Capítulo 3 - Las mentiras de Sett

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Una vez que Sett estaba listo para ir a su arena de combate y organizar todo, le pidió a Reader que se arreglara, planeaba llevar a su novia falsa al trabajo. En la arena de combate ya estaban listos los luchadores para el espectáculo. Solo faltaba un asiento para la "reina" del rey.

Sett habló un momento con los luchadores, mientras Reader miraba la arena de combate, la arena donde peleaban era demasiado grande. Tenía demasiados asientos para el público, donde ella estaba era el mejor lugar para ver todo el show. —Malas noticias, no hay un asiento para ti —se puso de pie junto a ella.

Reader le extrañó que se levantara de su lugar —¿Qué haces? —.

—Dejarte mi asiento, yo veré el espectáculo de pie, ¿O quieres que lo vea contigo así? —.

—Para nada, vete a tu lugar, aquí estoy bien —.

—¿Segura? No es un lugar muy cómodo —se sonrojó —¿O quieres sentarte en mis piernas? —.

—No... —se alejó un paso de él.

—Bien, como sea, entonces esto ya puede empezar —la gente que entró al lugar a ver el espectáculo no se hizo esperar. Se anunciaba siempre lo mismo, quiénes pelearían y su recompensa por ganarle a Sett. —Espero que estés muy cómoda de pie en donde estás —

Reader hizo pucheros, comenzaron un hombre y un vastaya, ella desconocía al vastaya, pero reconoció el uniforme que usaba el hombre, era un uniforme de la orden de las sombras. —¿Ese sujeto es de la orden de las sombras? —.

—Yo que voy a saber, solo dejo que se inscriban a los torneos de pelea —le respondió el pelirrojo. Aunque pareciera que tuviera la vista puesta en la pelea, miraba de reojo a la azabache vastaya como si fuera la última vez que la vería —¿Estás segura de que no quieres sentarte? Yo puedo ver la pelea de pie —.

—No gracias, estoy bien así —podía contemplar cada golpe de ambos luchadores, notó que el vastaya le voló dos dientes al humano, en otro golpe le rompió la nariz y lo dejó en el suelo con la mandíbula dislocada —Ay por el amor de... ¿Eso está permitido? —.

—Todo está permitido en las arenas de combate, menos usar tus poderes o te descalificamos y siempre tenemos listos a los paramédicos —para él era costumbre ver como se derraman dientes y sangre en la arena. «Podría acostumbrarme a estar a su lado».

Pelea tras pelea, ninguna lograba ocupar todo el espacio de la arena, hasta que llegó la final, el vastaya que hizo trizas al alumno de Zed se enfrentaría al mismo Sett. El pelirrojo le entregó su abrigo a la azabache —¿Por qué me das tu abrigo? —.

—Sostenlo, no quiero que se manche con sangre —saltó desde su lugar hacía la arena. Cayó en una rodilla, se levantó y cubrió con su mano a su puño para tronar sus nudillos y cuello.

El round empezó con Sett dándole dos golpes certeros al abdomen, su rival no parecía dar respuesta al dolor, solo intentó darle algunos zarpazos con sus garras a los brazos no contaba con que el pelirrojo pudiera esquivarlo.

Le dio un fuerte golpe que lo envió en medio de la arena. La vastaya azabache observaba con asombro todo el show, Sett se dispuso a mirarla por un segundo —Veamos si puedo ocupar toda la arena —.

—AHHHHHH —escuchó a su oponente gritar mientras corría hacía él.

Sett levantó su puño en el momento indicado y su oponente cayó al suelo. Despegó la mirada volviendo al vastaya tirado a sus pies —¿Es todo lo que tienes? Es hora del gran final —.

Lo tomó de la cintura y voló con él por los aires, su fuerza era tanta que terminaron al otro lado de la arena, Sett resultó ileso, pero el vastaya salió lesionado con más de la mitad de sus huesos rotos y sin algunos dientes. Lo mejor de todo para los espectadores, muerto.

El público ovacionaba a Sett, algunas personas, tanto humanos como vastayas estaban locos por él, no les importaba que fuera mitad humano mitad vastaya. Él no derramó una sola gota de sangre, no que fuera suya, tampoco sudor. —Y esa si es una verdadera pelea —.

Después del espectáculo le pagó su respectiva cantidad de dinero a cada apostador, a cada ganador y a cada trabajador, al final guardó el resto para él mismo. Reader se quedó sin habla después de la pelea de Sett. —Eres demasiado fuerte, hombre bestia bastardo —.

—Supongo que gracias... Ten... —le dio una paga "generosa" a la chica.

Declinó el dinero —¿Vas a pagarme para que me acueste contigo? —.

—¿Qué? No, es tu paga, en teoría soy tu jefe, te pago por ayudarme a encubrir esto, tomalo —le acercó el dinero.

Lo aceptó, aunque ahora que en teoría trabajaba para él, se sentía muy mal por llamarlo de cierta manera. —Oye, perdón por llamarte... —.

Se dio la vuelta y la interrumpió —No importa, aunque es un gran comienzo que quieras cambiar las cosas, Reader —por dentro era como una chica de 15 años gritando emocionada porque su crush le hizo caso, aunque en el exterior estaba muy tranquilo.

La azabache tenía sus mejillas sonrosadas, le entregó el abrigo de vuelta —Pudo ser peligroso, ¿Sabes? —.

Le recibió el abrigo —Gané justamente, yo jamás pierdo —llevó a la chica con él de la mano —Ahora vayamos a cenar —.

Fueron a un restaurante de ramen cerca de la arena de combate, los secuaces del pelirrojo se fueron por otro camino, mientras ambos iban a cenar a solas. —¿Tienes registro de todos los peleadores? —.

—Si, no entiendo para que los necesitas —Sett sabía que ella conocía al primer luchador que entró a la arena y usaba el uniforme de la orden de las sombras.

—Yo conozco... —miró a ambos lados, bajó su tono de voz —Al maestro de las sombras, Zed, somos amigos, no sé si te enteraste, pero la noche anterior sobre Jhin... —.

—No le tengo miedo —hizo un puchero mientras jugaba con un mechón de su cabello el más alto. —Él debería tenerme miedo a mi —.

—Deberías, anoche mató a casi todos los que estaban en el bar donde antes cantaba —.

—Para que le tenga miedo debería de matarme —.

A Reader le parecía un tonto, no media las consecuencias que podrían tener sus palabras.

Después de cenar fueron a casa, Sett se tiró sobre el sofá, gracias a la luz de la luna notó un rojo intenso en su rostro —¿Qué le pasa a tu rostro? —acarició su frente, estaba caliente. —Sett, estás ardiendo —.

—Ya lo sé, no tienes que decirme como estoy —se levantó flexionando sus brazos. Se acostó y comenzó a temblar. —Hace frío... —.

Reader lo cobijó, fue por algo de agua y un trapo para humedecerlo. En la cocina encontró a la madre del pelirrojo cenando. —¿A qué hora llegaron? —.

—Recién llegamos... Sett tiene fiebre —la mujer se levantó de su lugar. —No se levante, voy a cuidarlo toda la noche —.

—Te agradezco, pero es mi hijo y me reuso a dejarte cuidarlo por mi —dejó que se sentara en su lugar para volver a cenar.

—No se preocupe, yo puedo hacerlo, me mantendré despierta toda la noche —después de convencerla, mantuvo mojado el paño con agua sobre la frente de Sett.

—¿Dónde está mi mamá? No quiero que se preocupe por mi —preguntó por su madre el pelirrojo.

—Cenando, le dije que podía cuidarte toda la noche —. Se quedó dormido el pelirrojo, mientras la azabache cuidaba de él y su estado.

Be my Queen | [Sett x Lectora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora