Capítulo 2

7 0 0
                                    

Madeline:

Comencé a salir con un chico tres años mayor que yo, Paul. Esa etapa de mi vida fue la que desencadenó una serie de malas decisiones. Éramos un grupo de cuatro grandísimos amigos. Jack, Paul, su hermano gemelo Ryan y yo, Madeline. Yo era la menor del grupo, éramos inseparables, hasta que Paul y yo comenzamos a salir.

Paul y Ryan como lo mencioné, son gemelos, ambos medían 1.85 metros, ojos azules celestes, de complexión delgada, labios delgados, y cabello castaño muy brillante y ondulado; lo único que los diferenciaba a uno del otro era que Ryan tenía el cabello corto, y Paul lo tenía largo a la altura de los hombros. Jack sin embargo, era de complexión robusta, ojos marrones, su cabello de un castaño más oscuro que de los gemelos, y era cinco centímetros más bajo que ellos.

Paul y Ryan tenían un automóvil, un clásico y de color rojo. En el cual siempre salíamos al centro de la ciudad o a fiestas.

Ya que ellos eran tres años mayores que yo, fue con ellos con quien tuve mis primeras fiestas donde daban alcohol a menores. Mis primeras fiestas sin dulces ni pastel, ni mucho menos trampolines.

Aunque Paul y yo salíamos, seguíamos saliendo los cuarto juntos a casi todos lados. Jack me consideraba su hermana pequeña, y me cuidaba tal cual.

De las primeras veces que ingerí alcohol, bebí hasta perder la noción de las cosas, pero me sentía segura estando con ellos, solo recuerdo despertar en casa de Paul y Ryan.
Al despertar, con resaca y lagunas mentales, camine del cuarto de visitas a la cocina donde estaban los gemelos y Jack preparando el almuerzo.

— Buenas — dijo Jack. A lo qué mi yo somnolienta respondió con una seña alzando la cabeza.

— Hola hermosa, buenos días — dijo Paul tomándome de la cintura y dándome un beso.

— Me siento fatal — añadí y me senté en el comedor.

— Bebiste demasiado, y quizá estabas un poquito drogada — respondió Ryan y yo fruncí el ceño mirando a Paul.

Quien entonces mencionó que en mi estado de ebriedad, decía que tenía hambre y Jack decidió darme un Brownie con marihuana de los que un amigo de él estuvo dando en la fiesta. Para esto estábamos en el auto, y a pesar de ser de madrugada pasamos en el auto por el centro de la ciudad a lo qué dicen que en un semáforo me baje del auto justo en el centro de la ciudad a hacer disparates. ¡Y ESO NO ERA LO PEOR!. Si no que lo filmaron absolutamente todo.

Al ver el video me sentí totalmente avergonzada. Era yo, en el centro de la ciudad a mitad de la madrugada, riéndome como loca, y entonces comienzo a quitarme la blusa quedando así en sostén y comienzo a correr y gritar, y Paul corriendo detrás mío con mi blusa en mano.

Cuando me mostraron los videos, los gemelos y Jack comenzaron a reírse, yo no le veía lo gracioso, sentía muchísima vergüenza porque realmente recordaba muy poco de eso, recordaba haber ido en el auto de los gemelos más no recordaba cuando estábamos en el centro de la ciudad.

— Hey, tranquila no pasa nada, ese video solo es para nosotros y estabas a salvo con nosotros — dijo Jack abrazándome y dándome un beso protector en la frente.

Living in another multiverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora