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No salí de mi habitación en lo que restaba del día pero si hice una pequeña maleta, sabía que aunque discutiera mil veces con mis padres siempre terminaría haciendo lo que ellos quisieran.

La comida me la trajo una de las señoras del servicio y después de eso simplemente me fui a dormir.

Mañana comenzaba el fin de semana y mañana me iría a casa del tipo ese.

[..]
Desperté por los toques en mi puerta, trate de levantarme todavía medio dormida, las sábanas que se supone que cubrían mi cama estaban enredadas en mis piernas y esto llevó a que al cabo de unos segundos terminará en el suelo.

—¡Maldición!—sisie bajo.

—¡Señorita, sus padres ya se van!—grito, creo que Brenda o Helen, las dos tienen la voz casi igual.

—¡Ya voy!—grité también para que me escuchará.

Arregle mi cabello lo más rápido posible y salí de mi habitación para luego correr a la entrada principal.

Por muy enojada que estuviera con mis padres, los amaba mucho aunque no lo demostrará, y no me gustaba para nada que no estuviéramos juntos.

Encontré a ambos junto con los demás trabajadores del servicio, al parecer les estaban dando estas semanas libres siempre y cuando la casa fuera sometida a un mantenimiento cada semana.

—Bueno y eso sería todo—terminó de explicar mi padre.

—Theresa por fin te dignas a bajar—recrimino mi madre.

—Estaba muy cansada, lo siento—me disculpe apenada.

—Hija, quiero que te comportes bien y hagas caso a lo que el Señor Scott te ordene, te queremos, nos tenemos que ir ya—habló rápidamente mi padre.

Se despidieron con un simple te quiero nada de abrazos, nada de besos, nada de despedidas amorosas o demostrativas, así eran ellos.

[....]

2 horas más tarde estaba terminando de arreglar mi habitación cuando me informaron que el Señor Scott ya estaba esperando por mí.

Baje al salón principal junto con mi maleta, no sin antes revisar que tenía todo.

—Buenas tardes, Esa—saludo.

—Buenas tardes, Señor Scott—devolví el saludo sin importarme mucho el diminuto con el que me saludo.

—¿Todo listo?—pregunto.

—Si—respondí secamente.

Daddy ScottDonde viven las historias. Descúbrelo ahora