Capítulo 9 - Débil

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Me sentía estúpida hasta las cejas, tan tonta... Pensando que todo era intoxicación y que algún gas en mi estómago provocaba su crecimiento.

Dos meses, dos jodidos meses de gestación.

Después de que se fue el doctor tuve mi escena. Tiré las pruebas por algún sitio de mi habitación, pensé en cómo un hijo cambiaría mi futuro pues definitivamente no tenía el suficiente coraje como para abortar, no podía matar a una vida inocente, no era justo. Así como fui valiente y suficientemente "grande" para tener sexo sin protección debía serlo para afrontar las consecuencias.

Y ahora llegaba la peor parte, el padre. Aquel chico de rulos, lleno de confusiones, con un novio... Ander, estaba embarazada de Ander. ¿Que le iba a decir? Éramos críos asustados de todo.

Vasos reventados, una habitación patas arriba y mi llanto por cada rincón era todo el desastre audiovisual en la gran casa.

Así estuve unos minutos hasta que el timbre no paraba de sonar, la pequeña pantalla en la pared me avisaba que había gente aquí. Había olvidado que Ander, Guzmán y Carla vendrían.

Bajé torpemente por las escaleras intentado limpiar mis lágrimas, de cualquier forma notarían el desastre en la cocina. Puse mi mano en la pantalla junto a la puerta y esta se abrió. Las caras de mis cuatro visitantes mostraron confusión al verme.

— ¿Que ha pasado? — Preguntó Rebeka, quién no había sido anunciada pero sería de mucha ayuda —

— E-e... — Balbuceé, mis labios temblaban debido a mis sollozos — Estoy embarazada — solté sin rodeos —

Solo tuve unos segundos para ver el espanto en los rostros de Ander, Guzmán, Carla y Rebeka porque luego me agaché, puse mis manos sobre mi cara y empecé a llorar nuevamente como si no hubiera un mañana.

— ¿Q-quien es el padre? — escuché la voz de Ander —

— T-tu — Solté sin dudarlo —

— ¿Que? Joder, tienes que estar jodiendo, tía no podemos ser padres ¡Puta mierda! — Gritó Ander haciéndome sobresaltar —

Sus palabras habían terminado por decepcionarme, el Ander comprensivo había desaparecido y ahora sólo existía eso.

La cara de Guzmán y Carla, verlos me llenaba de vergüenza, la única que sentía realmente junto a mi era Rebeka.

— Cálmate gilipollas, tampoco es pa' que la trates así — Dijo Rebeka poniendo una de sus manos en mi hombro — Vamos muñeca, necesitas calmarte — Bajó su mano a la mía y las entrelazó —

Intentó llevarme pero no me moví. En mi mente había mucho, decepción, rabia, ira, vergüenza, miedo... Era demasiado para mí. Empecé a respirar muy rápido porque sentía que no era capaz de respirar, sentía como poco a poco mis piernas se hacían débiles y yo empezaba a caer de nuevo. Nuevamente tenía ese horrible sentimiento de ansiedad y debilidad, donde mi cuerpo fallaba y yo solo caía. Nuevamente, como aquella noche de la discoteca escuchaba las voces de mis amigos y hermana gritar, pero se hacía más lejanas, no era la primera vez que tenía un ataque de este tipo pero definitivamente no me había acostumbrado.

Y después no pude más, caí pero esta vez no toqué el suelo, un par de brazos me sostuvieron antes de que mis rodillas impactaran sobre el piso.

— Dani, Dani mírame, perdóname me alteré, mírame no te duermas — Dijo el, pero su voz tenía cada vez más eco —

— ¡Una ambulancia por favor! — Fue lo último que escuché, aquel desgarrado grito de mi hermana —

Aquí íbamos de nuevo.

>>>

— Está despertando, llamen a él doctor — Escuché una voz femenina, Carla —

Mis hojos se iban abriendo poco a poco, la luz los hizo arder, intenté levantarme pero alguien tomó mi mano y me hizo quedarme ahí.

Ander.

— Espera a que llegue el doctor — Dijo el, ahora se veía calmado y actuaba como si tuviese miedo a tocarme —

Minutos después el doctor llegó, me preguntó cómo me sentía, tomó mi pulso y mis latidos y la misma mierda de siempre.

— Ok, ahora hay que hablar, esto es muy serio — empezó el hombre canoso — A pesar de tener 17 y estar bien desarrollada, tu cuerpo no parece listo para recibir este embarazo, es muy riesgoso, al final puede morir el bebé o tu también, incluso ambos... ¿Estás dispuesta a tomar ese riesgo?

Realmente no, no me sentía ilusionada pero tampoco quería cortar ninguna vida.

— Eres joven, con un futuro por delante, lo más probable es que no alcances los cinco meses de gestación, el bebé no... No luce bien, tu cuerpo no parece poder resistir el embarazo, si quieres evitarte mucho dolor y traumas deberías abortar, la ley te dejará porque es una situación de riesgo

— ¿no hay algún tratamiento? — Pregunté —

— No quería sonar duro, pero... Ese niño no va a nacer de ninguna forma, nada luce bien en tu embarazo —

Sentí unas intensas ganas de orinar, intenté acomodarme para soportar mientras el doctor continuaba hablando pero solo sentí un estirón en mi vientre y posterior a eso sentí mojarme, toqué mi entrepierna y la bata de hospital se tiñó roja.

— Dios... — Susurré envuelta en miedo y vergüenza —

Nada más que decir, la pesadilla de un par de horas había terminado, ni siquiera tuve oportunidad de arriesgarme, todo había comenzado muy rápido y de igual forma había terminado.

No quería ver a nadie, estaba harta.

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