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Los días fueron pasando, y con éso, el dieciocho se sentía a la vuelta de la esquina.

Los asaitos, las empanaitas, sus anticuchos, los terremotos. Ah, afirmate cabrito. Que se viene weno.

La relación entre los cabros se volvió terrible de bacán, se juntaban en el liceo, y de vez en cuando salían a wear por ahí, o iban a la casa de Jungkook a pasar el rato en la piscina. Las dos semanas que habían pasao fueron terrible de nítidas.

Ahí estaban ahora en el liceo, esperando a que tocaran para virarse a sus casitas, weno, algunos nomá. Porque el Yoongi la hacía de oro.

Salía con el Jimin de vez en cuando, le regalaba chicles, sus coyas y su cafecito. Sí no había pa má po oye. Pero la intensión era lo que valía, y pa qué también si el Jimin andaba terrible de feli chupando los coya.

Pucha y el único que estaba ahí medio mal y no había disfrutao mucho este último, tiempo era el Hose. Puta igual, quien lo mandó a dárselas de fleto justo con el Jimin. Pero uno no controla el corazón, ah. Así que ahí andaba dando pena el gil, igual le ponía cuando podía, se hacía el weon al lao del rusio.

Pero igual la tensión se sentía. Y el Yoongi cachaba que algo andaba mal, porque ¿de cuándo el Hose no le hablaba y le hacía la desconocía?, si ése culiao era el má cotorra y el que má lo agarraba pal webeo. Y ahora con cuea lo saludaba el culiao. Mal ahí.

Igual intentaba restarle importancia a la actitud de su pana y pensar que quizá se estaba pasando la película y ná que ver. Así que dejó piolita al Hose, que se le pasara la wea solo nomá.

Igual taba terrible feli el pálido, como que too había empezao a mejorar.

Sus notas habían subio, su tata ya no andaba tan pa la cagá, su sociabilidad había subido así un 90% , tenía amigos terrible de bacanes y todo parecía marchar bien. 

Andaba terrible de japi el cabro. Y ahora taba esperando al Jimin fuera de su sala pa ir a comerse un helaito y conversar un rato. Si ahora el cabro era el mismísimo romeo po hermano. Quién se iba a esperar ésa wea de ése culiao. Nadie po.

Le tiraba sus piropo meos pasaos pa la punta igual aveces, y unos que te dejaan terrile de enamorao, le compraba comia, lo sacaba a pasear. De aónde saliste Yoongi Marco Antonio Solís. Parecía mascota el Jimin.

Tenía terrile escondia ésa faceta sí.

Si too los cabros lo miraan y quean perturbados con lo que se convirtió ése weon compare la legal.

Sí el Yoongi nunca había sio así po.

Y ahí estaba el gil. Con la media sonrisa afuera de la sala del rusio. Ya habían tocao, y los giles salían por montones y el rusio venía al final. Los monos primero. Así que ahí venía el cachetón mostrando los dientes en una sonrisa y sus mejillas colorás.

Se acercó al pálido, lo abrazó y le dio un tobesi en la mejilla. Iban avanzando.

-Wena po rusio. ¿Cómo te fue?.- le dijo luego que el Jimin se separara.-

-Bien.- Sonrío.- ¿Y a ti?.-

-Piola. ¿Y los chiquillos?.-

-El Tae y el Jungkook se quedaron en la sala, terminando un trabajo. Yo lo alcancé a terminar con el Alfonso. Pero los chiquillos no. Se llevan puro leseando.- Hizo un puchero.- ¡más encima el Tae me deja por ése tonto!, cuando hacíamos los trabajos juntos nos quedaban super bonitos y ordenados.-

-Está enamorao po rusio. Le gusta estar al lao del care mono.- le sonrió.- no sae lo que se pierde.-

-Es más traicionero.- Le hizo un puchero el fundio.- Él no era así.-

Caperucita Roja. [YM SHILENSIS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora