Ingreso al Instituto
Narra Janoj
El corazón me latía con fuerza, ante la presencia de una parte de los estudiantes de secundaria de aquel colegio. Los incesantes murmullos de los pubertos junto con mi enoclofobia creaban la mezcla perfecta para el estrés y la ansiedad.Finalmente mi nombre es llamado. Bajo las graderías y me dirijo al grupo que me corresponde. Curso 6C. El nerviosismo me invade al no conocer a nadie de aquel grupo, ya que los pocos amigos y compañeros de primaria habían quedado en el curso 6B. Mi espectativa académico decayó al analizar a los estudiantes de este curso, el penúltimo.
Cómo si alguien me leyera la mente, un conocido con voz en la institución, pide que se me traslade a otro curso. 6A. Al hacerlo, pude distinguir adolescentes de buen aspecto y procedentes de buena familia.
Al igual que en el otro curso, no sentía que encajara, pero al menos, tenía más esperanza aquí..
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El año escolar inició. Al principio era el chico invisible, que no hablaba con nadie. Me limitaba a prestar atención en clases y hacer las actividades. Poco a poco fui participando, acertando a la mayoría de preguntas, así fue como la gente se fue percatando de mi existencia. Pasé de ser el que busca grupo para las actividades, al que todos querían en su grupo. Claro, cada quien lo hacía por su propio beneficio, por obtener buena nota. Cosas de nerds. Sin embargo, me hacía sentir importante.
No sé porque me emocionaba, si ya sabía cómo sucederían las cosas. Tal cual como sucedió en la primaria. Siempre fui condecorado, el estudiante estrella, por 5 años. La secundaria solo era una copia barata de la primaria.
Luego de empezar a destacar, aparecería la competencia, otro chico listo; luego la envidia, y finalmente se resignarían a su posición y así acabaría la secundaria.
Tiempo después, me hice amigo de un chico negro, delgado, de rasgos finos y cabello lacio. Se fue convirtiendo en mi compañero de actividades hasta que finalizó el año.
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El tiempo pasó y retorné a los estudios, ahora en séptimo grado. A nuestro curso habían sido trasladado dos estudiantes, un chico carismático y una chica bastante amable, pertenecientes a la facción Angco, al igual que lo aparentaba yo. Eso hizo que nos hiciéramos más cercanos, ya que la facción Angco era muy pequeña y solían ser atacados por la facción Calic, la mayor facción desde tiempos inmemoriales.
En realidad, estaba allí como espía de la facción Ralta. Tan diminuta que muchos ignoraban su existencia.
Cómo lo predije, surgió un adversario, un adolescente bastante listo. Con sus ojos verdes esmeralda y su tez blanca, se ganaba el cariño. Contrario a su aspecto, Stan era el tipo de persona que alardeaba de sus logros y menospreciaba a los débiles. A pesar de ello, era realmente bueno en los estudios.
Ahí inició nuestra silenciosa guerra, en la supuesta zona neutral. Por mi parte trataba de defender a los contados miembros de Angco, mientras Stan buscaba opacarnos.
Así transcurrieron algunos meses, hasta que ocurrió. La ví. Aquella chica de la cuál nunca me percaté que estudiaba conmigo, no recuerdo haberla visto el año pasado. Nuestras miradas se cruzaron y por unos eternos segundos pude ver sus ojos verde oliva brillando con tanta ternura. Mi corazón se aceleró y una calidez invadía mi pecho. ¿Por qué me sentía así? ¿Qué era este sentimiento?
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Memorias de un amor
Romance... Sus miradas se cruzaron. Así comenzó su primer amor. A partir de allí, Janoj deberá afrontar su timidez y tratar de conquistar aquellos verdes ojos que provocan una calidez en su pecho; así como evitar que la facción Angco caiga, al mismo tiempo...