Minutos más tarde, luego de ducharse y cambiarse de ropa, Jeno miraba las paredes de su departamento. Los adornos navideños saltaban ante sus ojos a cada esquina que giraba, mareándolo.
JaeMin había arreglado cada rincón con sumo cuidado. Se aseguró que todo se viera perfecta, ideal, lo más bonito que pudiese sólo para ellos. Sobre una rinconera, en donde se encontraban algunas fotos antiguas, pudo apreciar la figura de un Santa Claus. El hombre de traje rojo y gordo sonreía, extendiendo un plato con un pedazo de tarta. "El amor es la mejor comida", rezaba la inscripción donde venía.
Inclinó su cabeza ante la frase, riendo con ironía. Tantas decoraciones lo agobiaban. La Navidad no era de su gusto, aunque, pensaba, ese día podría llegar a ser la excepción.
Podía escuchar a JaeMin seguir arreglándose, aludiendo que quería verse especial para esa noche. Su mente pasó de concentrarse en las decoraciones, a su pareja.
Na JaeMin. Incluso su nombre era hermoso.
Su capacidad humana nunca le sería suficiente para terminar de describir a Na JaeMin. El deseo que crecía dentro de él como fuego ardiente que lo consumía todo, el desespero, la ansiedad, lujuria, estaba hambriento de JaeMin.
Sus ojos se cerraron a medida que la imagen de su pareja aparecía en su mente. Sus ojos brillantes, sus dientes relucientes como perlas, sus rosadas mejillas cuando gemía su nombre. JaeMin era perfecto, fuerte, tan vivo. Con anterioridad, Jeno había tenido problemas con sus parejas, siendo demasiado rudo y fuerte para sus gustos.
Pero no podía controlarlo. Le excitaba tener el control, dominar la situación a su antojo y ser capaz de decidir todo con salvajismo en la cama. Y con JaeMin, era capaz de hacer eso y mucho más. Jadeó, imaginando múltiples escenarios que quería crear con el pelirosa.
Quería atarlo, cortar heridas en su cuerpo para hacerlo sangrar, que quedara bañado en su propia sangre. Quería ahogarlo, ponerse sobre él, golpearlo. Quería que rogara por más y que luego se detuviera. Quería verlo destrozado, de una manera tan patética y humillante. Jeno quería morder a JaeMin hasta que sus dientes quedaran marcados como tatuajes en su piel.
Aquellos pensamientos aterrarían a cualquiera, pero a él, sólo lograban ponerlo duro. JaeMin era una adicción imposible de quitarse, se sentía incapaz de sacarlo de su sistema. Sólo la muerte daría fin a esa dependencia. Tal vez estaba loco, y sus ex-parejas hayan hecho bien al dejarlo. Tal vez JaeMin también estaba un poco loco, y por eso seguía a su lado.
Interrumpiendo sus oscuras fantasías, JaeMin envolvió sus brazos alrededor del cuello del pelinegro. Dejó un par de besos en el cuello y espalda del mayor, riendo en voz baja a la par que susurraba incoherencias.
—¿Qué dices? No te entiendo.
—Pregunté: ¿lo estás pasando bien?
JaeMin descansaba su rostro en el hombro derecho de Jeno, acariciando la mejilla del pelinegro. Las marcas en los labios y cuello de JaeMin eran todavía visible, y sin duda su cuerpo debía de estar lleno de moretones.
—Mmmm, algo. Digamos que el sexo siempre mejora todo.
—Sí, pero a eso no es a lo que me refiero, bobo.
JaeMin tomó a Jeno de la mano, jalándolo hasta quedar ambos sentados en el sillón. Se posicionó sobre el mayor, asegurándose de quedar bien sentado sobre su regazo.
—Prometí que la pasaríamos bien, pero estás mucho más serio de lo normal.
Jeno se mantenía estático, observando con cuidado el rostro de JaeMin. Sus pómulos, su sonrisa, sus ojos, sus rojizos labios.
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Christmas Dinner── ⋙NOMIN
Fanfiction❝Oh cariño, no sabes todo lo que quiero hacerte.❞ Lee JaeNo odia la Navidad, su pareja, Na JaeMin, intenta de convencerlo de animarse. Jeno es un controlador frío que dice no aceptar por nada alegrarse por ese día. Hasta que JaeMin le hace la prom...