Goat scares (Asriel y Undyne)

110 11 1
                                    

6/01/2019

Actualización: 1/03/2022

.

.

.

Cuando Asriel había decidido contar hasta el número 20 para dar tiempo a su hermanito se escondiera, no se le había pasado por la cabeza que este último podría perderse en el pequeño pueblo donde vivían. Dos horas despúes, el mayor de los Dreemurrs se esmeraba en encontrar la fragancia del humano moviendo su nariz en varias direcciones sin estar muy seguro si podría identificar su olor, no era del tipo canino después de todo y no estaba en sus mejores condiciones para explotar esa habilidad, si es que la tenía.

Lanzó un sonoro estornudo y sacó un pañuelo que guardaba en el bolsillo de su suéter a rayas, el cual empleo para limpiarse. Sorbió sus mocos y siguió avanzando con el ceño fruncido, dispuesto a encontrar a su hermano.

Gritaba su nombre, olfateaba cualquier lado para identificarlo, pero nada. Exclamaba que este juego ya no era divertido y que se hacía tarde para volver a casa, y efectivamente el crepúsculo estaba cada vez más visible en cielo. Estuvo a punto de echarse a llorar y regresar con sus padres, pero no podía, no sabiendo que Kris seguía ahí afuera con el frío encima.

―¡KRIS, POR FAVOR! ¡RESPONDE! ―chilló Asriel con todas sus fuerzas, sobandose el estómago por el hambre.

Saco del bolsillo de su pantalón una bolsa de galletitas de chocolate que había estado guardando para compartir con Kris, las abrió con desesperación y estuvo a punto de darle un gran mordisco con sus colmillos que acabarían con el alimento en un segundo, más se detuvo al pensar que quizás el humano tendría una hambre mayor que la suya. Kris era un niño que gustaba comer en grandes cantidades, superándole incluso a él a la hora de ingerir la comida jumbo que preparaba su madre, así que guardó la comida para cuando lo encontrara, soportando su propia hambre.

El joven monstruo se introdujo más en el bosque que rodeaba su pueblo, notando con horror como la cerca que delimitaba la zona tenía un gran agujero, por donde bien, pudo haber salido su hermano pequeño.

―¿Quéhagoquéhagoquéhago? ―Asriel se jalo sus albinos cabellos susurrando con labios temblorosos.

¿Sería adecuado adentrarse más en el bosque solo? Los adultos tenían prohibido sin compañía responsable. El monte Ebbot era peligroso con sus eventuales derrumbes por la zona.

¡Santo cielo! ¡Y Kris estaba afuera completamente solo!

―¡¿Asriel?! ―El monstruo cerro sus ojos ante el flechazo de luz artificial, proveniente de una lámpara que le ilumino el rostro― ¡Piltrafa, haces mi trabajo interesante!

Una enorme sonrisa acolmillada en un entusiasta semblante fue lo primero que identifico el joven monstruo cuando sus ojos se acostumbraron a la luz de la linterna. Una policía, la pelirroja que recién había escalado a grandes pasos en la estación de policía por su gran determinación para la defensa de la población. Sus grandes ojos de pescado pestañearon varias veces, percatándose de lo que había dicho, apago su lámpara que parecía acusar el pequeño monstruo y se acercó con una sonrisa más serena, sin quitar ese ambiente energético que le rodeaba.

―D-Digo, me alegra ver que estabas bien, tus padres están que se mueren de la preocupación ―Intentó sonar como que le estaba regañando, pues era su trabajo llamar la atención a los jóvenes que no seguían las reglas para que estos fueran civiles de bien al crecer, pero es que estaba tan emocionada por la misión de encontrar a los hijos de Asgore que se le pasaba de largo su trabajo.

DeltaRune (One-Shots)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora