|| Violentómetro || [Craig x Gregory]

|| Celar y Culpabilizar ||

Celar y Culpabilizar

Él rubio era conocido por usar en ocasiones ropa femenina y masculina, era casi su naturaleza usar faldas o pantalones cortos, le gustaba y nadie le criticaba por ello, todo lo contrarió, algunas veces recibía halagos de los pueblerinos, eso era como un subidon a su lastimada autoestima, sin embargo, había alguien que no disfrutaba en lo mas mínimo esa clase de atenciones que le daban a su esposo, para Craig era un constante dolor de cabeza ver como las personas volteaban a mirar a su pareja, era atractivo si, pero sentía que esa gente le daba atención demás.

Pocas veces solían salir, y siendo como era Craig no era de sorprenderse, ese día, la pareja había salido al parque para dar una vuelta, Gregory vestía lo habitual, para él claro, lo cual solo era un pequeño pantalón y un suéter grande, además de botas militares, Craig pensaba que así no llamaría la atención, pero como se equivocó.

Esta vez, sus celos habían explotado cuando aparentemente a su parecer él rubio no quería dejar la tienda de helados, la realidad, era que al mas pequeño solo le estaban obsequiando un cupón, para Craig, era que se lo intentaba quitar. Y si bien había acabado metido en una pelea con él cajero de la heladería. Nadie fue a la autoridad, después de que él rubio se metiera en la pelea y separara a ambos varones, se fueron por su lado, claro que no sin antes disculparse con él chico de la heladería por semejante espectáculo.

—¿Y a ti que mierda te pasa?. —Pregunto él rubio a su esposo apenas estuvieron a puertas cerradas, lejos de la actuación.

—¿A mi? ¿Quien se viste como una maldita ramera para llamar la atención, tu o yo?. —Pregunto él mas alto acorralando al rubio contra la puerta. —Eres mi esposo, mío, ¿porque mierda vistes así para llamar la atención?

—Asi me suelo vestir casi siempre. —El mas pequeño se enojo, y le miro con él ceño fruncido. —Yo no soy quien va por la vida acostándose con cualquiera que le abre las piernas y mucho menos ¡golpeando a inocentes!. —Grito molestó, Craig no lo resistió y golpeo la blanca mejilla del ingles.

—¡Si eso paso fue culpa tuya!. —Grito, observando como él rubio cubría donde le golpeo y lo miraba con ojos cristalinos. —Todo esto es tu culpa. —Acuso señalándolo, para después alejarse y dejar al ingles solo.

Gregory seguía perturbado, ya fuera por él golpe o sus palabras, sintió su mejilla arder, dolía, y mucho. Dejó caer sus gruesas lágrimas y camino cabizbajo a la habitación compartida para ponerse algo de maquillaje en él naciente moretón en su piel.

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