El Idiota

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Lo mío es escribir sobre historias de amor con dulces líneas, ya que, para vivirlas no sirvo.

No sé cómo una persona como yo, puede caer a este estado tan deprimente. Yo lo sabía, hacía muchos meses que muchos me lo decían hasta el cansancio y yo simplemente los ignoraba ya que quería creer ciegamente eso que muchos llaman amor, si, parece tonto, pero tengo que admitirlo fui un idiota ignorando lo lógico, pero, que importa, la verdad nada me importaba por más que me mostrarán pruebas yo quería que ella me lo dijera, que lo admitiera.

Y esa estúpida idea de que si quieres enamorar a alguien hazla sonreír, y que, no pensaron que uno se puede enamorar más de su sonrisa. Bueno ayer al fin lo confesó, me dijo que me quería, pero ya tenía a otro que quería más, y que ya no le servía más, bueno no lo dijo así, pero yo lo entendí así; luego de oír aquellas palabras simplemente sonreí guarde silencio y me puse a caminar sin rumbo entre las calles oscuras de la ciudad, esperando que alguien acabe ese sentimiento que tenía por dentro.

Con la botella de ron a medio acabar en la mano busqué meterme en cualquier lío en uno del que no pudiera salir, pero no encontré nada en las solitarias calles nocturnas. Sin rumbo llegué a un viejo puente del cual me puse a su filo luego de acabarme toda la botella que llevaba, recuerdo ese "a la mierda todo" que dije antes de soltarme y dejarme caer el vacío, sentía como el viento golpeaba mi rostro, como mi oídos escuchaban un extraño silbido al caer, no vi ninguna imagen que me recuerde mi pasado, ni nada que los que estuvieron a punto de morir comentaron en sus recuperaciones, simplemente no vi nada más que el suelo acercándose a mí rápidamente.

Puede sentir como mis órganos se movieron por dentro creando una extraña sensación de vacío, haciendo que me sumerja en la oscuridad total, haciendo que pierda el conocimiento hasta despertar aquí en esta habitación blanca, esperó hacer bien hoy lo que no pude hacer ayer.

-Buen día, se siente usted bien - dijo el joven doctor al acercarse a mi cama.

-Sí - respondí rápidamente cogiendo mi móvil para describir.

-Tuvo mucha suerte.

Lo miré algo incrédulo - ¿por qué? - dije despacio.

-Caer de esa altura y sólo tener golpes superficiales.

-Lo que pasa es que ni la muerte me quiere- conteste en voz baja y con sarcasmo.

- ¿Qué dijo?

-No dije nada...

Terror NocturnoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora