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Claramente Lisa se daba cuenta de aquella química que había entre ambas. Ni Jennie podría negar el hecho de que había una gran atracción inexplicable.

- Enserio no pasa nada.– Sonrió Lisa, alejándose de la morena, que seguía mirándola embobada.

- Y-yo...hay algunas batas en el baño. Podrías usarlas mientras se lava tu ropa. No puedo permitir que te vayas así, digo, por los rumores y todo eso.– Se recompuso.

- Bueno, tampoco me gustaría llegar a casa y que Rosie me molestara.– Rió, siguiéndole el juego.

- ¿Rosie?...– Preguntó Jennie, un poco curiosa, y tal vez con una pequeña molestia en su corazón.– ¿Tu novia?.

- No, ya te dije que no soy lesbiana. Ella es mi mejor amiga, y la persona en quién más confío en éste mundo.

- Entiendo a lo que te refieres. Así es Jisoo para mí.– Lisa la miró sonriente, con la pregunta en su rostro.– Ella también es mi mejor amiga.

- Ya veo...– La castaña entró al baño, y aprovechó para darse una ducha completa. Al acabar, salió envuelta en la bata.– ¡Dios mío, que tarde se ha hecho!.– Miró la hora en su celular.

- ¿Debes llegar temprano?.

- Sí, bueno, realmente no. Solo Rosé me espera a veces, y papá...papá solo trabaja. Creo que tal vez pueda pagar una noche en el hotel, y me voy mañana.– Dijo, mientras iba hacia el teléfono fijo.

- Podríamos aprovechar la noche para seguir hablando, ¿No te parece?.– Se adelantó a decir Jennie. Por alguna razón no quería alejarse de ella, y menos cuando estaba así de sexy. Podía notar las gotitas de agua debido a su cabello aún mojado.

- Claro, pero...¿No tienes la agenda tan ocupada?. Mañana estarás cansada, y realmente sería malo. Ya sabes; los rumores.– Auch. Una cucharada de su propia medicina.

- Jisoo se encargará de todo, no te preocupes.

Lisa sonrió, y caminó hasta la mesa. Se sentó, y comenzó a beber de su copa.

Jennie miraba con sus ojos brillantes. El hombro de Lisa comenzaba a descubrirse, debido a que la bata comenzaba a deslizarse, provocando un mini ataque cardíaco en Jennie. Debía mantener la compostura, aún si se moría por morder esa maldita y sexy clavícula.

- ¿Pasa algo?.– Sonrió Lisa. Su plan comenzaba a dar resultados demasiado rápido. Claro que estaba convencida de que era por la conexión de amantes de su vida pasada.

- No, nada.– Y se bebió el resto de vino que quedaba en su copa de un solo sorbo.

- Deberías beber más despacio...No queremos que te emborraches, y te duermas. Si llegara uno de tus guardias y te encontrara así, y a mí desnuda en una bata, creerían que quizás hice algo malo...– Se burló.

- Mis guardias tienen la orden de no subir hasta que se les pida, no te preocupes.– Aquella mirada de deseo hizo que Lisa se sintiera un poco amenazada, o tal vez esa no era la palabra para explicar ese sentimiento.

- ¿Tanto confías en mí?.– Se levantó Lisa.

- No lo llamaría confianza... simplemente no te veo capaz de hacerme algo malo.– La miró directamente.

- ¿Entonces crees que no sería capaz de hacer algo malo?...Pero...¿Realmente sería algo tan malo?.– Se acercó a ella, y se atrevió a poner una mano en su mejilla.

- No lo sé...

Demonios, el alcohol comenzaba a hacer efecto.

Reencarnada.- JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora