|| Violar (+18) ||

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Violar (+18)

La noche cayó con tal rapidez que el rubio solo atino a acostarse y descansar del ajetreado día, tenía moretones en las piernas y una de sus mejillas estaba rasguñada, las suaves sábanas envolvían su cuerpo de tal forma que parecía un capullo gigante, sus párpados se cerraron y el sueño lo inundó de tal forma que en menos de cinco minutos ya estaba completamente dormido.

Algunas horas habían pasado. Probablemente eran la una o dos de la mañana. Los pasos pesados de Craig se escuchaban desde la planta de abajo, estaba ebrio, era muy evidente, lastimosamente para el rubio durmiente no fue así, despertó de forma torpe, observando borroso gracias al sueño a la figura frente a él, su rostro se ladeó en clara muestra de confusión, y terminó por despabilarse una vez escucho la risa ronca de su esposo.

—Eres tan lindo~ —Craig se acercaba a pasos torpes a la cama, Gregory despertó completamente y comenzó a temblar:— Mi lindo y dulce bebito~ —Una sonrisa afilada se mostró en los labios del moreno, el rubio intento alejarse.

—C-craig. —Llamo de forma suave, las lágrimas se acumulaban en sus mejillas de tal forma que amenazaban con salir:— C-cielo, podemos hablarlo. —Choco contra la pared, el azabache terminó acorralando lo.

—No me importa. —Aquella mirada gélida ocasionó un temblor completo en el menor. —Puedo tener sexo contigo si se me antoja, eres MI esposo. —Resalto las palabras apretando el blanco cuello entre sus manos.

Gregory solo atino a taparse la boca para sollozar, el agarre en su cuello no ejercía fuerza, sin embargó. Cuando Craig lo empujó contra el colchón hundiendo su cara entre las sábanas y la suave superficie entro en pánico.

Craig no podía violarlo, ¿Verdad?

Un grito ahogado salió de su garganta, el azabache seguía hundiendo parte de su cara en la cama y dolía, se asustó más cuando sus pantalones fueron retirados, la ropa interior igual y un dígito del azabache hizo presencia en el interior del menor, tembló más, y las lágrimas bajaron con más fuerza.

Dolía, aún cuando no fuera virgen ya, dolía.

Su cuerpo sufrió un espasmo cuando Craig introdujo otros tres dedos de golpe, el grito de dolor y agonía escapó de los rosas labios del rubio y sus uñas terminaron clavadas en las sábanas, el azabache. Muy a lo contrario del rubio, disfrutaba de sus gritos, se le hacían tan excitantes cada lágrima, cada grito y cada espasmo ayudaban a levantar la erección que tenía entre los pantalones.

Vio sangre salir de la cerrada entrada de su esposo, soltó una carcajada suave, y terminó bajandose los pantalones con todo y boxer dejando al aire aquella erección.

—¡C-craig no lo hagas! —Chillo sintiendo como se rozaba contra su cuerpo.

El azabache negó.

—No puedo cumplir tus deseos, Mon Amour —Siseo contra su oído en un acento francés fingido, gregory abrió los ojos de sorpresa.

—¡N-NO me llames así! —Exigio con palpable molestia, Craig aprovecho y terminó hundiéndose bruscamente en su interior. —¡E-ESO D-DUE-ELE DETENTE! —Chillo con fuerza, recibiendo un golpe en la cabeza del otro.

—¡Cállate pequeña perra!

Grito, y empezó a embestir de forma ruda y brusca, no le importaba causarle el más mínimo dolor al rubio el cual se removía y chillaba, las fuertes manos del azabache se aferraron con fuerza a la pequeña cadera del de hebras rubias, algunas veces clavaba las uñas en la blanca y delicada piel, y después pasaba a dejarle las marcas de manos en las piernas, principalmente los muslos; Gregory seguía llorando, perdiendo la esperanza de que su esposo se arrepentiría de sus acciones, nunca lo hizo; su interior se desgarraba con cada embestida, su piel siendo abierta ardía, dejo de llorar, solo para ahogar sus gritos agonicos de dolor.

Porque esa noche, fue la más larga y dolorosa para él.

Palabras: 646

|| Violentómetro || [Craig x Gregory]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora