❥Obra única de mi autoría.
ℒ: Es por la forma en que me miras.
Chae eres mi mejor amiga, te quiero hermanita.-me abrazaste y yo me límite a ahogarme en tu dulce aroma a frabuezas-
Reí amargamente recordando tus palabras, que para cualquiera serian...
La pelinegra estaba ayudándo a que los últimos preparativos para la apertura de "kim's family" él nuevo retaurante de su padre luciera perfectamente espléndido. Agotada se dispuso a tomar asiento, admirando lo maravilloso que lucia él lugar, parecía una verdadera obra de arte.
La forma tan delicada en que estaban las luces colocadas decorando él escenario, las mesas perfectamente arregladas y la cocina lucia realmente bien, todo estába como ella lo había soñado.
Sin duda alguna hoy seria un gran día.
Jisoo se dirigió al camerino, pues fatalban tan solo unas horas para su presentación con las chicas, y tenia que verse preciosa....
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Me encontraba caminando hacia él restaurante, pensando en como haría para cantar sin mirar a Lalisa. La canción que habíamos elegido era una de las favoritas de mi padre, que con frecuencia escuchaba; un día nos encanto tanto a Lisa y a mí que decidimos ponerla como himno en la cabaña, ella rapeaba y yo cantaba era muy hermoso...
Aunque sólo eso no me preocupaba. La presión por cantar delante de todos era realmente asfixiante, pero no me echaría para atrás pues le había prometido a las chicas que lo haría, además esto era muy importante para Jisoo, no la iba a decepcionar.
Me paré frente al local admirando su exterior por fuera, luego me dispuse a entrar apreciando mas cuidadosamente cada detalle, era muy hermoso y daba mucho de que hablar.
¡Rosé! -gritó Jisoo corriendo hacía a mi abranzandome-
¡Que gupa que estas Jisoo Kim! -alague a lo que ella se sonrojó-
Gracias, tu también te vez preciosa. -dijo la pelinegra- ¿Lisa no viene contigo?-preguntó extrañada-
No.-respondí cortante-
¿Pero que ha...-fue interrumpida-
¡Hola chicas!-saludo Jennie sonriente-
Hola. -dijimos al unisimo Jisoo y yo-
En serio estoy muy emocionada, definitivamente nada en el mundo podría arruinar el día de hoy. -sonrió eufórica Jisoo-
18:30
La gente aplaudía y gritaba con entusiasmo, las mesas se llenaron mucho más desde que empezaron a cantar, y el gozo se sentía por todo el lugar. Las cuatro sonríeron eufóricas, atesorado ese momento como si fuera el mejor de sus vidas.
¡Pido su atención por favor! -dijo la pelinaranja con el micrófono en mano- Muchas gracias por sus aplausos y por estar aquí, de verdad es muy emotivo para nosotras todo este hermoso apoyo; también quisiera agradecerle al Señor Kim, por darnos el privilegio de hacer la apertura de este maravilloso lugar.-reverenció al Padre de Jisoo- Yo les quiero contar a todos ustedes que estoy muy enamorada de una personita que está aquí en el escenario. -volteó su mirada hacia Jennie, a lo que la castaña miró atónita- Lisa rebusco en los bolsillo de su falda, sacó una pequeña cajita, la abrió y ella había un anillo de flores echo a mano. - ¿Jennie Kim aceptarías ser mi novia? - el público miró ansioso la escena, esperando respuesta por parte de la castaña-
Jennie sonrió. -¡Claro que si Lalisa! -Y las ahora pareja se abrazaron-
Rosé y Jisoo miraron a aquellas chicas con una sonrisa decaída, las dos sentían que le arrancaban su corazón y se lo rompían pedacito por pedacito, querían salir corriendo y llorar, pero no querían perder a sus mejores amigas, tenían que estar presentes en este momento tan feliz para que aquéllas dos chicas a las que amaban con todo su corazón.
El público estaba encantado con aquella tan hermosa escena que le había brindado las jóvenes, aplaudían ansiosos y eufóricos, sin duda alguna era un buen inicio para Kim's family tendrían bastantes clientes frecuentes, gracias a su comida y a sus cantantes estrellas por supuesto.
(...)
Chaeyoung caminaba lentamente rumbo a su hogar, el único sintió donde en estos momentos quería pisar.
Tuvo que mirar a los ojos a Jennie y a Lisa, decirle felicidades por su relación, lo que para ella había sido como haberse hecho cortés mortales en el pecho.
Sinceramente ya esto lo veía venir, pero, dolía. La tormentaba tan sólo recordar cuando ellas se abrazaron cerrando su noviazgo, derrumbando el mundo de Rosé por completo. Ahora lo que le quedaba es proteger su corazón, nunca más volver a permitir que la lastimacen, era ahora la misión de la azabache. Vendería su corazón con amargura y nunca dejaría que Lisa o ninguna otra chica pudiera hacerla vulnerable, nunca se volvería a enamorar.
