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Las luces de la mañana se filtraban por las ventanas al despertar lo primero que miró fue el rostro del castaño, era lo más hermoso que había visto en su vida, a pesar de ser más bajo y menos corpulento, no podía evitar desear su cuerpo, nunca antes en su vida se planteo el poseer a alguien y mucho menos a un alpha, pero cuando lo tuvo a su merced ebrio de su aroma de omega y este mezclándose con el del alpha era como una droga. Aspiro fuerte el aroma a manzana que provenía del alpha que aún estaba entregado al sueño debido al cansancio, le beso la mejilla provocando que el otro despertará por la caricia sutil del moreno.

― Buenos días, le dijo el moreno besándolo castamente en los labios.

― Buenos días Takano san, dijo con una enorme sonrisa.

― Ma sa mu ne, te dije que me llames así. Le regaño mientras lo atraía hacia su cuerpo aún desnudo aspiro su aroma de nuevo y pregunto, ― Ritsu, como te sientes? te- te arrepientes de lo que sucedió entre nosotros, le pregunto con una mezcla de miedo e incertidumbre.

― No, nunca en la vida, Takano san, talvez pienses que me arrepiento de lo que sucedió pero la cosa es que nunca había sido tan feliz en la vida, antes había tenido parejas pero nunca me sentí como ahora lo hago contigo, no te niego que alguna vez estuve enamorado pero no resulto y ahora me alegro que aquello no diera frutos, porque ahora estoy a tu lado.  Y se abrazo fuerte al moreno.

―  Se que traicione la confianza de Zen, pero... no me arrepiento y tu? Le pregunto el alpha, el sabia de sobra que por un lado el traiciono a un amigo pero Takano había traicionado a su mejor amigo y futuro esposo, a pesar de saber la respuesta, ya que ya eran pareja, pues ya lo había marcado horas antes, pero deseaba oírlo, estar seguro que no era el resultado de las feromonas, a pesar de que estas los unían por ser destinados quería oír del omega que era su deseo estar a su lado.

― No me arrepiento en lo absoluto, somos el uno para el otro y lo supe desde que cruce la mirada contigo, en ese primer encuentro. Tu y Kirishima san son muy cercanos, ya que lo llamas por su nombre.

―  Zen es una persona muy especial para mí, el creyó en mi cuando nadie quería contratarme, somos amigos desde hace algunos años, a el nunca le importo que fuera un alpha recesivo y mucho menos, me hizo sentir mal por ello. el es una gran persona, es una pena que sea tan solitaria.

Takano abrazo fuerte a Ritsu y le creyó que no tenía nada que ver con Kirishima, eran destinados y ahora estaban unidos con un lazo más fuerte que el matrimonio. ― Sabes, para mi eres el hombre perfecto y la prueba radica en mi nuca, se giro y le mostro su marca, cosa que hizo que Ritsu se sonrojara y en respuesta le beso de manera suave al comienzo, tornándose en demandante y posesivo, la humedad de sus lenguas y su saliva mezclándose mientras sus manos exploraban el cuerpo del otro, como si no se reconocieran y sin embargo tocando cada zona erógena del otro.

El sonido del teléfono los saco de golpe de su preludio, ― Déjalo que suene, pensaron no hacer caso al aparato que sonaba insistentemente. ― Maldición, dijo Takano y tomo la bocina. ― Diga, ― Señor, le buscan en el vestíbulo, dice ser su prometido, le dejo subir?.

Takano sintio que un balde de agua helada le había caído de pronto, de pronto grito sacando de balance a Ritsu que lo observaba a su lado. ―  NO! Dígale que bajo en un momento. era el moento de la verdad, sabia que debía enfrentarlo.

― Qué sucede? le pregunto al verlo cambiar de color a un palido casi coo una hoja de papel. ― Es Masamune, solto asi sin más.

Nadie en la vida pensaría que tan pronto tendría que revelarle al alpha que hasta hace un par de días seria su esposo. con determinacion se dio un baño y se coloco un chándal negro todo paso tan rápido que cuando tomo el pomo de la puerta, su pareja le pregunto―  Estas seguro que no quieres que baje contigo?.

Mi dulce BetaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora