την απώλεια

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El cobarde que tengo por padre desapareció dos semanas después sin dejar rastro y lo que causo una gran tristeza en mi madre, pues a pesar de todo ella le amaba con todo su ser.

El dinero comenzó a ser muy escaso, primero tuve que dejar lo del psiquiatra y las pastillas, aunque eso no me importo, mi madre tuvo que buscar trabajos de medio tiempo como mesera y cajera en algún supermercado, como no tenía todos sus estudios por haberme tenido a joven edad, se tendría que conformar con ese tipo de trabajo hasta que, aunque sea, pudiera estudiar una carrera por internet o algo así la escuche decir cuando me hablo de lo que haría, también intente buscar un trabajo, pero nadie aceptaba a un joven de solo 16 años para algún puesto y con el aspecto que poseía tampoco me considerarían como una opción, por lo que solo me quedo seguir yendo al colegio que por suerte era gratuito.

El tiempo pasaba convirtiéndose en meses y el estrés estaba consumiendo a mi madre, lo único que podía hacer para ayudarla era con el orden de la casa, e intentar con todos mi esfuerzo subir mis notas, lo que solo pude lograr a medias muy a mi pesar, a medida que el tiempo avanzaba veía a mi madre más exhausta al igual que yo cuando comenzaron mis pesadillas, hasta que un día su mente y cuerpo no pudieron más y cayó enferma en el hospital.

Iba a visitarla cada que podía, pero unos días después recibí una llamada del hospital, mi madre había muerto, murió por un paro cardiaco súbito del cual no pudieron salvarla, sentí un gran dolor en mi pecho al escuchar la noticia, pues significaba que en ese momento ya lo había perdido todo, mi madre era la única que aún me trataba con cariño y paciencia, ahora estaría solo contra la sociedad.

El velorio duro dos días y en su funeral eran más amigos cercanos de mi madre que familia los que habían asistido, mi madre había cortado la mayoría de sus lazos familiares, pues estos estaban en contra de su embarazo y la pareja de esta, algunos de la familia de ese imbécil (al que ni muerto volvería a llamar padre) de los que veía cada 3 años también habían asistido, lo que me molesto bastante al ni siquiera estar al tanto de la verdadera situación, ellos no sabían que mi padre nos había dejado a nuestra suerte, porque al parecer desde donde quiera que este les hizo creer que aun estaba con nosotros y que todo iba bien.

Pasaron las horas y el funeral termino, yo me quede junto a la tumba, viéndola con ojos vacíos, mi mente estaba en blanco, y mi cuerpo se resignaba a dar algún paso o siquiera un movimiento, no fue hasta que unas personas se me acercaron que me digne a alzar la mirada... eran de servicios sociales... al ser menor de edad y sin otro adulto que se quisiera hacer cargo de mí, me enviarían a un hogar de menores en el cual me quedaría hasta cumplir los 18 años, idea que no me gusto para nada, pues era consciente de los múltiples abusos que se llevaban a cabo en esos lugares y no estaba dispuesto a soportar más, prefería ser un vagabundo o morir de hambre a terminar en ese lugar, por lo que tome una decisión...

Si no puedo ser libre de mi condena por hacer esa estúpida invocación, por lo menos no dejare que la sociedad me sentencie a otra...

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Condemned Donde viven las historias. Descúbrelo ahora