Me levanté del sofá después de haber estado un rato chequeando mis redes sociales. Me acerqué al espejo y me miré un par de minutos. Me arreglé la ropa y me coloqué las trencitas en mi pelo. La maquilladora ya me habia arreglado un poco la cara de sueño que llevaba y estaba listo para salir a tocar.
A la llamada de mi productor, salí del vestuario y me fui camino al escenario. Todo era muy normal, otro show más en mi querido país. Así que estaba bastante tranquilo, con muchas ganas de tocar, eso sí. Amo tocar en vivo porque puedo darle a mis temas una energía nueva aunque sean antiguos y además porque puedo ver a mis fans. Ellos lo son todo para mi y tengo muy claro que si no fuera por ellos y por todo el apoyo que me brindan no podría haber triunfado y ahora estaría trabajando de algo que no me llena y lo peor: lo tendría que hacer el resto de mi miserable vida. Gracias a ellos todo es mejor siempre.
Me colocaron el micrófono y todos esos cables tan incómodos para que no se me cayera, aunque siempre acaban fallando en su misión pero en su defensa diré que no es culpa de ellos, sino mia. Porque siempre que toco saltó, muy fuerte y sin parar. Sé que a todo el equipo de sonido que tiene que atenderme cuando toco les encantaría muchísimo que dejara de hacerlo pero no puedo parar. Lo siento, chicos.
Por fin estaba listo. Escuché como sonaban los primeros acordes de la guitarra de Mi Cubana y salí corriendo al escenario. Habia muchísima gente y todos habian venido a verme. A mi. Solo a mi. Es imposible no sentirse tan querido en ese momento. Y te sientes increíblemente importante. Y de repente, es como si todo tuviera sentido. Como si todo tu trabajo cobrara vida y la recompensa fuera real. Porque los números de las visitas o de los seguidores o de personas en un directo... están muy bien pero al final del dia son solo números y eso no puede tocarte tanto el corazón como ver que esas personas son reales, de carne y hueso y que de verdad te quieren y te apoyan. Es el mayor regalo del mundo.
Mientras saltaba y cantaba veia en el público a mis fans saltando y cantando conmigo. Todos gritaban y me grababan con su móvil. Cuando terminaba me aplaudían y a veces, parecía que no iban a parar nunca. Me volvía loco como cuando sonaba el primer acorde de una canción, ellos ya gritaban porque ya la habian reconocido. Que mi música les guste tanto como para haberla escuchado tantas veces como para poder reconocerla a los segundos de empezar era mágico. No tenia palabras para semejante amor. Nunca las tenía.
Acabó Como Le Digo y simplemente me quedé un rato mirando a mis fans en silencio, no se escuchaba ni un beat ni ningún tipo de música, ya que mi productor y yo siempre hablamos antes del show entre qué canción y qué canción iba a pararme a descansar unos minutos y hablar con mis fans. Sinceramente, mi momento favorito.
Les pregunté si estaban disfrutando del show y y todos gritaron como respondiéndome que sí. Después empecé a hablar yo solo: les conté lo mucho que me habia costado llegar a ese escenario aquella noche y sobre todo, lo agradecido que estaba de que me hubieran ayudado a conseguir mis sueños.
Me senté a los pies del escenario y miré a la multitud de gente grabándome y aunque estoy más que acostumbrado, a veces me gustaría que simplemente me miraran a los ojos de vuelta. Todos comenzaron a gritar, especialmente la gente que me tenía más cerca de ellos en las primeras filas. Escuché diferentes gritos que destacaban de entre los demás diciendome que me querían y cosas muy hermosas que no puedo recordar tan claramente. Y en ese momento, cuando hubo un silencio prácticamente sepulcral ya que comencé a acercarme el micrófono a la boca y todos mis fans pensaron que iba a decir algo más, escuché a una chica gritar.
"IVO" El grito no vino de muy lejos pero se escuchó perfectamente en toda la sala. Me giré hacia donde venia.
"Dime" Dije a través del micrófono y escuché a unas cien chicas gritando cosas diferentes a la vez, intentando llamar mi atención como lo habia hecho la primera chica pero yo sabía de dónde venia la voz, así que intenté seguirla y que no me engañaran las otras muchas voces tan parecidas.
Estoy seguro de que la primera chica me contestó pero no lo pude entender bien así que pedí silencio en toda la sala y después de unos largos segundos, lo conseguí.
"Ahora si, dime" Me rei un poco mientras miraba hacia la zona de donde habia provenido el grito. En ese momento, tuve miedo de que salieran impostoras o de haberla perdido.
"Te casas conmigo?" Nada más comenzar la frase lo supe, era la misma voz. Sonreí contento y después de gritos y más gritos, cuando por fin volvió el silencio, respondí a su proposición.
"Sí" La chica comenzó a gritar, saltar y llorar y yo la miraba intentando recordar su cara y alguna característica distintiva de entre todas las demás en la sala, y no fue difícil porque era la chica más hermosa que habia visto.
Después de eso, solo recuerdo gritos y más gritos. En ese momento, solo queria bajar del escenario y acercarme a hablar con ella, pero no pude, la música volvió a sonar y tenia que seguir con el show. Durante el resto de canciones que quedaban no podia dejar de pensar en lo que habia pasado, es más, miraba todo el rato a la zona en la que estaba la chica pero no conseguí volver a verla más. Pero supe que nunca iba a poder olvidarme de ella.