Capítulo 3

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(capítulo extra-largo)

— no jodas, no me creo que a Guzmán le gusta Nadia - respondí en shock mirando a Lu -

— Si, yo tampoco puedo creerlo - respondió ella -

El mencionado entró al salón y nos miró raro ya que nos quedarnos observándolo. Me levanté de la silla en donde estaba junto a Lu y me acerqué a Guzmán.

— entonces te enamoraste de la musulmana - afirmé burlona - Joder, la gente cambia mucho Guzmán

— con que de eso hablaban - respondió el mirándome
serio -

— a mi eso no me interesa, aquí lo que realmente me importa es que ya no podrás joderme si me gusta uno de los becados - sonreí -

— Joder, ¿que les ven? - preguntó el, fastidiado -

— quizá lo que viste tu en Nadia - respondí -

— la diferencia es que ella no es una drogadicta - afirmó el -

— a mi me da igual lo que se metan por la nariz, Samuel está hermoso y Christian ni se diga - respondí mirando a el último mencionado recibiendo un guiño de su parte -

— No sabía que tenías tan mal gusto - dijo Guzmán - antes tenías mejor gusto - afirmó -

— lo dices porque era tu novia - respondí torciendo los
ojos -

— exacto - respondió y ahora quien sonreía era el -

— No te ilusiones, siempre me gustó Ander - respondí sonriendo y me fui a sentar junto a Christian con una sonrisa, dejando a Guzmán con una cara de que no se lo esperaba -

(...)

— ¡Ander mi amor! - grité alegre por el pasillo mientras me acercaba a el aludido - ¿y esa carita? - pregunté -

— es que no sé qué hacer - dió un suspiro -

— ya sé que te gustan los chicos, y a pesar de que tenía esperanzas contigo, te apoyo - le dije -

— ahora dirás que te gusto - dijo el con una sonrisa -

— me gustaste cuando andaba de novia con Guzmán, era una locura - respondí -

— pobre hombre - afirmó -

— claro que no, lo quise muchísimo y todos saben que siempre estábamos juntos, el la cagó y todo se fue por la borda - respondí - ahora te dejo Muñoz, tengo que irme - dije a Samu a lo lejos -

(...)

Abrí mis ojos y ya había anochecido, a mi lado dormía aún Samuel sin camisa y yo solo pude sonreír y morderme el labio. Mantuve una sabana sobre mi cuerpo desnudo y me cambié nuevamente.

Al salir de la habitación estaba Nano cocinando sin camisa, el hombre era guapísimo pero era el chico de Marina, así que no podría llegar a nada con el.

— se va la pija - dijo el, divertido -

— adiós guapo, te veo el domingo en mi fiesta - afirmé saliendo de ahí -

Al salir habían un montón de hombres, ahí me arrepentí de haber llevado ese vestido. Seguí caminando y los hombres me perseguían. Empecé a correr pero fue tarde pues todos me habían rodeado, empecé a temblar y a gritar pidiendo ayuda. Un chico se acercó a mí y empezó a besar mi cuello, no podía moverme pues tenía mis manos contra la pared, empecé a llorar y seguí gritando.

— ¿que coño hacen? - esuchcé gritar a una voz que se me hacía conocida - ¡dejenla!

Los hombres se alejaron poco a poco y vi que quien me había salvado era Christian, rápidamente corrí a abrazarlo y el correspondió.

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