Capítulo 4

11 3 2
                                    

Narra Janoj
Así pasamos la mayor parte del año. Astrid hacia actividades tanto con Stan como conmigo.

Eso me daba celos y hacia temblar mi endeble confianza y autoestima, amenazando con el colapso. Recuerdo perfectamente como se sentía cuando la veía sonriendo junto a él. Una vez los ví tomarse de las manos, no como pareja, sino a modo de celebración. Un hormigueo se paseaba por mi espalda, luego sentía una punzada algo fuerte en el corazón, tenía dificultades al tragar, el típico nudo en la garganta. Mi seria expresión encubría mi muerte interior.

A veces solía pensar que no trabajaba conmigo por timidez, sin embargo, esa parte de mi, que pensaba que no tenía oportunidad, me hacía creer que estaba junto a él, por algo más que estudios. Pero cuando estaba junto a ella, creía lo contrario. Creía que estaba enamorada de mi. Nunca he sabido entender las indirectas. De esa manera, mi autoestima naufragaba como un velero en una fuerte tempestad.

Así como se figura que existe una vocecita en la conciencia que incita a lo bueno y otra que incita a lo malo, de igual forma, existían en mi cabeza dos voces, dos pensamientos. El optimista, que me decía que si la hacía reír y la trataba bien, podría tener alguna oportunidad; y llegar a un acuerdo con muestras facciones. Y el pesimista que solo decía lo torpe que era, lo bien parecido que era Stan en comparación conmigo, y que aunque siquiera tuviera alguna posibilidad, su facción nunca lo permitiría ni ella la abandonaría.

_________________________________

El año estaba llegando a su fin, otro año victorioso, no podía dar chance a mi enemigo académico, ahora que también lo empecé a considerar enemigo personal, como competencia en lo sentimental.

Después de tantos momentos agridulces, había llegado el mes de mi cumpleaños. Cómo siempre, nunca caía en clases. Sin embargo, la alegría del mes finalizaba con La Celebración. Un evento organizado por Calic, para expandir su poderío. Todos los años, en la misma fecha arremetían, pero yo permanecía firme.

La cercanía entre Astrid y yo había crecido, pero tan rápido como vino se fue. Antes de finalizar el año, tanto Astrid como Stan habían ingresado a un programa de Calic, bastante estricto y de compromiso. Por lo tanto, fuera de que pasarían más tiempo juntos, era más evidente la fractura del posible acuerdo de facciones.

Pese a todo lo ocurrido, habían algunos cambios positivos. Stan había dejado de ser tan arrogante y egocéntrico, y cuando actuaba de esa forma, era pacíficamente y de forma jocosa. Pensaba más en los demás y esas cosas. No sabía si considerarlo como algo positivo o negativo. Todo depende del lente con que se mire. Para mí, era bueno y malo. Me irritaba su anterior forma de actuar y humillar, sin embargo, eso podría conducir al inicio de una relación entre Astrid y él. Astrid afable, como siempre.

Así concluía otro año académico. Mientras yo me planteaba la verdadera pregunta. ¿Debería decirle lo que siento?

Memorias de un amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora