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El señor Min se encontraba sentado en el sofá más grande de la sala. Mantenía las piernas cruzadas y miraba intensamente a su hijo. —Habla —, y sí. Estaba muy molesto por lo que había visto en el mediodía.

Yoongi estaba gacho mientras jugaba con los dedos de sus manos. Sus mejillas iban a explotar en cualquier momento, seguía sin poder asimilar que su padre lo haya visto en el restaurante de mariscos con Jimin. ¿qué podía decirle? no sería tan tonto para confesar que al principio fue él quien lo seducio para subir calificaciones.

—Papá... —, suspira profundo. —Tengo diecisiete años, ya casi soy mayor de edad y entraré a la universidad.

Pero el hombre mayor gruñe. —¿Y eso te da el derecho de mantener una relación con un profesor?

—¡Sólo me invito a comer! Somos amigos, él esta esperando que sea mayor de edad —, Yoongi se levantó e hizo un enorme puchero. —El profesor Park es bastante bueno, papá.

—¿Bueno en qué? —, preguntó. —No quiero que me hables en doble sentido, Min Yoongi.

—¡No estoy hablando en doble sentido! —, exclamó dando pequeñas pisotadas en el piso. —Es tu mente perversa, papá.

El Señor Min, bufo.

Se recargo por completo en el sofá y cerró los ojos. —Mira, Yoongi. Más te vale que no hagas nada con él, al menos espera a que cumplas la mayoría de edad para hacer todas las cochinadas que quieras. Y lo digo en buen sentido, ya que si haces cosas malas con él en su oficina, seguro lo despiden y ya no le vuelven a dar un trabajo en instituciones. ¿Te imaginas? ¿Qué sería de tu futuro? Tu esposo tiene que mantenerte.

Yoongi viró los ojos y volvió a sentarse en el sofá. —Tranquilo, papá. Aún soy casto.

—Pero lo estoy diciendo para que no lo hagas, no hasta que tengas dieciocho o más. Si es posible ya que se casen.

La señora Min llegó con ropa doblada en sus manos. No estaba muy contenta que digamos. —No puedo creer que para eso vayas a la escuela, Yoongi. ¡Es un profesor! ¡Esta mal! ¿Sabes que él puede ir a la cárcel?

—¡Pero nadie lo sabe! —, réplica Yoongi.

—Nosotros sí, y todo por descuidos —, contestó Seungri jugando esta vez con el control remoto. —Estas castigado hasta que cumplas dieciocho.

Por lo que Yoongi inmediatamente se puso de pie y se abalanzó a su padre. —¡Papá, aún faltan dos meses!

Seungri, rió. —Me vale.

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Namjoon se frotaba la cien mientras leía una oración de dialecto coreano. Le dolía horrible la cabeza por haber estudiado toda la tarde de ayer. Dejó de hacer lo que estaba haciendo cuando Yoongi ingresó al aula con una cara extraña, bueno, su amigo era raro pero hoy se veía un poco más.

—¿Qué tienes? —, preguntó Namjoon.

Yoongi se encogió de hombros mientras se sentaba a su lado, y es que esta mañana se encontró con Jimin en su oficina y la charla lo dejó pensando.

Flash back.

El rostro del profesor se encontraba rojo, su mano derecha sostenía la de Yoongi mientras se miraban a los ojos. El silencio fue un poco incómodo.

—Estoy hablando en serio, Yoongi —, repitió Jimin, esta vez apretando un poco más fuerte la mano de su alumno. —Si tus padres ya lo saben... será mejor hablar con ellos. Y es que estoy hablando en serio cuando digo que te llevaré a vivir conmigo en cuanto entres a la universidad. Es necesario hablar con ellos.

Pero Yoongi estaba incrédulo. —Es que... agh. ¿en serio yo le gustó?

Era la tercera vez que lo preguntaba. Y Jimin volvió asentir. —Como no tienes una idea. Me has gustado desde que comencé a darte clases.

—¿Y por qué me reprobabas?

—Hay que ser justos, Min.

Yoongi se encogió de hombros, y después se sonrojo ante el beso en su mano.

—Piénsalo, Gigi. Quiero hablar con ellos, quiero llevarte conmigo en cuanto te gradues.

End Flash Back.

—Ya quiero graduarme.

Por lo que Namjoon alzó una ceja. —¿En serio? —, rió bajo. —Bueno, al menos ya falta poco.

Yoongi asintió. —No sabes cuanto deseo que llegue el día.


























hey profesor. jimsu.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora