Capítulo 4

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Cuando llegó a la cocina, todos los ojos curiosos se centraban en él, pidiéndole detalles de forma muda pero simplemente los ignoró a ellos y sus decaídas expresiones. Bebía un vaso de agua para calmarse cuando fue abrazado por el jardinero, él y Jiwon tomaron la confianza de abrazarlo sin motivo alguno. Al comienzo fue algo raro pero pronto se acostumbró a ellos.

— ¡Kim! — La voz de Jungkook los sorprendió, Sungjae se apartó y con una mirada de su jefe bastó para desaparecer de la cocina. — sabías perfectamente que había que recoger el cristal roto en mi despacho y no has mandado a nadie aún. ¿Dónde está el agua del invitado y lo que yo te había mandado a pedir desde mucho antes?

— Lo siento, señor. Enseguida mando a alguien para que lo recoja.

— SI tienes tanto tiempo libre ve de una vez y hazlo tú. ¡Apresúrate! — Ordenó furioso y se retiró.

Ese hombre lo confundía en demasía.

Ya regresaba a mirar si se les ofrecía algo más una hora después de haber limpiado el despacho y llevado sus pedidos cuando sin poder evitarlo, volvió a quedarse escuchando la conversación de los amigos cuando escuchó su nombre.

— Me alegra mucho que lo hayas contratado aunque no creí que lo fueras hacer, menos que durara tanto contigo. Creo que es el mayordomo que más ha durado a tu servicio en los últimos cuatro años. ¿Algún motivo especial?

— Es capaz.

Jimin enarcó las cejas, esa era una respuesta demasiado escueta como para quedarse conforme. ¿Capaz? Ese nunca fue un motivo de peso para mantener a un mayordomo. Había despedido hombres y mujeres altamente capacitadas a través de los años.

— ¿Capaz? — El pelirrojo asintió queriendo terminar la conversación. — ¿Por qué será que no te creo, Kookie?

— Ya sabes que odio que me llamen así, deja de hacerlo y si me crees o no es tu problema. En cuestión de habilidades y mis propias exigencias, Taehyung es un hombre capaz que hasta ahora pese a su inicial inexperiencia, ha sabido desempeñarse muy bien. ¿Por qué quieres buscarle las tres patas al gato?

— Porque ya lo he hablado con Namjoon y piense que hay algo más. — El contrario exhaló con pesadez mientras se levantaba para servirse un trago. — ¿Te gusta?

Por milésimas de segundo, el rubio pensó que ese hombre había dudado cuando detuvo sus movimientos. Sin embargo, su negación llegó más rápido de lo esperado.

— No digas estupideces, es solamente mi empleado. No me pongo a estar mirando al personal de esa forma.

— Bueno, no podemos negar que es atractivo y joven. Puede gustarte a ti o a cualquiera, no se trata de si vas a tener algo con él o no, es solamente una pregunta. Además, ¿desde cuándo defiendes tanto a tus empleados?

— Desde que los tratan mal injustamente. Hubiese hecho lo mismo por cualquier otro. — Se encogió de hombros y volvió a sentar. — Y ya te dije que al no ser necesario, espera a que te abran la puerta, no uses las claves como si esta fuera tu casa.

— ¿Me estás cambiando de tema? Tú mismo has tratado mal a varios de tus empleados.

— No compares, son cosas totalmente diferentes. Puedo alterarme y gritarles, despedirlos o atosigarlos cuando son ineficientes pero jamás los humillo o denigro de esa forma. Ni a ellos ni a nadie, así que no digas eso.

Esa noche aquella conversación se pareció incluso en sueños para Taehyung. ¿Por qué le daba tanta importancia a una conversación tan absurda? Se volteó en su cama y miró la hora, odiaba despertarse antes que su alarma sonara. Eran las cuatro de la mañana y podía dormir durante una hora más pero sabía que conciliar nuevamente el sueño le sería imposible.

MayordomoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora