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Jennie y Lisa se encontraban preocupadas por la ausencia de sus amigas. Desde que tocaron la campana desaparecieron, tres clases habían pasado y ninguna de ellas se dignaba en aparecer.
Era realmente preocupante, y lo que más las dejo intranquilas es que ninguna de ellas podría salir a buscarlas, debido a que cualquier profesor podría acusarlas de fuga.

Cómo Lisa era menor que Jennie y de la misma edad de Rosé, le había tocado en la misma aula que la castaña menor, de la misma manera que Jisoo y Jennie, eran comapañeras de clase. Ambas chicas no pudieron estar al cien en la clase de cada una, debido al sentimiento de preocupación tan grande que las invadía.

¿Tiene algo que aportar Manoban?
Veo que no le interesa ni un poco mi clase, supongo que usted como es una sabelotodo me podría explicar
¿Cual es el mayor exportador de café en el mundo?

-No lo se-hablé cabizbaja.

Me miró amenazante, cuando estaba apunto de regañarme la campana sonó avisando el receso. Agarré mi bolso y salí corriendo del lugar antes de que me ganará una gran charla por parte del profesor de historia, que gritaba mi nombre mientras yo corría a toda velocidad. Ya fuera de peligro paré de correr cansada, y solté un suspiro de agotamiento. A pesar de no tener todas las fuerzas correctas para seguir moviéndome, comencé a caminar en dirección al aula de Jennie, pues quería saber si sabía algo de Chae o de Jisoo.

{...}

-¿Desde cuando te gusta Lisa?-
preguntó Jisoo tomando un sorbo de su café.

-Desde que tenemos doce años... es imposible que lleves tanto tiempo con Lisa y no te enamores de ella, tiene una personalidad increíblemente fuera de este mundo-
suspire
-Unnie-la llame.

-¿Que pasa Pasta?-
respondió Jisoo mirandome.

-¿No te da miedo que Jennie y Lisa se hagan novias?-pregunté casi inaudible.

Jisoo me miro expectante.
-No lo creo-negó.-Jendukie me dijo que no le gustaría tener una relación en este momento, si ella lo dice yo le creó, confió plenamente en su palabra-aseguró la pelinegra frente a mi.

Eso me tranquilizó hasta un punto. Realmente no tengo porqué pensar en eso, quizás Lisa se le declaré Jennie y ella le diga lo mismo que le dijo Jisoo. A Lisa le podrá gustar Jennie, pero si la castaña no le da el punto a favor para que una relación de más que amigas suceda entre ellas, pues nada pasara.

-¿Chae, te das cuenta que faltamos a más de seis clases?-preguntó Jisoo mirando su reloj y abríendo sus ojos como platos.

¿Que? ¡No puede ser! ¡Nos tenemos que ir pero ya!

Pronto pedimos la cueta y nos fuimos prácticamente corriendo hacia el Instituto.

(...)

12:35

Era la hora de almuerzo, y Jennie en vez de estar comiendo su delicioso pastel de arroz, se encontraba como loca corriendo por los pasillos, gritando el nombre de sus amigas esperando a que alguna de ellas apareciera. Estaba cansada y hambrienta, pero no se quedaría tranquila con dos de sus mejores amigas desaparecidas.

De pronto escuchó unos pasos correr hacia ella, tan pronto como volteó a ver Lisa se encontraba abrazándola, aferrándose con fuerza a ella, a lo que la castaña correspondió.

-¿Ninguna noticia sobre ellas?-
preguntó la más baja.

-No, estoy muy preocupada Jennie-
respondió la maknae.

Ambas se acercaron a los casilleron y golpearon sus cabezas con estos, las metálicas puertas sonaron ligeramente. De pronto unas voces rentumbaron en sus oídos, por ende las dos chicas volvieron a ver. Frente a ella se encontraban la pelinegra y la castaña, también apodada pasta, los rostros de las chicas preocupadas se iluminaron con una sonrisa, haciendo que las cuatro corrienran en dirección a su contraria, demostrando cuanto se habían extrañado.

-¿Donde estaban? Las estuvimos buscando por todo él instituto-
regaño Jennie molesta.

-Nos fuimos a tomar un cafe, eso es todo -respondió Jisoo con simplesa.

-¿Ustedes se pueden dar cuenta que tal vez ni siquiera quedé pastel de arroz para mí por andar buscandolas, porque se les ocurrió la brillante idea de irse a tomar un café? ¡Es que esto no puede ser!-gritó Jennie histérica. -¿Que hice para merecer esto?-reclamó Jendukie dramática.

La castaña más pequeña comenzó a correr y todas la miraron raro.

-¿No piensas ir luchar por tu pastel de arroz?-preguntó Rosé dirigiéndose a Jennie.

Las azabaches comenzaron a correr como locas, mientras la pelinaranja y pelinegra negaban y corrían tras aquellas traviesas chicas.






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