Capitán Tsubasa: One Shots.

KojiKen.

✨🌙 Soy mejor que tu. 🌙✨

— Hyuga ¡Despierta! — un moreno estaba dormido plácidamente en su cama pero un grito hizo que despertara de golpe logrando así caerse de bruces en el suelo lastimándose la espalda y el trasero. — ¡Capitán, lo siento! ¡Lo lamento tanto!

— Auch, Takeshi. ¿Que rayos te pasa? ¿Por que me despiertas así? — le dijo enfurecido mientras lo fulminaba con la mirada y llevaba una mano a su trasero para masajearlo.

— Lo siento. Es que ya es muy tarde y como no contestabas mis llamadas, me preocupé. —explicó asustado el menor dándole la mano para ayudarlo a levantarse, éste lo tomó. — Es nuestro primer día de clases en el colegio Toho, así que vístete rápido.

(N.A Aquí Takeshi estudia el mismo grado que Hyuga)

— Es cierto, lo había olvidado. — se dirigió al baño a hacer sus necesidades, el menor se sentó en la orilla de la cama a esperarlo. — Estuve trabajando hasta tarde y no pude dormir bien.

— Tienes que dejar de trabajar, Capitán. Ya obtuviste la beca que tanto anhelabas, ya no es necesario trabajar. — se acostó completamente en la cama mirando el techo. — Ya estamos en segundo año y ya has demostrado que eres digno de estar aquí, ayudas a tu madre y hermanos, solo concéntrate en el fútbol y los estudios.

— Lo sé, Takeshi. Ese era mi último día de trabajo, además, recibí muchas propinas. — salió del baño con un pantalón negro y secándose el cabello con una toalla. — Con eso puedo comprarme algo para mi.

Fue hacia una silla y en el respaldar se encontraba su uniforme que era una camisa blanca, se la colocó y puso las mangas arremangadas y luego se sentó en la cama junto al menor para ponerse los zapatos, de pronto alguien está tocando la puerta y con un “pase” del moreno, una figura masculina y una femenina entraron a la habitación.

— Buenos días hermano y Takeshi. — saludó la chica con una sonrisa.

— Hola, chicos. — saludó el chico a su lado de igual forma. — Tarde como siempre ¿Verdad, Capitán?

— No es mi culpa, Kazuki. Ayer trabajé hasta muy tarde. — terminó de colocarse los zapatos para luego levantarse y buscar la chaqueta negra que obviamente no se la colocaría adecuadamente. — Ten Alicia, te compré una gorra nueva.

— ¡Si! ¡Gracias, hermano! — la chica recibió la gorra con alegría. Era una gorra con temática de cielo nocturno y estrellado, en la parte del frente había una luna llena, simplemente hermosa. La de mechas galácticas no dudó en colocársela al revés.

— ¿Cuando será el día que te vistas como una mujer? — preguntó el oji-azul mirando la ropa que cargaba la chica, era el uniforme de los hombres, le quedaba un poco holgada. Además de cómo se colocaba la gorra y siempre cargaba una clineja francesa o una cola de caballo baja y eso que su cabello le llegaba a la altura de los glúteos y las puntas pintadas de galaxia. Simplemente se vestía poco femenina.

— El mismo día que te le declares a Takeshi. — le susurró en el oído y éste se sonrojó notoriamente haciendo sonreír victoriosa a la más alta. — Eso creí. Bueno, vámonos. No quiero que me castiguen, otra vez.

— El año pasado te castigaron... ¿Cuantas veces? ¿Siete? — preguntó confundido el menor de los cuatro mientras caminaban hacia el aula de clases.

— Diez. No estuviste presente en las otras tres. — aclaró sin importancia. — Te encontrabas enfermo ese día.

— ¿¡Te castigaron tres veces en un día!? ¿¡Como es posible!? — se sobresalto el menor.