Escribir un sueño, si fuese posible,
escribirlo y renunciar a la realidad,
si fuese posible,
entonces entraba vestido de oscuridad,
y el ambiente llenaba de calamidad,
yo no dormía, yo lo miraba,
con mis ojos que atisban señales que no existen en ningún lugar,
me abracé a él,
porque quizá le pedía amor,
la oscuridad no puede darlo,
me mentía pensando que si,
es solo un sueño me susurra el inconsciente,
al despertar huirás, como siempre,
quiero tomar la almohada y hundirme en ecos que no puedan repetirse,
¿podrán esconderme? de los mundos invisibles que me han matado desde que tengo recuerdos,
la oscuridad tiene nombre,
la oscuridad es corpórea,
la oscuridad tiene unos ojos que me espantan, y me atraen,
la paradoja es que lloro, la paradoja es que me abrazo a ella,
la paradoja es que quiero despertar porque sé que me hunde,
la paradoja es que sé que es un sueño,
la paradoja es que también es la realidad,
y yo con las realidades no quiero truncar,
el miedo corroe, la verdad estalla,
y mis ojos lo observan,
la oscuridad sonríe,
hacer negocios con ella es suicidarse.
Mis sueños no son para cualquiera. Hoy no es para nadie.
Peregrina
