cinco

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"No parece que te alegres de verme" Se sentó en la cama muy cerca mio mientras yo me levantaba lentamente. Cuánto tiempo habia estado mirando la pantalla? Estaba super mareado.

"Eh!" Su tono chillón fue como una puñalada en el pecho. Mi cara reflejó el dolor que habia causado en mis oidos perfectamente.

"Coño, estás bien?"

Me levanté de la cama por completo y me acerqué a la ventana. Pero, qué hora era?

Me cambié de ropa y me puse otra vez el gorrito. Mientras, mi maravillosamente oportuna novia me seguía con su voz chillona, que no ayudaba nada en ese momento, por toda la habitación mientras yo hacia lo que fuera que tenia que hacer. Me contaba no sé qué que le habia pasado con sus amigas y su último show. Estaba siendo de lo más pesada y yo simplemente me lo callaba, no queria hacerle daño. Pero como todo el mundo, tengo un límite y sinceramente odio cuando estallo, porque lo hago de la forma más brusca, agresiva e hiriente. Es una mierda pero es lo que hay. Mientras continuaba contándome sus gilipolleces, notaba que se acercaba cada vez más a mi físicamente, incluso si estaba de espaldas a ella, con lo cual al moverme estaba en mi camino. Eso me empezó a agobiar mucho, la verdad, muchísimo. Notaba como se venía la rabia, como subia por mi garganta para explotar con un montón de palabras hirientes que luego me pasaría el día (y la noche) desmintiendo para que me perdonara. Odiaba lo que se venia pero aunque fuera por un segundo, le decia lo que nunca me atrevia a decirle. Y aunque luego le jurara 34 veces que no era verdad, me alegraba que esas palabras estuvieran ahí porque sí que eran verdad y yo necesitaba decírselas sin tener miedo a que me dejara o me hiciera daño. Sinceramente, para qué mierdas quieres a una novia si no puedes ni hablar con ella porque sientes que sea lo que sea que le vas a decir le va a herir? Así que, te callas lo que sientes hasta momentos como estos en los que está prácticamente justificado que explotes.

"Juli. Ya." Fui firme pero era el primer aviso.

Aunque no podia verla sabia la cara que me estaba haciendo. También se frenó en seco en seguirme por la habitación.

Me giré y la miré. "Lo siento..." No lo sentía.

"Sé cuándo mientes, gilipollas." Se cruzó de hombros y me puso una cara de asco.

"Vale." Me daba igual.

"Por qué no dejas de ser tan capullo un solo segundo?" Ya estaba gritándome.

"Por qué no dejas de molestarme ni dos segundos y le cuentas toda esa mierda de tu vida a quién coño le importe? Que no es a mi"

Boom.

Te jodes.

Me miró en silencio y la cara le cambió de enfado a desilusión en segundos. Yo la miré fijamente a los ojos y se me rompió un poquito el corazón. Joder, Juli.

Me acerqué y la abracé. Y aunque no me abrazó de vuelta, no se apartó ni me obligó a soltarla. "Perdóname" Le susurré al oido. No queria estar mal con ella pero es que estaba mal en general. No es que no quisiera verla o estar con ella, es que no queria ver ni estar con nadie. Necesitaba estar solo un rato. Por qué no podía entenderlo? Porque no tenia ni idea.

Me miró, me cogió de la barbilla acercándome a sus labios y me besó. Sinceramente, no me esperaba para nada esa reacción. Me esperaba gritos, reproches y de más pero no, me perdonó y encima me tranquilizó con un beso. Y yo la habia tratado fatal y solo habia pensado mal de ella desde que habia entrado. Joder, soy un puto monstruo.

La cogí de la cintura y me la acerqué todo lo posible al cuerpo. Nos seguimos besando mientras la llevaba a la cama. La dejé con cuidado y me tumbé encima de ella. Le besé el cuello y noté como sus manos me hacian volver a arriba. Nos miramos a los ojos, a unos milímetros de distancia el uno del otro.

"Te quiero." Me acercó a ella aún más queriendo romper el espacio entre nosotros.

"Yo también te quiero, Juli." Antes de besarla, sonrió y no puedo describir cómo me afectó eso. Toda la situación: su sonrisa, su voz, su cuerpo, ella diciéndome que me amaba... todo... ella. Me tocó el corazón como hacia mucho que no me tocaba. La quería muchísimo. Y creo que en ese momento, la quise más que nunca.

Vi el móvil con la pantalla iluminada en mi mesilla mientras buscaba protección y lo bloqueé. Quizás sería mejor si me olvidara de aquella chica. Sí, definitivamente, ella ya era historia.

vos | kheaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora