-¡Mamá, basta!- dije soltando un quejido y volví a taparme con las sábanas.
Era sábado por la mañana y no me gusta mucho madrugar, a nadie le gusta. Pero mi madre se obsesiona con mi rutina de entrenamiento y más si estamos a tres días del concurso.
-Vamos, arriba. -agregó fríamente y corrió las cortinas para dejar entrar la luz del día.
Me senté en la cama y me quede mirándola.-¿Podrías decirme "Buenos días" al menos?
-Buenos días, querida.-dijo con sarcasmo.-Tienes 10 minutos para levantarte así comenzamos.
Asentí y espere a que se fuera. Detestaba que sea tan exigente conmigo y con mi cuerpo.
Mi madre había sido Reina de Belleza aquí en Texas por 3 veces consecutivas, era una mujer muy bella y su carisma la hacia adorable para los demás. Siempre entrenó duro para conseguir lo que quería. Al pasar el tiempo, una concursante más joven llamada Rita McDonald le quitó la corona y también su fama, fue olvidada por todos.
Luego nací yo y todas sus exigencias pasadas las transfirió hacia mi para volver a ganar la fama que tenia antes pero siendo yo la que tenía que esforzarme. También hay que mencionar que se guarda rencor por la mujer que le quitó su puesto y su hija, Lindsay Stewart, concurso conmigo, así que también quiere que acabe con ella.
Me levanté de la cama y busque en el armario mi ropa de deporte y mis Nike. Recogí mi pelo con una coleta alta y fui hacia el gimnasio que teníamos en nuestra casa.
Estaba decorado con fotos de cuando gané los concursos. Desde pequeña comencé a concursar y con mis 18 años sigo concursando.
-Primero con las sentadillas, Sara. Vamos.-obligó mi madre.
Sin rechistar comencé a hacer mi ejercicio. Normalmente me cansaba hacer esto pero traté de seguir y solo escuche los mandos de mi madre.
-¡Vamos Sara! ¡Rápido!
-Ya lo sé, ya lo sé.-intenté ignorarla y puse sentir su morada fulminante en mi espalda.
Termine con las sentadillas y seguí con los abdominales. No me costaban tanto, pero otra vez tenía que torturarme con los pedidos de mi madre.
*****
Me dirigí a la ducha para quitarme esa capa de sudor por las dos horas intensivas de ejercicios. Dejé el agua fluya por mi cuerpo y que la espuma del jabón lo adorne.
Envolví mi cuerpo con una toalla y escuché el pitido del WhatsApp; era mi novio, Travis.
Hola, hermosa, ¿estás libre hoy? Quiero llevarte a cenar.
Sonreí al leerlo y contesté rápidamente
Claro :) Me cambio y te aviso cuando esté lista. ¡Te amo!♡
Bloquee mi teléfono y lo tiré sobre la cama. Busqué en mi armario algún vestido fino y elegí un color coral, ajustado al cuerpo. Elegí unos tacones alto color blanco y lo hice juego con un collar dorado y mi reloj blanco de Michael Kors.
-¡Sara, a cenar!-gritó mi madre desde la planta baja.
Baje las escaleras lo más rápido que pude para avisarle que no cenaria aquí. Ella estaba sentada en la mesa y pude divisar que me había preparado una ensalada.
-Perdón, mamá. Vendrá Travis para llevarme a cenar.-mis ojos reflejaban emoción, los suyos no.-No cenaré aquí.
-¿Estas loca?.-se quejó- Estamos a dos días del concurso, tenemos que preparnos intensivamente. Te quedarás aquí.
-¡Pero ya entrenamos bastante! Volveré temprano.-rogué.
-He dicho que no.-dijo en tono seco.
-Por favor...
-¡He dicho que no!
Mantuve la mirada con ella por unos segundos y, al ver que no iba a cambiar de opinión, subí a mi habitación.
Me quité la ropa y coloqué mi pijama. Agarré mi teléfono al mismo tiempo que me senté en la cama.
Amor, mi madre enloqueció y no podré salir. Perdóname, esta alterada por el concurso. ¿Podemos vernos otro día?
Solté el celular y lo deje caer en el colchón. Encendí la tele y miré una película, pero no le di importancia por pensar en Travis.
Siempre pasa lo mismo, quiero verte y tu madre nunca nos deja. Claro que podemos, ¿pero cuando?
Me frustró pensar que nunca nos veíamos por la presión del concurso, creo que era hora de cometer una locura.
Te avisare cuando mi madre se vaya a dormir así podemos pasar la noche juntos. Me puedo escapar y salir contigo a algún lugar.
Ella siempre dormía temprano para después empezar la rutina de todos los días.
Espero que mi plan para escaparme con Travis funcione.
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Pretty Hurts
Teen Fiction“La perfección es la enfermedad de una nación” Sara Grace siempre vivió controlada por su madre, quien siempre buscaba que ella sea la definición de “perfección”. Sara vive en un pequeño pueblo en Texas, se destacaba por su cabello rubio y por que s...