365 Cartas.

Boletos.

Todo es caos para mí, entre la oficina, el estudió y Juli acabaré muerto. Literalmente hablando.

Después de darle la sorpresa a Juli de los boletos nos pusimos hacer planes de turísmo, ella realmente está feliz por estás vacaciones.

—Amor—, escucho su dulce voz a lo lejos—. Amor.

—Ummmm.

—Despierta —, me da besos como todas las mañanas por mi espalda hasta llegar a mi cuello.

—No quiero—, me quejo somnoliento con los ojos cerrados ruedo para quedar frente a ella.

—Ah, con que no quieres— se monta horcajadas y empieza a dejar un reguero de besos por mi pecho deteniéndose en el hueco de mi clavícula.— ahora sigues sin ganas de despertar.

Gruño por lo bajo porque sé que está jugando sucio—, tramposa.

La tomo por la cintura y la pongo bajo de mi en un rápido movimiento,— ¿Querías que despertará? Ya estamos despiertos.

En su cara se dibuja una sexy sonrisa y sin permiso le doy un mordisco cargado de lujuria en su labio inferior, es tan rápido caer en tentación con una mujer que tiene una cara dulce y bajo las sábanas es totalmente diferente.

Ella sin quererlo es tremendamente sexy, lujuriosa, atrevida y dominante. Eso es algo que cualquier hombre querría y yo lo tengo.

Después hacer el amor con el amor de mi vida nos quedamos en la cama por un largo rato.

—Lo que dijiste, lo decías enserio.

Ella aún con su cabeza en mi pecho y sus pausada respiraciones hacen que mi piel se erizar, respiró profundamente perdiendo me en el rico aroma de su cabello.

—Muy seriamente.

Ella levanta su carita hermosa de mi pecho y con esos hermosos ojos color miel me ven con tanta felicidad haciéndome que mi rostro se torne de color carmesí al verme en sus orbes.

—Sabes cuánto te amo, ¿Verdad?.

—Tú no tienes una idea de lo mucho que te amo yo a tí. Te amo tanto que preferiría morir antes de perderte a tí.

—Pero no me perderás, así que no tendrás que morir.

Termina dándome un pequeño beso en mi nariz para salir de la cama dejando caer la sábana que la tenían oculta de mí. Ella camina contorneado sus caderas de lado a lado haciendo eso que siempre hace, verse sexy.

—¿Te gusta lo que vez?.

—¡Oh, nena! Créeme que amo la vista de ese hermoso paisaje.

Salgo de la cama con una pequeña risa dibujada en mis labios y ella ladea la cabeza a un lado.

—Oh, no. Eso sí que no.

—¿Quieres apostar?.

—Soy mala apostadora.

—Eso sería ventajoso para mí.

Y así sin más, ella sale corriendo sin nada de ropa que le cubra su desnudez hacia el baño, yo sin pensarlo salgo de la misma forma tras ella y estando apunto de cerrar la puerta la alcanzo provocando que suelte un pequeño grito y se les escapa algunas que otras risas mientras la tomo por su espalda y la pongo en mis hombros.

—Bájame tramposo.— chilla ella a espaldas de mí.

—Fue apuesta apenas saliste corriendo pequeña, tienes que pagarme.

A ella se le escapaba más risitas y empieza a moverse para librarse de mi agarré.

—Yo siendo tú no haría esos movimientos.

—Y ¿Que pasa si quiero hacerlos?— ella se pega más moviendo sus caderas entre mi ya despierto amigo.

—Qué malvada eres pequeña—, le doy una muy fuerte nalgada y ella solo suspira profundamente, la volteo frente a mí cargándola y ella envolviendo sus largas y definidas  piernas sobre mi cintura—. Es hora de que me pagues—, su cara cambia totalmente mordiéndose el labio inferior la meto a la ducha cerrando la puerta con uno de mis pies.

¡Ay pequeña, estás a punto de convertirme en padre de trillizos!.

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Hola mis amores cómo están, espero que bien.

Aquí les traigo un pequeño capitulo, lo sé, es corto.

Pero tengo excusa y muchas, pero una de esa es que mi trabajo me está tomando todo mi tiempo y cuando llegó a casa solo veo la cama.

Sin más espero disfruten este pequeñito capítulo de estas dos parejas enamorada.