normal que llegues casi a media noche.- le pregunté en un susurro.

Ella pareció renunciar a su hostilidad al oír ésa pregunta y se estremeció.

Seguro que un poco debe ser por mi sexy voz.

-Yo... me encontré con Alya y el tiempo se nos fue volando mientras hablábamos.- me respondió ella intentando ocultar sus nervios.

Yo sólo sonreí al oír éso.

Marinette, mi amada Marinette me acababa de mentir.

-¿En serio? Es raro ya que Alya y Nino vinieron de visita y se fueron minutos antes de que llegues por que se aburrieron de esperarte.

Atrapada en su vil mentira, Marinette pareció escogerse en mis brazos, asustada por ser atrapada en su mentira.

Acariciando mis manos, apoyo su nuca en mi pecho.

-¿Dije Alya? Lo siento, me equivoque, quise decir Alix.

Me dijo mientras levantaba la cabeza lo máximo que podía para regalarme una de sus sonrisas.

Apagando la cocina al ver que lo que ella preparaba ya estaba listo, sonreí y apoyé mi mentón en su cabeza una vez que ella volvió a mirar la cacerola.

-Interesante, hasta donde yo sé, Alix fue con su hermano a Egipto ya que encontraron una pirámide pérdida y ella quería ver sí encontraba momias para pelear con ellas.

Acorralada por mis palabras, Marinette se quedó hecha de piedra por unos segundos.

-Yo... ya deja de hacer tantas preguntas y vamos a comer que mañana tenemos que levantarnos super temprano.

Me ordenó con autoridad mientras se liberaba de mí e iba lo más rápido posible a tomar asiento al comedor, dejándome la tarea de llevar todo lo necesario.

Marinette me oculta algo, no sé qué sea pero debo averiguarlo sí o sí.

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