Comienzo.

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Les voy a narrar una breve historia que comienza cuando tenía 6 años.

Era mí primer día de escuela, está era de jornada extendida, no me sentia tan emocionado, ya que tenia muy pocos amigos y era bastante tímido.
Me tocó un salón con bastante bonito, lleno de afiches con información, paredes de colores, estanterías con libros y algunos juguetes.
Tambien estaba plagado de chicos que no conocía, habían ido a un jardín diferente que el mio, me senté en el fondo donde estaban 4 mesas solitarias haciendo un cuadrado perfecto, ya que no conocía a nadie, ademas los que conocía y estaban en el resinto no me llevaba muy bien.
Pasaron unos minutos, no llegaban mis amigos creía que iba a estar solo y tendría que sentarme junto a esos niños que no me agradaban ni yo a ellos, pensé que los habían enviado a otras escuelas!.
Sentí que un frio abrumador recorría mí cuerpo, pero antes de que empiece la clase justo enteraron por la puerta mis 2 únicos amigos, sonreí cómo si me hubiesen dado un regalo de cumpleaños.
Martín un chico bastante gordito, no tan alto, pelo rubio, ojos verdes, pero que tenía un temperamento bastante inestable, por no decir que se enojaba por cualquier cosa y Gabriela una niña amable, un poco flaquita, era la más chiquita en altura dentro del lugar, tan chiquita que una hormiga podría aplastarla, vinieron directo a donde estaba sentado yo, se sentaron junto a mi, nos saludamos con nuestro saludo secreto (este constaba de hacer algunos movientos con las manos y un choque de pies), y se sentaron en las mesas que estaban frente mío.
Después de ellos entro un chico algo gordito, con el pelo muy corto tan corto que tenías que usar microscopio para verlo, tenía casi tenía la mísma altura que yo solo que 1cm más chiquito, luego de que el entrará se sentó en una de las mesas que estaban al lado de las nuestras.
Gabriela lo invito a qué se siente con nosotros, porque nos faltaba uno para completar el grupo, el chico acepto y se sentó en la mesa que estaba libre a mí lado.

- Hola, ¿Cómo te llamas?. Le dije con un tono bastante amigable.
+ Hola, me llamo Juan, ¿y vos?. Respondió con un poco de timidez.
- Me llamo William, ¿Quieres ser mí amigo?. Le dije con una sonrisa.
+Si. Respondió con devolviendo la sonrisa.

Ese día transcurrió cómo cualquier primer día de escuela, juegos, actividades diversas, etc.
Pero lo único bueno de ese día fue que conocí a quien sería mí mejor amigo.

Un Adiós Bastante InesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora