Capítulo 6.

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Hola mis lectores gatunos!Bueno primero quiero desearles que pasen unas muy bonitas fiestas, muchas gracias por darme su apoyo a lo largo del año.Segundo; su autora es estúpida, porque se le había olvidado que no había subido ni revisado este capítulo, así que perdón por la tardanza, una tardanza eterna, espero que les guste, esta hecho con amor.Lo narra nuestro Uenoyama.

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Aquella noche no me pude mover de su lado; con mis dedos entrelazados a los suyos, con mis ojos sobre una respiración endeble y una piel pálida. Aquella habitación estaba repleta de él; de aroma tentador y embriagador, de aliento suplicante y alaridos dulces. El sudor sobre su frente, su cuerpo tembloroso, sus húmedos labios y la sensación de tenerlo entre mis manos. Una amarga impresión de culpa fue lo que me golpeó como estática; por aprovecharme y abusar, un triste sentimiento de impotencia fue lo que me arremetió al no ser un alfa. No pude dejar de mirar las fotografías de su destinado; de sonrisa cruel y fría, de intenciones avaras y una marca escarlata. Mierda, aquella marca ya no me dejaba vivir ni existir. Me había convertido en codicia y envidia, cuando ni siquiera tenía rival. No pude dormir aquella noche de invierno. Fue una noche cualquiera.

Con mi palma removí su flequillo; lento y electrizante. Me mantuve arrodillado en el piso, deseando que esos ojos me miraran y esa clase de sonrisa despreocupada me fuese regalada, deseando escuchar sus consuelos bonitos y baratos, sus palabras inteligentes; mentiras con las cuales me sentiría mejor. Solo que ya no lo haría. Porque él me gustaba, y ahora que era consciente de esos sentimientos. Me miré las manos, sosteniendo mi corazón; estaba roto y goteaba azul, se había desbordado en ese amor no correspondido, las gotas habían manchado el piso y se habían impregnado entre mis palmas. Suspiré en aquel mortificante ardor ¿La culpa?

Era de él.

"¿Uenoyama?" Mi nombre fue chispas y letargo en esa habitación "Yo" Él se inclinó sobre la cama, con una mueca de dolor y una mirada confundida; desorientada "¿Qué fue lo que pasó?" Esos ojos se dirigieron hacia nuestras manos. Tensión y estática.

"Estábamos comiendo cuando tu vecino te indujó el celo" Su rostro se deformó al escuchar aquella verdad "Tuviste las feromonas de un alfa demasiado cerca" No existieron palabras para describir la cruel mirada que Mafuyu me devolvió. Escuché las gotas.

"Ya veo" Aquel rostro; pálido e inexpresivo, en un segundo "Yo" Enrojeció "Yo lo recuerdo" Su mano fue llevada hacia sus labios; separándose de las mías, había escarlata sobre sus mejillas y nervios y torpeza en su mirada "Te involucre en todo esto" Ambas palmas escondieron su rostro. El gesto fue lindo y me hizo suspirar. Era tonto por culpa de él.

"No te preocupes" Quizás siempre lo había sido "De hecho" Me senté sobre la cama, el colchón crujió, tomé sus manos para que esos ojos "Te debo una disculpa" Aquellos que significaban todo y nada "Perdón" Aquellos por los que yo era un desastre, un perdedor y un obsesivo. Me miraran. El corazón y la vida me palpitaron entre esas pestañas. Eran largas y bonitas.

"¿Por qué?" Fue ingenuo y lindo.

"Era mi responsabilidad mantener la compostura en esa situación, tú no estabas en tus cinco sentidos" La vergüenza y la culpa fueron una extraña mezcla entre mi estómago y un nudo en mi garganta "Somos amigos y prometí cuidarte" Pero solo era problemas y mentiras. No era diferente a él. A esa marca.

"Uenoyama"

"Debió ser desagradable dejar que otro hombre te tocará cuando tú ya tenías a alguien especial" Sus dedos acariciaron la parte posterior de su cuello, sus hombros se encogieron en la cama; él se vio pequeño y lejano. Me pesó el alma en aquella distancia "Solo quiero que sepas que lo siento" Sus palmas se aferraron sobre mi muñeca.

Invierno sin nieve.Where stories live. Discover now