Alba
Llevábamos más de un año chateando a través de Tinder. Conversaciones similares a las que pueden tener dos amigas tomando algo en un bar o paseando por la calle. El sexo no era el principal punto de interés. Si bien es cierto que Natalia, como dice en su perfil en dicha red, es lesbiana y yo soy una persona heterosexual con curiosidad.
En alguna conversación, un tanto más picante, nos hemos enviado fotos hechas en el momento de nuestras tetas...caras...y poco más.
Un día Natalia me comento que por que no nos conocíamos que llevábamos mucho tiempo hablando y podíamos dar un paso más en nuestra amistad...hasta entonces virtual.
A mí me pareció muy atrevido pero, la verdad, que tenía interés y curiosidad. Todo ello motivado por nuestras largas charlas y sobre todo por nuestros momentos eróticos vividos a través del intercambio de fotos.
La propuse venir a Madrid, de fin de semana, y quedarse en mi casa. La próxima vez iría yo a la suya en Pamplona. La propuesta le pareció interesante así que acordamos conocernos el viernes 11 de octubre en la estación de atocha a las 20 horas.
Estación de atocha. Llego con 15 minutos de adelanto. Voy vestida con un pantalón de cuero negro y una camisa blanca por fuera. El ave llega puntualmente. Al poco tiempo aparece Natalia. Yo la conocía por las fotos que nos intercambiamos. Me dirijo a ella y nos fundimos en un abrazo. La cojo la mano y nos vamos andando a la zona donde yo he aparcado el coche. Ambas estamos muy contentas y la situación es emocionante entre risas y complicidad...
Yo me encuentro muy a gusto. Es una situación un tanto extraña pues me da la sensación de que somos pareja...sin serlo formalmente. Natalia es una chica muy atractiva, morena...alta y guapa. También es cierto que siento miedo y prudencia por lo que pueda suceder. Temo no estar preparada para ello.
Llegamos a mi casa deja las cosas en su cuarto y nos vamos a tomar algo. Nos movemos por los bares de la zona de picoteo mientras vamos hablando y conociéndonos mejor. Una cosa que me intimida y me excita de ella es que me mira mucho a los labios cuando hablamos y además se acerca bastante a lo largo de la conversación.
Recorremos, de tapas, la calle Doctor Castelo y al final acabamos en un sitio, muy conocido, de copas. Nos dan cerca de las dos de la mañana hablando. La sintonía entre ambas en total. Se podría decir perfectamente que estamos ligando y a la espera de ver cuál de las dos da el primer paso o el primer beso.
Pues sí, dicho momento llega provocado por Natalia. Me da un leve beso muy suave en los labios y se retira un poco. Espera mi reacción. Yo la miro a los ojos y sonrío. Se vuelve a acercar y me vuelve a besar así varias veces hasta que en una de ellas no se separa y me mete su lengua. Yo reacciono de inmediato y presiono su lengua con mis labios y al mismo tiempo la abrazo hacia mí. Es un beso de tornillo súper profundo, en el cual, yo no la pongo nada fácil separarnos. Lo que más me gusta es que de vez en cuando nos separamos nos miramos a los ojos y nos volvemos a lanzar al beso pasional. No siento pudor ni vergüenza.
Salimos del local y vamos agarradas directas hacia casa. De esquina en esquina nos paramos y nos volvemos a dar un beso pasional. Entramos en el portal, en el ascensor. Dentro de este Natalia me pone despaldas a ella me mete la mano por el pantalón e introduce su dedo en mi vagina. Sin lugar a duda en esta situación, nueva para mí, ella es la hembra alfa.
Entramos en la habitación me tira sobre la cama con agresividad me quita de un tirón el pantalón y las bragas, a la vez, e introduce su cabeza en mi entre pierna. No sé cuánto tiempo esta así. Como sabe que soy primeriza no me lleva a más. Se conforma con comerme el coño y hacerme disfrutar. Me da la sensación que me está demostrando como se debe de comer un coño. Tengo que reconocer que nunca nadie me lo había comido así.
Esta cerca de una hora o más jugando con mi coño, lo abre, lo cierra, lo lame, me mete los dedos, lo echa saliva,...en fin todo tipo de cosas que me hacen estar en la nube sin voluntad.
Cuando acaba se tumba a mi lado. Yo estoy muy jadeante y me estoy masturbando. Ella me mira y me da muchos besos en la boca. En ningún momento me pide que la haga nada, al contrario está muy permisiva conmigo en ese sentido. Eso si, en un momento determinado, se sienta encima de mí, me echa los brazos hacia atrás me dice Alba espabila que quiero que me respondas a una pregunta, y me dice: ¿Quieres que salgamos juntas y poco a poco te vas soltando hacia mí?