Todo lo que el internet le mostraba sobre Jennie, le parecía fantástico. Ella había cambiado mucho...
- ¿Entonces...hay entradas?.- Preguntó, con un poco de temor.
- Sí, las tengo. Porfavor, después de ésto, debes dejar de llamarme en horas de trabajo.- Le dijo su padre.
- Sí, gracias, papá.
- De nada, hija.- Le dió un pequeño beso en la frente, que Lisa agradeció mentalmente, por supuesto.
Ahora estaba más que segura de ver a Ruby...bueno, Jennie.
Lo único que esperaba Lisa, en su corazón, es que Jennie la reconociera.
Los días pasaron lentos para la castaña, pero finalmente había llegado el día.
- ¡Apura, Ardilla, que vamos tarde!.- La empujaba más cerca del escenario.
- Lisa, somos las únicas en el concierto. Literalmente, no hay nadie más que nosotras. Ni siquiera sé como nos dejaron entrar.- Bufó.- Si yo soy fanática, me imagino tú.
- Solo estoy un poco nerviosa, eso es todo...- Se avergonzó.
De pronto, una chica apareció en el escenario. Por su vestimenta parecía ser del equipo de limpieza.
- Tú...- Apuntó a Lisa.- ¿Nos conocemos?...- La castaña pensó que la pregunta fue bastante estúpida, debido a que no podría reconocerla por su cubre bocas.
- No lo sé.- Se encongió de hombros.- Tal vez si me dejas ver tu cara.- Se rió.
La chica solo quedó mirándola fijamente, y luego se fue sin más.
- Que rara...- Susurró Rosé.- Mira, comienza a llegar gente. Asegurémonos con la comida.
- ¡Rosé!.- No alcanzó a atraparla, ya que la mencionada comenzó a correr al local de comida.
Comenzó a correr hacia ella, pero de pronto fue jalada hacia abajo del escenario.
- ¡Shh!.- Le taparon la boca. Intentó morderla.- ¡Ay!.
- ¡Ayu--
- ¡Cállate!.- Se quitó el cubrebocas.
¡Oh, Dios mío!. ¡Es Jennie!.
- ¿Jennie?...- Su corazón se aceleró fuertemente.
- Mira, sé que suena loco, pero siento que te conozco de algún lado...lo puedo sentir en--
- Tu corazón...- Finalizó.
Sus miradas eran intensas.
- ¿Quién eres?.- Preguntó la morena, impactada, y curiosa.
- Me llamo La--...Me llamo Pampriya Manoban.- Decidió usar ese nombre.
- Oh...No...No te conozco.- Jennie bajó la mirada.- ¿Manoban?...¿Conoces a la hija de los Manoban?.- Preguntó.- "Lalisa" creo que se llamaba.
- Eh...Soy yo.- Rió nerviosa.
- ¿No te llamas Pampriya?.- Jennie alzó una ceja, desconfiando.
- Sí...Osea, no. Si te lo explico me creerás loca...- Bajó la mirada.
- Bueno, te he raptado sin conocerte. No creo que sea más loco que eso.- Quiso entregarle confianza.
- Pues...Creo que nosotros vivimos una vida antes de la nuestra...¿Me explico?.
- ¿Reencarnación?.- Preguntó dudosa.
- Exacto. Resulta que yo... pues, cuando me golpeé la cabeza, recordé...recordé mi antigua vida. Me llamaba Pampriya Manoban.- No podía creer que todo era tan rápido.
- ¡Kim, en veinte!.- Gritaron.
- Bueno, Lalisa. Espero volver a verte...- Se retiró sin más.
Sabía que no podía ser tan fácil.
Suspiró antes de salir.
- ¿Qué carajos hacías ahí abajo?.- Preguntó Rosé, roja de la furia.- Se han enfriado las papas.- Le tendió una.- ¡¿Te imaginas te hubiese pillado un guardia?!. ¡Nos quedaríamos sin ver a Jennie!. ¿Por qué sonríes como idiota?. Me das miedo...
- N-no es nada...- Seguía sonriendo.- Vamos, antes de que la gente se vuelva loca.