CAPÍTULO VEINTINUEVE

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29|Contenido adulto.

12 de diciembre, 2019.

Naruto.

Amo los días así.

Grises y fríos.

Gotas de lluvia caen encima de mi paraguas, suerte que me acorde de traerlo, siempre se me olvida.

Entro a mi hogar y dejo el paraguas a un costado.

—¡Hola! ¡Ya llegue!

Silencio, nadie responde, ya se me hacía raro cuando ponía las llaves que no se escucharan los gritos de ambas, aparte la tele no esta encendida y las luces se encuentran apagadas. Hay dos opciones:

Están durmiendo.

No están.

Voy hacia la cocina y pegada a la heladera hay una nota.

“Nos fuimos al médico, no toques mi helado o amanecerás calvo.

-Ino y Sakura.”

El hospital queda lejísimo, me pregunto si pudieron ir andando, por Sakura, o si se tomaron un autobús.

En todo caso espero que hayan llevado paraguas porque según mi celular la tormenta se va a quedar por un rato en la aldea. También me gustan estos días porque al entrenar en campos al aire libre queda sobreentendido que si llueve no hay clases, al parecer Sakura se dio cuenta. Y aunque no quiera admitirlo estoy un poco preocupado por Sasuke que es medio lelo y seguro está ahí bajo el agua helada, mojándose y corriendo riesgo de enfermarse.

—No por favor, recién llego no voy a salir de nuevo…

***

—¡Mierda! —sacudo mi pie, el que enterré en un charco de lodo, porque si, al final sí salí a buscarlo, no puedo conmigo mismo.

Sigo caminando con una de las botas empapadas en barro hacia el campo. Cuando llego me quedo parado en la entrada buscando a ya sabemos quien.

Y como lo supuse él esta ahí. Es tan inteligente para algunas cosas y tan idiota para otras…

Me acerco con el paraguas hacia donde está: debajo de un árbol el cual no lo cubre totalmente de la lluvia.

—¿Aún esperas a Kakashi? —levanta el mentón y por unos segundo esta sorprendido de verme pero al instante vuelve a poner la misma cara de póker habitual, su cabello está tan mojado que se pega a los costados de su rostro.

—Que gracioso…

—¿No se te ocurrió pensar en que no había clases? Llueve, y entrenamos en un campo…

—No, pues no, pensé que no lo se, Kakashi siempre vien… — un relámpago acompañado de un estruendoso rayo interrumpe su explicación.—Igual ya me iba.

—No puedes volver a tu casa así, esta muy lejos.

—¿Entonces me quedo durmiendo aquí hasta mañana que pare la lluvia?

—No, dormirás en mi casa.

*🔥*

—Así que aquí vives con Ino y Sakura.—Sasuke mira todo alrededor mientras se saca el abrigo y lo deja en el perchero de la entrada, yo tendría que estar escuchando lo que dice para responderle como alguien que hace función de sus neuronas pero en vez de eso estoy viendo como los músculos de sus brazos y espalda se flexionan y estiran debajo de la remera blanca que lleva hoy.

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