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— Cobblepot, no entiendo nada de esto. — Decía Harvey al teléfono, jugando casualmente con su moneda, lanzandola al aire para luego atraparla con su mano zurda. — Me aseguraste protección para mi y mi esposo, ¿y lo que me das es a Wayne? Dime al menos que los llenaste de plomo o algo.

— Te aseguro que hice lo posible para que Jim se encargase, ¡Qué iba a saber yo de esto! ¡Para tu información, principito, tengo cosas más importantes que atender! ¡Ese maldito de Batman se ha infiltrado en mis ventas! ¡Mis ventas! — dijo el pinguino al otro lado de la linea, por el sonido de cosas cayendo al suelo daba énfasis a su estado lleno de furia.— ¡Está arruinando todo mi maldito negocio! ¿Qué no tiene mejores cosas qué hacer? ¡Eh! 

— Oh, no, el hombre murciélago se metió también con el burdel.

— Por supuesto, que sí, ¡Hasta con mi burdel! ¡Qué tiene de malo, simples prostitutas! — Oswald se escuchaba tan enfadado por eso que Harvey quiso reír.— Los estrechos están en decadencia, Harvey.

— Ese lugar no me puede importar menos.—El príncipe escupió con desprecio, rodando los ojos.— Ya veo porqué te alteras, tu complejo de mamá debe ser saciado por todas esas ancianas del burdel, ¿no? — Harvey rió dándose la vuelta sobre su asiento, apoyando el teléfono contra su hombro a la vez que separaba unos cuantos papeles. 

Oswald gruñó, y se escuchó un pequeño susurro cercano al teléfono, pero el rubio no pudo escucharlo bien.

— Sí...sí...¿Sabes algo? Mereces que Wayne esté ahí. 

— ¿Ah sí? — Alzó una ceja.— ¿Por qué lo merezco, Oswald?

— Va a ser otra prueba de que es mucho mejor que tú y te va a quitar a tu conejito, ¡justo cómo lo hizo con...!

— ¡Cállate! ¡No digas ese nombre! ¡Te mataré antes de que puedas pronunciarlo! — Harvey arrugó los papeles con furia, lanzando al suelo la mayoría de cosas arriba de su escritorio.— Saca a Wayne de aquí, ¡y tráeme a Jim Gordon! ¡Es una orden!

Colgó el teléfono y lo tiró con fuerza contra la pared, jadeando por toda la ira acumulada.

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Esa misma noche en la que Harvey había ido a trabajar en su oficina en vez de pasar la noche con su esposo; Jack estaba pensando en aquel caballero misterioso, Batman. A pesar de haberlo visto una vez, por alguna razón desde su mención no había dejado de pensar en este, pensando en las diferentes cosas que ha hecho por el reino y el pueblo, protegiéndolo de sus constantes amenazas sin esperar nada a cambio. Era sorprendente que alguien así existiese en un lugar tan caótico, finalmente Gotham tenía una figura tan llena de esperanza por un cambio.

Jack no pudo dormir, ya que su cabeza ocupaba gran parte de sus pensamientos en él, y claro... también en Bruce Wayne. Pero desde que escuchó que Bruce Wayne era un casanovas con las muchachas nobles, el pequeño apego que sintió por el se esfumó demasiado rápido, tan rápido que se preguntó si realmente había algo ahí en un inicio.

Si una cosa hacia sentir bien a Jack era el hecho de que alguien lo hiciese sentir especial, Bruce lo había logrado en el momento en el que le ayudó con su caballo, pero lo arruinó todo. Le era imposible no repudiar a alguien que jugaba con los sentimientos de las personas y que usase su dinero para conseguir todos y cada uno de sus caprichos. Quizá era algo hipócrita, claro, Jack era el esposo del honorable príncipe y desde que tenía memoria siempre fue tratado con respeto pero él siempre intentaba devolver todo lo que daba.

Bruce Wayne era solo un niño mimado más que no merecía su atención ni agradecimiento.

Lo único que agradecía realmente estar pensando en el hombre murciélago, realmente era un fan de ese caballero nocturno, Harvey estaría furioso si se enterase de eso pero sería tonto decirle, era un secreto consigo mismo.

Mencionando a Harvey...su esposo no había llegado a dormir aún.

Jack tomó en cuenta de eso y de inmediato encendió una vela y la sostuvo con su mano, saliendo de la habitación para ir a verlo, encontrándolo durmiendo sobre algunos papeles en su escritorio. El castaño suspiró pesadamente, tocando su hombro para despertarlo. Al lograrlo, su esposo se removió, abriendo sus ojos apenas y dirigiendo su mirada a su amante.

— Ahí voy, Jack...ordeno esto...y ya.

Fue la única respuesta antes de ser echado con una palmada en el trasero, lo que hizo sonrojar furiosamente al de ojos esmeralda, quién se fue a la habitación de vuelta a regañadientes.

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A la mañana siguiente Harvey había obtenido una respuesta fatidica a su exigencia, Jim Gordon no estaba disponible debido a un accidente que lo había dejado fuera del servicio durante unas semanas, por lo que Bruce Wayne era el general apropiado para cuidar el perímetro de su casa segura. Harvey estuvo discutiendo un buen rato sobre qué no quería a Bruce por ahí, pero no podía cambiar nada, nadie quería meterse ahí.

— Fantástico, simplemente fantástico, voy a tener que aguantar a ese engreído.

Jack estaba en la cocina con la arlequín, y mientras preparaban los alimentos se miraban de vez en cuando intercambiando sus expresiones cansadas y preocupadas por lo que el príncipe estaba diciendo.

— Solo quiero ser rey para...

— Cortarle la cabeza. — Respondieron ambos en voz alta pero riendo en voz baja.

— Muy graciosos. — Harvey dijo sonrojado por la vergüenza, mientras abría un periódico y fingía leer, pero al prestarle más atención, la lanzó a la pared.— ¡Bruce Wayne está pintado en mi periódico!

Jack solo formó  sirvió la comida mañanera de su esposo en una bandeja y la depositó cuidadosamente en la mesa cercana a donde estaba sentado Harvey.

— El desayuno está listo. —Dijo el menor suavemente, tomando asiento a su lado, mientras tomaba su mano y hacía pequeños cariños en esta.

— Gracias, Jack. — El rubio masculló y se sentó en el sofá para así tomar una tostada y comerla con odio. — De verdad, si vuelvo a verlo a escuchar sobre él, yo voy a...

Fue interrumpido por un golpeteo en la puerta, todos se congelaron al oír eso, sobre todo Jack quién era muy fácil de asustar por ruidos repentinos.

Harley agarró uno de sus bates coloridos y se acercó a la puerta sigilosamente, abriéndola lentamente, pero al ver quien estaba afuera, ella jadeó de sorpresa.

— General Wayne...

Iba a ser un día largo.

El principe deseado. [BatJokes]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora