Si me muero

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Narrador omnipresente

Quién los viera, no podría creer que ellos algún día fueron felices. Porque parecían tan infelices, tan tristes.

Ella había vuelto a Madrid, miraba su apartamento y se sentía sola. Se sentía vacía, le hacia falta él.

Y él, iba de bar en bar bebiendo toda la noche mientras veía las fotos de ella, solo concentrado en el Instagram de su ex novia la que un día lo quiso.

Se extrañaban mucho, y pensaban constantemente en todo. En el inicio, en los dos felices... En el día en que dejaron de ser uno.

Y era momento de otro trago después de pensar en eso.

— Ginés, déjalo... Estás muy mal —su viejo amigo Pedro le puso la mano en la muñeca evitando así que bebiera otro shot de tequila.

Ginés asintió. Se levantó y sin decir nada salió a la calle. Caminó un poco por la vía. En realidad no iba tan ebrio. Pero ya no quería estar ahí, necesitaba ir a casa para seguir viendo sus fotos juntos.

Caminó, las lágrimas caían por sus mejillas y él solo podía limpiarlas de vez en cuando.

Ella por su parte estaba solo tirada en su cama, llorando sin detenerse, una vez tras otra.

Recordaba aquellos momentos en los que junto a Ginés hacían cosa juntos, como ir al parque, visitar a la familia... Esas cosas.

Era triste recibir los mensajes de su madre preguntando por él, porque le apenaba decirle que había dejado las cosas... Y porque además le dolía el pecho mencionarlo.

Se levantó de la cama y trato de concentrarse en otra cosa, pero era imposible. Porque el destino quería lastimarla y en ese momento algún vecino había puesto "en paz" de su ex novio.

Se tapó la cabeza con un almohada y volvió a llorar.

Él por su parte seguía caminando, ya estaba muy cerca de casa, miró la avenida de enfrente. Y la vió.

Abrió sus ojos a tope y se echó a correr tras ella, jamás había corrido tan rápido, pero cuando se trataba de ella haría todo.

Ya estando cerca descubrió que no era ella... Ni siquiera sé parecía mucho, la chica subió al bus. Y él pensó en hacerlo también solo para asegurarse de que no era su chica especial.

Suspiró al ver el bus partir y siguió caminando a casa.

A penas llegó, abrió la puerta y miró su casa vacía y triste. Recordó las veces cuando ella lo obligaba a decorar la casa de forma navideña. Porque si algo había en ella, era un amor por la navidad.

Decoraba todo lo que podía, y lo que no podía buscaba la manera de poder. Su baja estatura le negaba muchas cosas, pero para eso tenía a Ginés.

Sonrió el rubio. Abrió el closet y vio las cajas de luces y esferas, los saco de ahí.

Comenzó por colgar algunas luces en la cocina. Sacó el árbol y lo acomodó dónde siempre, solo que esta vez había un cuadro de un ojo pintado a medias y con rayones por todos lados.

Ese cuadro había sido pintado por ella, o al menos eso intentó. Se había frustado porque no podía y había comenzado a rayarlo. Él la detuvo aquella vez, le dijo que era perfecto y lo colgó en la pared.

Desde entonces estaba ahí. Y con cariño Ginés lo movió de lugar, colocó el árbol y siguió adornando la casa.

Al menos uno de los dos trataba de ser más feliz. Porque ella seguía tirada boca abajo en la cama.

Decidió salir a fumar un poco, y apenas se levantó, miró a través de la ventana la melena rubia. Se lanzó contra el barandal del balcón, y desde ahí miró como su mente la traicionaba, porque del otro lado de la acera no había nadie mas que un chico rubio con un gorro negro. Y definitivamente no era su Ginés.

Entró furiosa, presa del enojo comenzó a lanzar las cosas a su paso.

Tiró sus libros al suelo, estaba haciendo la rabieta más grande que había hecho en todo su vida. Pero se sentia mejor cada vez que tiraba algo nuevo.

Lanzó al suelo su maleta, y escuchó que algó se rompió... No era su corazón de una forma hipotética.

Alzó la maleta y la abrió, una foto de ambos estaba hecha trizas. Cerró sus ojos con tristeza y volvió a llorar.

Lo extrañaba mucho, y algunas noches se arrepentía de haberse ido sin arreglar el problema.

Miró la foto de nuevo, Ginés se veía tan guapo, cargándola con ambas manos, y sonriendo. Con esos ojos brillantes que usualmente tenía. Acarició con el dedo la cara de este... Y miró como ella parecía demasiado feliz en la foto. Porque su sonrisa era tan natural en esa foto, que ni ella sabía cómo hacerla.

Suspiró, ¿De que servía estar lejos si se había dejado el corazón en casa de él?

¿De que servía estar tan lejos si en lo único en lo pensaba era en él?

¿De que servía haberse alejado si lo único que quería era estar con él, era perdonarlo?

Tomó su teléfono, lo desbloqueo de prisa y abrió los contactos.

"Ginés 💞🔺"

Lo miró por un buen rato mientras pensaba en todo lo que podía pasar si lo llamaba.

Podía ser que él ya no quería estar con ella...

Podía ser que le pedía que volviese... Y podía ser que ella lo haría.

Pero no sabría la verdad hasta que lo hiciera.

Hizo clic y vio el "llamando", lo puso sobre su oreja y esperó.

Eᴘ ~ Wᴀʟʟs (🆃🅴🆁🅼🅸🅽🅰🅳🅰)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora